La evolución constante de la tecnología y la automatización en los últimos años, ha producido cierta alarma entre las empresas. Este hecho se debe a la preocupación de las mismas por protegerse de unos enemigos potenciales, los ciberataques.
Todos los sectores están en riesgo ante los ciberataques, y cada día las distintas empresas, se preocupan por mejorar su ciberseguridad. En este aspecto, las corporaciones se sienten obligadas a buscar modos de asegurarse, ante la incertidumbre que genera el no saber cuando serán víctimas de un ataque de este tipo.
Los tipos de ataques que más preocupan son los de tipo DDos, phising (virus) y gusanos informáticos. Son los más frecuentes y de acceso relativamente “fácil”. ¿En qué afecta a la empresa?, principalmente en la pérdida de reputación, la pérdida de clientes o la interrupción de sus servicios. Entre otros riesgos, se encuentra el robo de la propiedad intelectual, propio del sector industrial, al que se suma una gran cantidad de sedes empresariales en diferentes países. En algunos casos, los ataques son propiciados por los mismos Estados hacia las compañías con gran facturación.
Otros riesgos a los que se enfrentan las compañías del sector industrial es el ataque hacia sus plantas de ensamblaje y los controles, que en muchos casos ponen en riesgo a la plantilla e inhabilitan las máquinas ya que, estas sufren subidas de temperatura entre otros incidentes.
Los datos ante el ciberriesgo auguran que 1 de cada 2 empresas, aumentará su inversión en ciberprotección. Y 1 de cada 3 contará con expertos en seguridad cibernética en su plantilla y se invertirá un 64% más en nuevas tecnologías
Ante este gran problema d y junto a la falta de cualificación del personal y los escasos fondos, las empresas tienen que dar el paso para que se les gestione lo relacionado con los ciberataques y así, prevenir un riesgo innecesario.