Como ya he comentado en muchas ocasiones, sigo realizando pruebas con distintas plantas para ver los resultados que dan sembrándolas en mi huerto, con los condicionantes climatológicas que existen en mi comarca, ubicada en la campiña sevillana. Casualmente este verano llegó a mis manos, a través de un vecino, unas semillas que hacía mucho tiempo que no las veías, difícil de conseguir por mi zona y que solo se suele ver a la venta en algún puesto ambulante de las ferias de nuestro pueblos. Es popularmente conocida aquí con el nombre de CATUFAS. Quizás su nombre mas correcto y mas conocido a nivel general sea la de CHUFAS. Se trata de un pequeño tubérculo comestible de una planta, cuyo nombre botánico es Cyperus Esculentus que se cultiva, principalmente en nuestro país, en las huertas de la región valencianas. De ellas se extrae un liquido para después hacer las famosas y exquisitas HORCHATAS. También se pueden comer los tubérculos, remojados unas horas en agua para que se ablanden un poco. Con esas semillas que me dieron, decidí probar su cultivo en mi huerto para ver los resultados que obtenían. Para ello, a mediados del mes de abril, preparé la tierra removiéndola profundamente, unos 25 cm, con aporte de estiércol orgánico de caballo y dejando la tierra lo mas suelta y fina posible.
Tras todo esto, sembré las chufas a una distancia de 10 cm. entre ellas y enterrada unos 5 cm. de profundidad. Previamente, habían estado echadas en agua para su remojo durante 24 horas.
El sistema de riego empleado ha sido de goteo y el riego ha sido siempre en función al clima y temperatura ambiente, aunque durante el pleno verano, con las plantas desarrollando un abundante follaje y altas temperaturas, el riego ha sido a diario. Me ha llamado mucho la atención la gran multiplicación que se produce de cada semilla, ramificándose en numerosas hojas y enraizamiento nuevos.
Cuando las hojas empezaron a cambiar del color verde, al amarillo, dando síntomas de que el ciclo de la planta se estaba terminado. dí por finalizado los riego y esperé a que las plantas fuesen secándose todas.
Cuando esto ocurrió, le predí fuego para la eliminación total de todas las hojas secas para poder realizar un buena labor de extracción de los tubérculos.
A continuación, con una horca, fui volteando la tierra, sacando las raíces para realizar la recolección a mano de los tubérculos (Chufas). Una vez sacadas todas las plantas y tras realizar un rebusco a la tierra para recoger aquellas chufas que se pudieron quedar atrás, les realicé un intenso lavado para la eliminación total de restos de tierras. A continuación, las coloqué varios días al sol para su total secado. Un vez secas, repasé las chufas para eliminar alguna defectuosas o picadas por insectos y la envasé el bolsas con cierre hermético hasta su consumo.
Resumiendo, estoy muy satisfecho de la producción obtenida con solo unas semillas, obteniendo unas chufas de excelente calidad que podré degustar de este magnifica manjar durante estos meses de invierno, siendo una importante fuente de nutrientes muy beneficiosa para nuestra salud. Hasta aquí , este nuevo comentario sobre una nueva planta que he cultivado en mi huerto con excelente resultados.
Un cordial saludo. Antonio