Los cazadores siempre tuvieron en claro que no valía la pena derrochar cartuchos en los chimangos, pues el valor de la pólvora no se compensaba con los beneficios de la presa obtenida porque los chimangos no resultan muy provechosos para los humanos.
Si por aquellos tiempos se hubiese entendido el vital rol que cumplen las aves carroñeras para mantener la higiene en la naturaleza alimentándose de la carne de animales muertos y evitando la proliferación de las bacterias, quizás otro hubiese sido el significado de este refrán popular.
Nosotros si gastamos fotos en estas aves, mas aún cuando nos pasan volando cerca como para obtener buenos detalles.
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