En el mes de noviembre el Gobierno de China anunciaba un relajamiento en la política del hijo único, el objetivo marcado era flexibilizar la política de planificación familiar establecida desde la década de los años 70. Dado que en varias ocasiones se había anunciado esta medida y posteriormente se había desestimado, era difícil de creer que finalmente se realizara el cambio. Pues bien, lo anunciado se ha cumplido, China ha aprobado los cambios en la política del hijo único y sin modificaciones, es decir, lo que se anunció se cumplirá por ley.
A partir de ahora, las parejas en las que uno de los miembros sea hijo único, podrán tener dos hijos, teniendo en cuenta el gran volumen de hijos únicos del país, supondrá un aumento significativo de la tasa de natalidad. Es necesario recordar que este cambio de política se realiza ante la reducción de la población en edad laboral del país, algo que no es factible para esta economía emergente en plena expansión. No realiza el cambio por las solicitudes de los ciudadanos, por mejorar el bienestar de las familias, por reducir la tasa de abortos o la tasa de abandonos de recién nacidos, China relaja el control de natalidad y lo hace por dos causas principales, por intereses económicos y por la creciente desigualdad de género.
Pero la principal causa, como ya hemos indicado, son los intereses económicos, el envejecimiento de la población hará que en el año 2050 más de un cuarto de la población tenga más de 65 años, teniendo en cuenta que el censo poblacional supera los 1.350 millones de habitantes, es un volumen de personas mayores muy significativo. La política del hijo único y la preferencia por los varones ha logrado crear un desequilibrio significativo entre géneros en pocos años, los demógrafos calculan que al final de esta década el desequilibrio se situará en 24 millones de hombres a los que les costará encontrar pareja.
China ha aprobado otras medidas, el régimen comunista se ve obligado a cambiar la legislación para adaptarse a las necesidades y exigencias de mercado, se podría decir que poco a poco el sistema político comunista va dando un giro y haciendo un pequeño guiño hacia una postura menos extremista y más democrática. De todos modos, queda un largo trayecto para mejorar la situación de los habitantes del país, la desigualdad social predomina de forma absoluta, el número de nuevos ricos crece año tras año, del mismo modo que crece el número de pobres, algo parecido a lo que está ocurriendo en otros países occidentales que parecen acercarse al modelo chino.
En definitiva, ahora las parejas chinas (la mayoría) van a poder tener dos hijos, junto al cambio de política se desarrollarán campañas para concienciar que este crecimiento poblacional debe ser equilibrado y a largo plazo. A pesar de que ya se ha aprobado la nueva legislación, dependiendo de cómo se desarrolle el cambio, se podría derogar la modificación en la política de planificación familiar, por tanto, para evitarlo será necesario que la población siga las recomendaciones del Gobierno y que no se apresuren a tener su segundo hijo.
En BBC Mundo nos informan de los cambios de política y sobre algunas de las consecuencias que ha tenido este estricto control de natalidad en el país.
Foto | Peron
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China ha aprobado los cambios en la política del hijo único