Revista Arte

Chillida Leku. un espacio para el arte

Por Lasnuevemusas @semanario9musas
"El artista sabe lo que hace, pero para que merezca la pena debe saltar esa barrera y hacer lo que no sabe"
"La escultura es el arte de la inteligencia"
Pablo Picasso Eduardo Chillida

Creación de Chillida Leku

Pronto hará dos años de la reinauguración del Chillida Leku, el museo dedicado a la obra del escultor vasco Eduardo Chillida , del que el exministro de Cultura José Guirao afirmaba hace unos años que era "un espacio único en el mundo que refleja una manera muy fiel, la mejor posible, el espíritu de un artista, el amor al arte y lo que significa mostrar el arte a la ciudanía".

Chillida Leku estuvo diez años cerrado al público por motivos económicos y de gestión familiar, pero un acuerdo con la galería suiza Hauser & Wirth, permitió que se reabriera para "resituar la figura de Chillida en el mercado del arte mundial". De todos modos, la familia del artista sigue manteniendo la propiedad.

Recientemente la galería suiza abrió en la localidad menorquina de Mahón un nuevo centro de arte contemporáneo ubicado en la isla del Rey delante mismo del puerto de la ciudad.

Chillida Leku está situado en Hernani a diez kilómetros de San Sebastián en un parque de 12 hectáreas pleno de árboles -hayas, robles y magnolias-, donde se encuentran también el museo y una zona de servicios con un auditorio, un espacio de descanso, cafetería y tienda.

El mismo año que cerró sus puertas Chillida Leku, estaba considerado como el primer museo de Guipúzcoa por el número de visitantes que recibía. Su actual directora es la barcelonesa Mireia Massagué, que anteriormente había dirigido el Gaudí Exhibition Center de Barcelona, después de haber trabajado en el Teatro Nacional de Catalunya. Para ella, una de los retos principales de Chillida Leku es el de "descubrir en el espectador que el museo nunca es dos veces igual, que tiene múltiples lecturas, porqué buscamos que se repita la visita. Por ello hemos hecho un abono anual y ahora iniciaremos un nuevo programa de artistas invitados que nos aporta nuevas miradas sobre Chillida ampliando su figura".

Precisamente ahora se exhiben una serie de esculturas, pinturas y grabados del artista informalista Antoni Tàpies, debido a que sus trayectorias han sido parecidas.

En 1983 Eduardo Chillida y su mujer Pilar Belzunce adquirieron el terreno donde está ubicado el caserío Zabalaga, edificio datado en el siglo XVI. En él se encuentra el museo y la sala de exposiciones temporales. En el museo hay una cincuentena de obras del artista de dimensiones más reducidas y de diferentes materiales, como el acero corten, alabastro, granito, terracota, yeso, madera y papel. Las de mayor formato se encuentran en los jardines.

La idea del artista era crear un espacio escultórico donde se pudieran contemplar una serie de obras en una especie de bosque que permitiera al visitante pasear en él mientras va contemplándolas. Aproximadamente hay unas 40 esculturas de diferentes tamaños distribuidas por todo el terreno. Todas ellas dialogan con la naturaleza, ya que están plenamente integradas en el bosque.

Mientras el museo permanecía cerrado su obra se exponía en otros lugares, como por ejemplo en la Fundación Maeght de Saint-Paul de Vence, localidad cercana a Niza, donde se exhibió una retrospectiva de su trabajo, en que se mostraron 180 obras. La Fundación Maeght fue un espacio esencial en el devenir creativo del artista vasco, ya que fue un centro "donde vivió una de las épocas más enriquecedoras y emocionantes de su vida artística y humana".

Hace 14 años tuve la oportunidad de entrevistar a su hijo Luis Chillida que, en aquel momento, era el director comercial y de comunicación de Chillida Leku. Me comentó que la idea de su padre era la de crear un espacio o lugar (leku en euskera) donde sus obras permanecieran en contacto con su tierra, ya que así habían sido concebidas y creadas. Durante muchos años la galería de arte que comercializaba sus obras estaba ubicada en París por lo que la mayoría de sus trabajos se extendieron por museos y colecciones de todo el mundo quedándose muy pocos aquí, en su tierra.

Eduardo Chillida. Trayectoria

Eduardo Chillida (Donostia, 1924-2002) realizó su primera exposición en 1950, precisamente el mismo año que se casó con Pilar Belzunce. Estudió la carrera de Arquitectura, aunque no la finalizó, pero le sirvió para adquirir una serie de conocimientos respecto al volumen y el espacio que fueron esenciales en su trabajo como escultor, ya que no "me gustaba como se enseñaba. Fui a la Academia de Bellas Artes de Madrid. Dibujaba con mucha facilidad y muy rápido. Hacía tres dibujos de poses de desnudos en el tiempo en el que los demás no podían terminar ni uno. Todo el mundo los primeros días se acercaba a mí, y yo, que era un crío, estaba bastante contento. No habría pasado ni medio mes cuando un día me quedé solo en el cuarto después de cenar. Estuve prácticamente toda la noche mirando aquellos dibujos, analizándolos. Y de repente me dije: "Esto no puede ser arte, es demasiado fácil". Y entonces pensé: "Bueno ¿y cómo lo arreglas? ¿por qué es demasiado fácil?".

Pero antes de interesarse por el arte, una circunstancia provocó un cambio en su vida, concretamente fue en 1942 cuando jugaba al futbol en la Real Sociedad como guardameta y tenía un buen futuro en este deporte, pero tuvo una inoportuna lesión que le obligó a dejarlo definitivamente. Fue el momento en que se dedicó a la arquitectura.

En 1958 recibió el Gran Premio de Escultura de la Bienal de Venecia. Diez años más tarde ya hizo su primera retrospectiva en la ciudad norteamericana de Houston. En 1971 ejerció la docencia en dicha universidad. En su larga trayectoria ha recibido diversas distinciones, entre ellas, la Medalla de Oro de las Bellas Artes, el Gran Premio de las Artes de Francia y el Premio Príncipe de Asturias de las Artes.

Es uno de los escultores que más obras tiene en espacios públicos, aproximadamente unas 40 esculturas que están distribuidas por diferentes ciudades del mundo. Uno de los países con mayor obra del escultor es Alemania. Su obra más importante, al menos a nivel mediático, es El peine del viento, ubicada en San Sebastián, que consta de tres piezas de acero, observándose la relación existente entre el mar, las rocas y el horizonte. Se erigen en armonía con su entorno, adquiriendo sentido en base al paisaje. Se instalaron en 1977.

A finales de los cuarenta viaja a París donde se instalará un par de años. Allí desarrollará una labor muy importante experimentando en el terreno figurativo. Realiza trabajos con figuraciones compactas y esenciales, interesándose por el arte arcaico y por Brancusi. Los materiales preferentes son los bloques de yeso, así como la técnica de la talla y el hierro, construyendo su propio lenguaje.

En aquella época coincidió con Joan Miró, lo que fue determinante en su trayectoria plástica y a su vez surgió una amistad que perdurará hasta la desaparición del artista catalán.

Dos años después vuelve al País Vasco dejando atrás las influencias externas y realizará su primera escultura abstracta, concretamente será Ilarik, empleando el hierro, que se pudo ver en la Fundación Miró de Barcelona, en el año 2003. Se trataba de una estela funeraria, que según él "ya estaba en la línea de lo que me es propio". Chillida trabajaba el hierro en la forja atravesando el espacio, en que las esculturas estaban apoyadas en tres puntos.

El filósofo francés Gaston de Bachelar señalaba que "Chillida trabajó el hierro en la forja, calentaba el hierro al rojo vivo, modelándolo trabajosamente a golpe de martillo".

Su primera exposición tuvo lugar en 1954 en la galería Clan de Madrid. Un año más tarde ya recibió el encargo de realizar una obra pública para el ayuntamiento de San Sebastián. En 1956 expone en la galería Maeght de París. Dos años más tarde comienza a tener reconocimiento internacional.

En la década de los 60 incorpora nuevos materiales, como el mármol y el alabastro. En 1971 descubre el hormigón y a finales de los 70 se interesa por la terracota, principalmente la tierra chamota,

Paralelamente a su trabajo como escultor desarrolla una extensa labor en otros campos como son la obra gráfica, el dibujo y las Gravitaciones -se trata de unos relieves en los que sobrepone unos papeles recortados y pintados encima del papel que están suspendidos de unos hilos encolados que, a simple vista, parecen obras tridimensionales. Las pinturas resultantes son de un solo color: el negro, representando algunas de sus piezas escultóricas. De todas estas disciplinas ha realizado individualmente diversas exposiciones. En 1976 recibió el primer premio del Ministerio de Asuntos Exteriores del gobierno japonés en la X Bienal de Grabado de Tokio, por el aguafuerte Euskadi IV, y en 1998 la Calcografía Nacional le otorga el Premio Nacional de Grabado por la obra Guggenheim III.

Chillida Leku. Arte y naturaleza

Chillida Leku está considerado como una "gran obra de arte", en el que se unen el arte y la naturaleza. El visitante puede efectuar el recorrido de manera heterogénea, sin una dirección concreta, ya que no hay un orden cronológico establecido que, según el propio artista "puede visitar este espacio artístico dejándose guiar por su intuición, siguiendo el "aroma" de las obras". Es cierto, ya que cuando se está delante de este jardín tan inmenso el público quiere acercarse a cada una de las esculturas para tocarlas, o más bien acariciarlas, y así poder sentir su textura.

Como es complejo citarlas todas aquí, solamente nos referiremos a algunas de ellas. La mayoría de las 40 piezas instaladas en el exterior son de acero corten, aunque también hay algunas de granito. Pertenecen al periodo 1986-2000. La pieza más antigua es Homenaje a Luca Pacioli (1986), un franciscano y matemático italiano del siglo XV, pionero del cálculo de probabilidades. Fue junto con Leonardo da Vinci el autor de La Divina proporción. En esta obra Chillida se acerca a la idea de que, en función de la luz, la sombra de la cruz -símbolo cristiano- que se encuentra en la superficie de la escultura, se refleja en el suelo, o lo que es lo mismo el "volumen aéreo que conecta el suelo con el cielo".

Las dos piezas más modernas, realizadas poco antes de su muerte son Saludo a los pájaros II y Consejo del espacio VIII y IX, todas ellas de acero corten. La primera es una obra que parece no tener gravidez como si estuviera suspendida en el espacio. Las dos siguientes tienen en común la existencia de un diálogo entre la materia y el espacio, o lo que es lo mismo, lo lleno y lo vacío. Para Chillida el diálogo tiene sentido cuando "la materia sólo puede ser materia maciza, porque si fuera hueca contendría en su interior un espacio escondido e inaccesible".

Una de las piezas más monumentales es Buscando la luz (1997). Tiene un peso de 22 toneladas. La obra está compuesta por tres enormes láminas de acero que no son simétricas. Al visionarlas, el espectador percibe "la contraposición de lleno y vacío", que son dos de los conceptos habituales en su imaginario creativo.

Otra obra de grandes dimensiones es Lotura XXXII (1998) que aún tiene un peso mayor que Buscando la luz, ya que pesa 64 toneladas. Se forjó en Sidenor, que se encuentra en la ciudad cántabra de Reinosa. "Lotura" significa nudo o unión, que en este caso está constituida por dos grandes piezas de acero macizo. La pieza superior está formada por cuatro brazos "anudados que surgen de un mismo bloque". En cambio, la pieza inferior corresponde a la base en la que se ensambla.

La escultura El peine del viento XVII (1990), forma parte de una serie que inicio en 1952, siendo la más famosa la que está ubicada en las rocas de la costa de San Sebastián. En el interior del caserío Zabalaga se pueden ver algunos proyectos de la serie, así como diferentes apuntes. Sobre su origen existen diversas teorías, una de ellas es que el artista se inspiró en los rizos del cabello de su mujer Pilar Belzunce, pero la más plausible es que el peine es un objeto del hombre, ya que "trata de domar, de comprender, de transformar en su horizonte, en que cielo, mar y tierra -elementos de la naturaleza- se unen enfrentándose al hombre".

Hay diversas esculturas que son homenajes a otros artistas o personajes relevantes -escritores, músicos, poetas, filósofos y personalidades diversas- que han sido importantes en el devenir de Chillida. En total realizó más de un centenar de obras dedicadas a ellos, como por ejemplo Homenaje a Bracque (1990), que fue el primer pintor que le hizo un intercambio de una obra en 1954. Hace alusión al mundo de los pájaros, que coincidió con la última época del pintor cubista, que fue cuando Chillida lo conoció en París. También del mismo año es el Homenaje a Balenciaga, un acero de dos metros y medio de altura. La abuela materna de Chillida fue una persona clave en la trayectoria del diseñador, ya que le instó ir a París para que pudiera desarrollar su labor de modista. Más tarde ambos entablaron amistad. La obra consta de dos piezas de acero que parecen sugerir una figura femenina.

De granito hay diversas esculturas, caso de Lo profundo es el aire IV (1987), Estela XII (1990), XIV (1991), XVII (1997) y XVIII (1998), Harri I (1991), IV (1993) y VI (1996) y Escuchando la piedra (1996). "Harri", significa piedra en euskera. Se trata de un bloque en el que hay una serie de incisiones, como si cortara la piedra, dotando a la obra de una extrema "ligereza y de suspensión etérea". Concretamente Harri I, es un bloque rectangular de granito rosa, material que Chillida descubrió en un viaje a la India, consiguiendo "producir una sensación poética y dinámica". Las estelas de Lo profundo es el aire, hacen referencia a un verso del poeta Jorge Guillén.

Soy, más, estoy. Respiro.

Lo profundo es el aire.

La realidad me inventa,
Soy su leyenda. ¡Salve!

Aunque haya titulado este artículo Un espacio para el arte, bien pudiera haber sido Hablar sin palabras, título del artículo que la crítica de arte de La Vanguardia, Lluïsa Borrás, publicó en el año 2000 con motivo de la inauguración de Chillida Leku. Para ella, el artista vasco era un "soñador tremendo, veía un bosque de esculturas donde sólo había una pradera abierta y una maravillosa arboleda".


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