El gritón no aparecía, solo se escuchaban a los Pepiteros y a los Zorzales, pero luego de media hora veo que algo cruza la calle e ingresa a la reserva por un hueco del alambrado perimetral, me escondí detrás de un árbol y estando bien agachado pude sorprender al arisco Chiricote bastante cerca mío, obviamente que después de esta única fotografía volvió sobre sus pasos para abandonar el lugar a toda velocidad.
La foto está un poco oscura y con ruido porque apagué el flash con la idea de que se quede cerca y tratar de obtener mas imágenes.
