Revista Libros

"CICATRIZ" de Sara Mesa

Publicado el 07 noviembre 2015 por Marianleemaslibros

“El placer de sentirse obsequiada, agasajada, de ser objeto de la devoción de Knut, todo eso la está cegando, se dice.
Él se está construyendo una imagen de ella y ella le está dejando hacer. Al final terminará dañándole. Pero cómo evitarlo.
Ella no le ha pedido nunca nada, musita. Lo dice en voz alta, para sí, como si se defendiera en un juicio en el que los dos estuvieran en el banquillo de los acusados: No, nunca le pedí nada” Sonia conoce a Knut, Knut conoce a Sonia en un foro literario de internet y empiezan a contactar prácticamente a diario.
Le parece que los participantes son más interesantes que en otros sitios: hablan de libros, de películas, intercambian opiniones políticas y chistes revestidos de sarcasmo que la hace sonreír. Se da de alta con un seudónimo masculino. Hay gente que entra a diario, a todas horas, y gente que casi nunca se deja ver; Hay muchos solitarios que buscan seducir, personalidades extrañas que se encelan, se ofuscan, presionan y luchan por el liderazgo en el grupo.

Ella le escribe, comparte opiniones, le cuenta cosas de su vida; a cambio, él le manda algunos libros que roba por y para ella (él es el típico "nini" que vive con sus padres, que no necesita trabajar, porque su oficio de ladrón de guante blanco se lo permite).
Knut admite, consagra gran parte de su tiempo al arte del hurto: libros, pero también otros bienes si es preciso. En cuanto al riesgo, no es algo que haya que minimizar: es cierto que está ahí pero él puede asumirlo perfectamente. Knut se crece en el reto. Sus ganas de complacerla, de hacerla feliz, son mayores cuando más difícil sea ese reto.

Al principio los envíos son esporádicos. Títulos que ella pide, pero sobre todo títulos que él sugiere o que piensa que ella debe leer de inmediato, asumiendo el papel de guía literario.
Eres la única persona que conozco a la que considero mi igual en el terreno del intelecto, le dice. La única con la que me apetece compartir mis lecturas.

La relación que mantiene con él es es radicalmente diferente a todo lo que había conocido hasta ahora, pero lo cierto es que su beca en el Archivo Municipal no le da para mucho y tanto regalo le viene muy bien. Además se siente halagada, porque es tentador ser el centro de atención de alguien hasta ese extremo y recibir sin tan siquiera pedirlo, zapatos, colonias y perfumes caros, ropa interior, lencería cara…
Pero en contra de lo que pueda parecer, no es oro todo lo que reluce: en ocasiones Knut puede resultar demasiado quisquilloso, cargante y llegará el momento en que Sonia sienta el deseo de frenar, de hacer algo para sacarle de su cotidianeidad.  Porque en eso se ha convertido: en una rutina más, a veces pesada, a veces incómoda, aunque muchas otras beneficiosa.
Él siempre está dándole vueltas a todo, ¿no se da cuenta de lo agotador que resulta? Un neurótico, le dice. Un perfeccionista insoportable, un fetichista.

¿Llevará a algún lado esta asfixiante relación que mantienen estos dos? Sara Mesa es madrileña (1976) , aunque vive en Sevilla desde pequeña. Autora de dos libros de cuentos, “No es fácil ser verde” y “La sobriedad del galápago”.
Ha escrito también algunas novelas como “El trepanador de cerebros”, “Un incendio invisible” que fue Premio Málaga, “Cuatro por cuatro” (finalista del Premio Herralde de Novela en 2012) y “Cicatriz”, la novela que hoy os traigo.
Publicada este año 2015 en Anagrama, ha contado con un considerable éxito de público y de crítica. Actualmente, esta autora parece ser considerada como una de las escritoras más prometedoras de la literatura española actual.
La relación entre Sonia y Knut puede parecerse en sus comienzos a otras tantas que se crean hoy en día en el mundo cibernético, o que podrían crearse en cualquier foro literario de internet. Los participantes se registran, entablan conversaciones, discrepan sobre este o aquel libro. Hasta aquí, todo normal.
Pero no es muy normal que alguien empiece a recibir regalos caros, muy caros de un completo desconocido. Paquetes y más paquetes de cosas robadas, que Sonia ya no sabe ni donde meter.
Todavía tiene los siete pares de zapatos en el maletero del coche, más los otros dos ocultos al fondo del armario. Tiene toda la lencería en una caja, los perfumes de tiempo atrás aún sin utilizar, las cremas, las medias... Es demasiado, se dice, es demasiado

Se ven en alguna ocasión, dejan de escribirse un tiempo, incluso unos años, pero al final siempre vuelven a lo mismo. Para Sonia es como un “ni contigo ni sin ti cibernético”
Creo que el movimiento natural de todo esto era crecer, ir hacia algún lado, ¿pero adónde? Él seguía sin pedirme nada, sólo mi atención. Hasta que empezó a ser excesivo incluso para mí. Me faltaba energía para corresponderle. Se me quitaron las ganas de escribirle. Dejó de sorprenderme. Y me cansé. Me casé y me cansé.

¿Qué me ha parecido? ¿Me ha gustado?
Sí, me ha gustado. Ésta novela cortita de tan sólo 200 páginas me ha resultado curiosa. Ninguna acción, una historia bien contada con sólo los dos personajes y su extraña relación.
La escritora transmite, escribe bien, de eso no cabe duda: ha conseguido que el personaje de Knut me ha haya resultado odioso, fastidioso, exasperante, repulsivo y eso no es algo fácil de conseguir. Me ha hecho sentir literalmente ganas de ahogarlo en más de una ocasión. Por ser tan…
Exhaustivo. Eso es. Tan exhaustivo. Con él había que analizarlo todo al detalle. No podías dejarte llevar simplemente por una impresión: siempre debías profundizar en ella, racionalizarlo todo, explicarlo todo. Se molestaba si no seguías su ritmo. No lo decía directamente, pero de algún modo te hacía ver su decepción. Cuando todo parecía que marchaba bien entre nosotros, le surgía la necesidad de presionar, de probarme e incluso de violentarme, hasta que yo terminaba cansándome y poniendo distancia.

Cuantas veces me hubiera gustado zarandear a Sonia, y gritarle: ¡pero chica reacciona, deja de fantasear, que ésta dependencia ya resulta enfermiza, aléjate de él!
Así pues nos encontramos con una trama que comienza como un juego inocente de intercambio de opiniones en torno a la literatura, pero que al final se convierte en una auténtica pesadilla para una mujer que tan sólo quiere vivir una vida real con su marido y su hijo y que se siente atrapada. Porque a veces cortar los lazos que unen una relación de dependencia entre dos personas forjada a través de los años, puede resultar muy muy complicado.
Mi nota:

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