Revista Cocina
Churros caseros o cómo montar tus propios petardos... para el Reto de Tía Alia
Por Luz Hernando Rubio¡¡Hola de nuevo!! ¡¡He vuelto!! Si!!!! Jejeje... aunque sólo por un rato, jejeje... Siento estar tan desaparecida, me da muchísima rabia haber dejado colgadas todas mis recetas sanvalentineras y más aún mis participaciones de este mes en los retos en los que participo... la razón, ummm... aún es un secreto, lo siento mucho... los que me seguís en las redes sociales sabéis que tengo todo un poco parado, un poco abandonado y que aún así estoy trajinando muchísimo... tranquilos, pronto os enteraréis.
Por ahora sólo os puedo contar que estoy haciendo reajustes muy importantes en mi vida, reajustes que me tienen nerviosa, inquieta y muy ocupada pero que afronto con ese valor que sólo da el cariño y la ilusión, no sólo míos, sino, sobretodo, de la gente que me rodea y que han sido la razón por la que estoy sorteando los baches hacía un giro en mi vida de más de 360º .... pronto os diré más... por ahora sólo os puedo pedir paciencia, y sobre todo perdón por no poder publicar en el blog ni estar tan pendiente, pronto cambiará la situación.
Bien, dejando al lado el tema, del que ya me oiréis hablar hasta que os piten los oídos, que ya sabéis que yo puedo ser muy cansina, jejeje.... hoy os traigo una receta de las de toda la vida... de las que todos conocemos y disfrutamos muchísimo... ¡¡pero fuera de casa!! A ver... ¿quién ha hecho churros caseros antes de hoy? Yo os reconozco que jamás en la vida.... bueno, no... miento.... hace años y años.. allá en ese tiempo tan feliz que llamamos adolescencia y en un fin de semana que de casualidad tenía yo la casa para mí sola, no se yo porqué... un novio mío se apuntó a desayunar... y no se le ocurrió otra que traer para acompañar el café unos churros de esos congelados que lo único que había que hacer era freirlos... en fin... sólo os diré que ha sido la cita menos romántica de mi vida... ¡¡y de la suya, seguro!! Acabamos perdiditos de aceite, nadie llegó a probar un churro y me pasé el resto del fin de semana limpiando aceite del techo de la cocina para que no se enterara mi padre... ¡¡que se enteró!!.
Total, que tras ese recuerdo y cada vez que veo en Lidl esas churreras de plástico con las que parece tan fácil hacerlos en casa me entran escalofríos.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte mi hermana cada vez que oye la palabra churro activa un resorte inconsciente en su cerebro de forma que automáticamente y cada vez dice... "¿porqué no probamos a hacer churros en casa?".... sí es verdad que nosotras no somos muy churreras, aunque, claro... hemos comido muchos churros... somos chicas de feria, como diría mi hermana, jejeje...
Siempre que pienso en churros, además, pienso en mi abuelo, que este sábado cumplió 93 años y que cada fin de semana que pasábamos con mis abuelos en el Escorial el hombre salía a traernos churros y porras que desayunaba con mucho gusto con nosotras... y con su Nescafé, jejeje...
También recuerdo los churros del Monte Igueldo, donde mi familia hacía la visita obligada del verano y donde la parada en el puesto de comidas era un obligado casi nada más llegar... allí mi abuela invitaba,... y siempre con la misma frase "ponga usted de todo que lo que no se coman los niños lo terminarán los mayores" jejeje... perla de sabiduría como pocas.
También en verano solíamos ir con mis padres cada año al Santuario de Loyola, donde se casaron mis abuelos, y donde justo al lado había un café donde siempre merendábamos lo que según mi madre se servía antiguamente en los desayunos de bodas... chocolate de esos que son más sólidos que líquidos... con churros o mojicones y un vaso con un azucarillo enorme que se disolvía en agua y que luego te bebías... vamos el desayuno del goloso!!
Y recuerdo los churros al lado de los cochecitos en las fiestas de Fuenterrabia, donde un año en que iba con un billete de 5.000 pesetas y una ristra de 6 primos pequeños a los que vigilar entre atracciones, tómbolas y el sonido de acordeones mi primo Javier apareció de pronto con un churro gigante cubierto de chocolate... la pregunta de los otros primos que miraban con ojos golositos el churro fue por supuesto que de donde lo había sacado... a lo que el niño que debía tener unos 10 años y ser como de un metro de alto contesta todo fresco "los daban ahí" y señala con la cara empapada de chocolate hacía el puesto de churros.... claro que desde su altura el niño sólo veía la cesta esa donde van dejando que los churros se sequen y desde donde los cojen para servirlos previo pago claro....
La cuestión es que mi primo había alargado el brazo y se había llevado el churro... mis primos con los ojos como platos me miraban,.. y yo sólo pude decir "¿has robado el churro?".... Javier me miró y dijo... "no, los daban, ¿lo devuelvo?" para entonces el churro llevaba un pedazo de mordisco importante, el autor del delito tenía chocolate hasta en el pelo y yo sólo podía pensar en cómo iba a deslizar el churro de vuelta intentando que nadie se diera cuenta... ¡¡o peor!! devolviéndolo sin más... así que no, le dije que se lo comiera rápido y que nos fuéramos de ahí.... claro que al cabo de dos mordiscos el niño se hartó del churro.... pero en fin... yo estaba tan agobiada que, en fin, lo que no se comió el niño se lo comió la mayor, jejeje.
Como veis recuerdos importantes y divertidos que han hecho que al ver que Begoña había elegido como receta dulce del mes de febrero del Reto de Tía Alia la receta de los churros y que Almu estaba toda emocionada me haya costado poco decidirme por esta receta....
Y os diré... ¡¡¡¡¡¡hemos recogido de nuevo aceite hasta del techo de la cocina!!!!!!! Sí señoras y señores.... menuda explosión tuvimos el sábado por la tarde... pufff... empiezo por el principio:
El mes pasado me quedé con la pena de no poder participar en el reto... ¡¡porque no me salieron los caramelos de café!! ea, ya lo he dicho... así que este mes me empollé muchísimo la receta, vi millones de recetas, videos y técnicas... hasta que finalmente el sábado decidimos hacer merienda de churros con chocolate.
Cogí las proporciones de los ingredientes por un lado de la receta de Pilar Lechuza, y por otro de la receta de Eva Arguiñano, y por los videos descubrí que la razón por la que los churros pueden explotar es porque la masa no se comprima bien en la churrera, haya burbujas de aire en la masa y estas al calor del aceite exploten... bien, lección aprendida.
La masa la hice sin ningún problema, dejé que templara un poco, preparé mi manga pastelera con una boquilla gordita y estrellada (ya que no tengo churrera) y ¡¡manos a la obra!!.
Enrolé a Almu para hacer la forma de los churros, ya que yo los quería en forma alargada y ella en forma de lazo, como dice ella, porque le recordaban a los que comía Celia cuando iba con su padre al circo y que vendían por docenas en forma de lazo y atados con un alambre... si habéis visto la serie Celia os acoraréis de esas ristras de churros.
Reconozco que hacer los churros con la manga costó Dios y ayuda... ¡¡estaban durísimos!! Nos fuimos turnando y nos salieron una barbaridad... así que incluso pensé en congelar, luego con lo que nos pasó en realidad no pude hacerlo, pero que sepáis que con las cantidades que pongo salen tranquilamente 3 docenas de churros.
Bien, llegamos a la parte desastre... ¡¡la fritura!! Yo puse aceite de girasol a calentar en un sartén... a fuego vivo porque conforme metía los churros veía que estos chupaban mucho aceite y se me quedaban muy blancos... con lo que pensé que sería cuestión de más calor y de dejarlos más tiempo en el aceite... ¡¡¡¡ERROR!!!! El aceite se calentó muchísimo, los churros empezaron a vaciarse y literalmente explotaron por toda la cocina!!!! Pero en plan petardo ehhh!!! Con chupinazo y todo... a mí me saltó aceite a las manos, el pelo, por toda la cocina tipo la matanza de Texas y mi hermana la pobre horrorizada desde una esquina... problema, había 4 churros en la sartén y hasta que no explotaron todos estuvimos en DEFCON2 !!! ¡¡Qué miedo!! Cuando vimos que la explosión ya había terminado apagamos todo y nos quedamos ahí paradas.... ¡¡menudas caras, menuda cocina y qué mierda de churros!
Ea, a limpiar a pocos... ¡¡qué mal se quita el aceite!! Y mientras venga a comernos el tarro de qué había pasado, hasta entonces habíamos hecho dos tandas sin problemas, vale que salían muy blanquitos, pero estaban hechos por dentro, sabían a churro y estaban ricos, así que ¿cuál había sido el problema con estos últimos? Al final llegamos a la conclusión de que había sido el calor del aceite... y el tiempo que los habíamos dejado allí... así que como buenas tercas como mulas nos arremangamos y vuelta a empezar... y esta vez salieron!! Sin trinchera ni nada, jejeje... pero pálidos cuál guiris en la Costa del Sol.... jejeje...
Yo después de contaros la experiencia os animo a volver a hacer recorridos por el barrio en busca de una churrería... no porque no se puedan hacer en casa, no... sino porque para seros sincera, y al igual que cosas como la masa de hojaldre, no compensa... pero por supuesto esa es mi opinión, ehh!!
Os dejo con la receta que yo he empleado basada en la de Tía Alia.
Receta de churros caseros.
Ingredientes para 3 docenas de churros:
- 1 tazón de harina de repostería previamente tamizada
- 1 tazón de agua (la misma cantidad de agua que de harina)
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 nuez o cucharadita de mantequilla
- 1 cucharadita de levadura Royal
- Aceite para freír
Modo de hacerlo:
1. Lo primero que tenemos que hacer es preparar la masa de los churros... lo más fácil del proceso, jejeje... Para ello comenzamos tamizando la harina y mezclándola con la cucharadita de levadura en polvo.
2. A continuación ponemos el agua, la sal y la mantequilla en una cazuela y la llevamos al fuego hasta que hierva.
3. En ese momento, bajamos el fuego al mínimo, pero sin retirar del mismo la cazuela añadimos la harina toda de golpe y trabajamos hasta que se integre bien con el líquido con ayuda de una espátula y hasta que la masa se despegue de las paredes de la cazuela.
4. En ese momento sacamos del fuego a un bol y si veis que la masa os ha quedado grumosa podéis amasarla un poco con la batidora eléctrica con varillas de esas para amasar pan.
5. Dejamos reposar media hora para que temple la masa.
6. Pasado ese tiempo pasamos la mitad a una churrera si tenéis, sino a una manga pastelera con boquilla amplia y estrellada y hacemos ejercicios de musculación formando los churros y dejándolos reposar sobre un papel de horno mientras vamos haciéndolos todos... bien en forma alargada, bien en forma de lazo.
7. Llegamos a la parte de la fritura que os recomiendo hacer en un cazo mediano, mejor que en sartén, para así concentrar el calor del aceite sin que este se os arrebate mucho, y calentamos bien, pero luego controlando de que no siga calentándose... así que una vez caliente ponerlo a fuego medio para que mantenga la temperatura sin subir más.
8. Vamos friendo en tandas de dos o tres churros por vez dejando 1 minuto por cada lado y sacándolos a continuación a un plato con azúcar (si dejáis escurrir en papel de cocina se revienen un poco y además luego el azúcar no se pega).
9. Servimos calientes y acompañamos de chocolate, como en nuestro caso... o bien de café con leche.
Y esta es la receta... como os decía en esencia es muy fácil, y supongo... que como con casi todo la práctica hace al maestro... también como os decía, en este caso me quedo con los churros bien marrones que compro por ahí y que matan el antojo jejeje...
Yo por ahora me despido, espero no estar desaparecida tanto tiempo y que nos veamos pronto... un besazo gigante a todos y mil gracias por seguir visitando mi cocina. Luz.