Chile, encaminado

Chile y Paraguay llegaban al partido a disputarse en el Monumental de Santiago con la misma búsqueda y necesidad. Los trasandinos para acallar los problemas internos y los paraguayos para ponerse a tiro de la punta tras el buen triunfo ante Ecuador como local.

Borghi propuso algunas variantes, entre las que se destacaba el retorno de Alexis Sánchez y una nueva disposición táctica, mientras que Arce no contó con Lucas Barrios en la delantera.

Desde el arranque, Chile salió dispuesto a ganar con Mauricio Isla, activo y dueño de las mejores situaciones. Alexis Sánchez, con algunos chispazos también acompañó el ritmo. De hecho, fue el propio jugador del Barcelona quien tuvo la primera con un remate de media distancia tras amagar a varios rivales.

Con la posesión desordenada de Paraguay, Chile bajó la intensidad inicial y sus aproximaciones llegaron por pelotas paradas. Primero fue Matías Fernández –de buen rendimiento- con un centro que nadie llegó a conectar y luego con un preciso balón parado a la cabeza de Contreras para el 1-0. Más allá de la polémica sobre si hubo empujón del defensor o no, la pelota se coló entre el primer palo y el pie izquierdo de Barreto.

El conjunto guaraní intentó avanzar, Arce buscó cambios para darle aire nuevo (Pérez y Benítez a la cancha) pero no hubo juego asociado ni un abanderado de la remontada. Haedo Valdez tuvo la más clara tras exigir en una doble tapada a Bravo en la salida de una pelota parada. Luego, en una más sencilla el arquero chileno pifió con los puños y Campos Toro (ingresó por Suazo) casi la metió en contra.

Justamente el zurdo del Audax Italiano fue protagonista al marcar el gol definitivo a cinco del final. Con una jugada del sello Borghi, desbordó Isla, no llegó Paredes y Campos Toro en la medialuna beneficiado por un rebote, terminó el partido.

Chile consiguió seis puntos sobre doce en juego, números positivos teniendo en cuenta que perdió ante –a priori- los dos mejores del continente. El sofocón final con la marginación de varios jugadores quedó a un lado y el triunfo le generó un indudable respiro a Borghi. Del lado de enfrente, la continuación de un proyecto parece estar lejos y los resultados, lo demuestran.