China ha anunciado que abandona el control de natalidad que ha mantenido durante décadas y que todos conocemos como política del hijo único, a partir de ahora todas las parejas podrán tener dos hijos, es un cambio que, según el Gobierno, ha impulsado la preocupación por el envejecimiento de la población del país. Pero habría que añadir que también ha sido impulsado por el descenso de la población de mujeres creando una gran desigualdad de género, tal era el problema que millones de jóvenes solteros buscaban pareja dando lugar a un negocio del que se aprovecharon algunos desaprensivos.
Desde el año 2010 se ha estado hablando de la posibilidad de que China abandonase la política del hijo único, una política que durante los últimos años ha tenido consecuencias bastante negativas, como el elevado número de abortos si se detectaba que el bebé que se esperaba era niña, el abandono de bebés del sexo femenino o con algún problema de salud o malformación, etc. Este control de natalidad se ha ido relajando muy poco a poco, recordemos que a principios del año 2013 se anunció que se relajaría la reglamentación, permitiendo a las parejas tener dos hijos siempre que uno de los progenitores fuera hijo único.
A finales del año 2013 se aprobaba esta medida, pero para muchos parecía una tomadura de pelo, la razón es que el control de natalidad impedía desde hacía décadas que se tuvieran hermanos, por lo que muy pocas parejas se beneficiarían de la nueva legislación. Por otro lado no se resolvería el problema del envejecimiento poblacional, ni el de la falta de mujeres, ni tampoco otro problema del que se habló en su momento y que quizá sea uno de los principales condicionantes del cambio, la reducción de la población en edad laboral. Al ser China un país en plena expansión y crecimiento a nivel industrial y económico, la mano de obra es fundamental, y la política del hijo único frenaba su disponibilidad.
China abandona la política del hijo único que ha mantenido desde el año 1979, según los datos oficiales, con esta medida se ha evitado que nacieran 400 millones de bebés, estos son datos oficiales pero posiblemente sean muchos más. Quienes violaban la ley se enfrentaban a fuertes sanciones, el despido laboral e incluso se obligaba a las mujeres a abortar, era una ley tajante y sin contemplaciones. Quizá en 1979 esta medida era necesaria porque el país rozaba los 1.000 millones de habitantes, este volumen poblacional era un tropiezo para los planes de crecimiento económico.
A mediados del presente año se escuchaba con más fuerza que posiblemente se acabaría con el control de natalidad, tras cinco años desde que se anunció la intención de realizar cambios con esta política, llega el momento de decirle adiós. A partir de ahora ya no habrá tantas generaciones de chinos que crezcan sin hermanos y se solucionaran muchos problemas, pero aún queda un tema pendiente que el Gobierno debería abordar, poner en valor a las mujeres implantando la igualdad de género.
Los expertos han estado advirtiendo al Gobierno de China que a causa de la política del hijo único, el país se convertiría en la primera economía que envejecería antes de volverse rica, esto es lo que posiblemente haya terminado por impulsar el cambio. Ahora toca trabajar para recuperar la tasa de natalidad, actualmente una de las más bajas del mundo. Os recomendamos leer este artículo de BBC en el que brindan algunas respuestas sobre la famosa política del hijo único.
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