Uno de mis aperitivos favoritos que he descubierto recientemente.Solemos pensar que los boniatos son más calóricos que las patatas y por eso no los consumimos, pero también nos aportan muchas cosas esenciales para nuestro organismo.
Os voy a enseñar una manera diferente de prepararlos.
Cogemos dos boniatos grandes y los pelamos y troceamos a gajos no demasiado finos, sino se deshacen.
Los ponemos en un bol con 3 cucharadas de aceite de oliva, 1 cucharada de ajo en polvo, 1 cucharada de cebolla en polvo, 1 cucharada de pimentón de La Vera, media de perejil y sal rosa del Himalaya.
Mezclamos bien para que se impregnen todas por igual.
Las repartimos encima de una bandeja de horno forrada de papel para horno, así nos evitamos ensuciar demasiado.
Bien separadas para que no se peguen y queden crujientes.
Hornear a 180 grados durante unos 15-20 minutos o hasta que estén bien dorados, esto dependerá de vuestro horno.
Nos quedan unos boniatos crujientes ideales para comer solos, como guarnición o para mojar en nuestras salsas favoritas.
Espero que lo probéis y me digáis que tal están.