Si hay una película de Christian Bale que me ha marcado, esa es El maquinista, del director Brad Anderson. Curiosamente, esta película de suspense psicológico fue rodada en España y desarrollada en inglés, y en ella Bale da vida a un operario de una máquina en una fabrica, quien no logra conciliar el sueño; no obstante no se trata de un insomnio común puesto que no duerme desde hace un año. La fatiga provocada le ha ocasionado un horrible deterioro de su condición física y su salud menta.
Ahora bien, no sólo la película en sí, por su trama, me gustó, sino que fue una película que supuso un esfuerzo para el actor y el director, pues Bale se sometió a una dieta extrema, pasando hambre durante más de cuatro meses antes del rodaje, ya que su personaje debía ser drásticamente delgado. Bale se alimentaba a base de un café y una manzana (o una lata de atún) al día, lo que provocó que perdiera 28 kg, bajando su peso corporal a 54 kg. Y si Bale lo pasó mal, el director, Brad Anderson, tampoco lo pasó demasiado bien, pues se lesionó la espalda durante el rodaje y dirigió gran parte de la película acostado en una camilla.
Siete años después, y no contentos con el sufrimiento al que se sometieron para dicho rodaje, ambos vuelven a reunirse para un nuevo proyecto, Concrete Island, una adaptación cinematográfica de la novela de JG Ballard.
El guión está siendo escrito por Scott Kosar, también guionista de El maquinista, y supondrá que Bale deba hacer de nuevo el esfuerzo de bajar peso para el papel.
Anderson ha declarado: "La mejor manera de describirlo es como una historia de un Robinson Crusoe urbano. Un tipo estrella su coche en un cruce y es abandonado, lesionado, y no puede escapar, y, básicamente, trata de sobrevivir en medio de las grandes metrópolis urbanas. Es una especie de loco, una historia fresca del tipo de Ballard".
Fuente: STYD