Hace ya varios meses que Nieves, una amiga de este blog, sugirió dedicar alguna entrada a las distintas variedades de chorizo. Hoy ha llegado el momento de abordar el tema.
Voy a comenzar con el chorizo curado que se vende en lonchas; próximamente me ocuparé del que se vende curado, pero completo, y también del chorizo crudo para guisar.
He comparado nada menos que 36 chorizos distintos y me he encontrado con hasta 21 aditivos diferentes. El producto con una mayor cantidad de aditivos es Vázquez que añade un total de 10. El dato más positivo es que también existen lonchas de chorizo sin aditivos. Veamos la tabla ( pincha aquí para descargarla en pdf):
Como se puede comprobar, hay tres productos sin aditivos: El Pozo All Natural y Chorizo de León tanto dulce como picante. Esta segunda es una marca exclusiva de Carrefour. Visto lo visto, yo me hago la misma pregunta de siempre: si se puede hacer un chorizo sin aditivos, ¿por qué esa manía de añadirle hasta 10 sustancias, algunas de ellas potencialmente perjudiciales para la salud?
Como siempre, he ordenado los productos de menos a más aditivos de color rojo [esos que recomiendo evitar o reducir]. No obstante, como otras veces he penalizado a aquellos que añaden potenciadores del sabor como el E-621, glutamato monosódico, ya que se trata de un gran engaño al paladar del consumidor, haciéndole creer que el producto es mucho mejor de lo que realmente es. Lo más llamativo es que lo utilizan algunos chorizos de cerdo ibérico, que en general son más caros y, teóricamente, de más valor nutricional. Es como el que se compra un vino muy bueno y luego se lo toma con gaseosa disfrazando el sabor. Quizás es que en realidad el vino no era tan bueno como se creía... Sobre los posibles efectos negativos del E-621 ya he hablado otras veces, así que hoy no me voy a repetir.
De otro lado, he marcado en negro al producto que se encuentra al final de la tabla, lo que significa que, desde mi criterio, está absolutamente desaconsejado. ¿Por qué lo desaconsejo totalmente? Por utilizar un colorante del tipo azoico, concretamente el E-124 rojo cochinilla A (es la versión baratuna del rojo carmín). El consumo de este colorante artificial, y en general de todos los azoicos, puede producir reacciones alérgicas especialmente en asmáticos y personas con intolerancia al ácido acetilsalicílico, además de ser sospechoso de producir o incentivar la hiperactividad. Es más: en junio de 2013 la Unión Europea redujo la IDA (Ingesta Diaria Admisible) de este aditivo desde 4 mg. por kg. de peso corporal, a 0,7 mg./kg. De hecho, en la mayoría de los productos que lo contienen es obligatorio por ley incluir una advertencia en el etiquetado sobre sus posibles "efectos negativos sobre la actividad y la atención de los niños". Un apunte más: la cadena de supermercados Lidl eliminó los colorantes azoicos de sus productos, tal y comenté en esta entrada.
Pero, lamentablemente, no es el único colorante que se utiliza, más bien al contrario. T odas las marcas, excepto ocho añaden colorantes para evitar o reducir el uso de pimentón en la elaboración de chorizo. A mí me parece que es una alternativa engañosa de obtener el característico color rojo de este embutido. El colorante más utilizado es el E-120, carmín o cochinilla. Dejando a un lado el repelús de pensar que se obtiene machacando unos insectos, este aditivo también puede generar reacciones alérgicas en algunas personas (asma y perturbaciones gastrointestinales). Pero lo más importante es que no hace ninguna falta. Que los fabricantes de chorizo utilicen pimentón y se dejen de colorantes, ¡leñe!.
De los posibles efectos secundarios de los nitritos, nitratos y fosfatos ya he hablado muchas veces, así que no me detendré esta vez. Pero no quiero dejar de mencionar la aparición del conservante E-235, natamicina. Se trata de un antibiótico utilizado habitualmente para combatir los hongos de los pies o las infecciones genitales por cándidas. En alimentación se usa a veces en la corteza de los quesos o en la piel de los embutidos, pero este uso en la alimentación puede provocar un aumento de la resistencia bacteriana a los antibióticos. Por tanto, bajo ningún concepto te comas la corteza de un queso o la piel de un embutido que utilice este aditivo. Este antibiótico solo lo he encontrado en el etiquetado del chorizo de pavo El Pozo, así que mejor evitarlo.
Ahora sí, termino recomendando el consumo del chorizo El Pozo All Natural, o el Chorizo de León (picante o dulce) de Carrefour. Todos ellos están libres de aditivos. ¡Bon appétit!
Fuentes:
- "¿Veneno en su plato?". Editado por la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios).
- " Guía completa de aditivos alimentarios".
- " Tabla de aditivos. Los números E "