Ave que desconcierta bastante al momento de fotografiarla, escurridiza y muy rápida para moverse en el sotobosque cuando está caminando, y cuando vuela el desconcierto es aún mayor porque lo que uno menos se imagina es que puede hacerlo pese a las apariencias de su cuerpo, no tiene cola y sorprende la facilidad con la que se mueve cuando se desplaza en el aire entre lo enramado de la vegetación. Solo cuando localizamos su vocalización desde un lugar distinto nos damos cuenta de que se movió y en cuestión de escasos segundos lo encontramos con gran sorpresa perchando a casi 5 metros del suelo.
Estas fotografías las obtuvo Javier el pasado 11 de Septiembre, creo que fue la segunda oportunidad en el año en que lo tuvimos frente a nuestras cámaras durante esa jornada compartida también con Nico.