Revista Cultura y Ocio

"Ciclo de Tschai" de Jack Vance (1968-1970)

Publicado el 21 septiembre 2014 por Tomas

 Portadas de Antoni Garcés para editorial Ultramar [fuente: Outcasted Project]



Título: Ciclo de Tschai o Planeta de la aventura. (Planet of Adventure)
Autor: John Holbrook Vance, o simplemente Jack Vance. Prolífico escritor de Ciencia-Ficción y Fantasía, Gran Maestro de la SFWA. Aunque se graduó en Berkeley, fue marino, granjero, operario en una conservera, albañil, carpintero y electricista. Se construyó su propia casa, habitó en diversos países y viajó por todo el mundo, incluso viviendo en un barco con otros escritores del género, sus amigos Frank Herbert y Poul Anderson.
A qué género(s) y estilo(s) pertenece: Es una saga de cuatro novelas cortas, y resulta una combinación equilibrada de Ciencia-Ficción blanda y de Fantasía. Por su ambientación en un mundo imaginario poblado por diversas razas inteligentes enfrentadas, tiene un tono de Fantasía heroica o Fantasía épica que la acerca a la Space Opera, pero sin caer en licencias contrarias al rigor científico.
Qué cuenta: El planeta Tschai se encuentra en la estrella Carina 4269, a 212 años-luz de nuestro Sol. La nave terrestre Explorador IV llega a Tschai siguiendo una señal de radio recibida desde él. Pero cuando se encuentra en su órbita es destruido por un torpedo, salvándose únicamente el explorador Adam Reith, que cae en el planeta con su lanzadera. Allí entra en contacto con las diversas especies inteligentes que lo habitan, y que conforman una sociedad hostil y violenta, con una paz precaria mantenida por el  equilibrio de fuerzas entre ellas. Reith intentará volver a la Tierra, pero se verá implicado en aventuras, intrigas y enfrentamientos entre razas. 

El Ciclo de Tschai o de Planeta de la Aventura se compone de cuatro novelas breves, cuya extensión total es de unas ochocientas páginas. La unidad espacio-temporal de la historia es absoluta, comenzando cada novela donde termina la anterior, quedando la acción inconclusa al final de cada una. Del mismo modo, el autor emplea idéntico estilo e idénticas técnicas narrativas en las cuatro. Por todo ello, he optado por comentarlas también en una única reseña.
Cada novela lleva por título el nombre de una de las razas que pueblan el planeta Tschai. A saber:
  1. Los Chasch (City of the Chasch) [1968]
  2. Los Wankh (Servants of the Wankh) [1969]
  3. Los Dirdir (The Dirdir) [1969]
  4. Los Pnume (The Pnume) [1970] 

Para transmitir una idea general de los que es el Ciclo de Tschai, diré que remite automáticamente, por su temática y su planteamiento, a otras grandes sagas literarias: Flash Gordon de Alex Raymond o John Carter de Marte de Edgar Rice Burroughs. Veamos:
La totalidad de la trama transcurre en el planeta Tschai, que orbita alrededor de la estrella Carina 4269. Tiene dos lunas, Az (rosa) y Braz (azul), y sus años duran 488 días. A él llega la nave terrestre Explorador IV, tras el rastro de una señal de radio recibida hace 212 años, la distancia que separa ambos planetas. Tras soltar una pequeña lanzadera de exploración, la Explorador es destruida por un torpedo procedente de Tschai, salvándose únicamente el protagonista, Adam Reith (vemos que el nombre, Adán, connota la idea de "hombre solo, único"), aunque su lanzadera queda inutilizable. Una vez en la superficie, descubre que el planeta está habitado por diversas especies inteligentes humanoides, y por seres de nuestra raza. Esta existencia de seres humanos en un lugar tan alejado de la Tierra será uno de los grandes interrogantes de la serie, llegándose a la conclusión de los Dirdir, dominando el viaje interestelar, hubiese tomado humanos en la Tierra hace miles de años, y los hubiese llevado a Tschai.

 [fuente: Web oficial de Jack Vance]


Son cuatro las especies que pueblan Tschai, y cada una tiene a su vez hombres a su servicio: los Hombres-Chasch, los Hombres-Wankh, los Hombres-Dirdir y los Pnumekin. Estas razas tienen papeles diversos, pero siempre sometidos a la especie de la que toman nombre. Del mismo modo, tienen una fisonomía que recuerda a aquella, lograda mediante cirugía, selección genética e indumentaria.
Los seres humanos conforman un mosaico variopinto de muy distintas culturas, desde el nomadismo bárbaro de los Hombres Emblema hasta formas de vida urbana sofisticadas y formalistas, como los Yao. El único elemento común a todas ellas es el idioma, que Reith debe aprender durante su convivencia forzosa con los Hombres Emblema.

Az y Braz, en el cielo de Tschai [fuente: Web oficial de Jack Vance]


Un rasgo muy definitorio de Planeta de la aventura es el relativismo cultural: todas las especies estiman las demás son inferiores a la propia, y todos los hombres supeditados a las cuatro razas consideran que los demás son aberraciones. Así, los humanos son llamados subhombres. A ello colabora el sistema de mitos y religiones de cada especie, pues todos sostienen la creencia, de una u otra manera, de ser la legítima habitante de Tschai.
La casi total ausencia de relación entre especies, y el temor mutuo a las potencialidades de los otros, provoca que la situación en Tschai sea la de una "Guerra fría", una tensión constante resuelta con escaramuzas menores para evitar confrontaciones de mayor magnitud. En ese delicado equilibrio de fuerzas, cada raza domina un territorio, mientras que los grandes espacios abiertos pobres en recursos, como la estepa, son los lugares por los que se mueven los distintos grupos humanos. La única raza autóctona de Tschai, los Pnume, habita en el subsuelo, ajena a la vida en la superficie.

 Las cuatro razas: Dirdir, Schach, Pnume y Whank


Desde el primer momento, Reith tiene claro su objetivo: regresar a la Tierra. Pero para ello tiene primero que vivir un montón de aventuras, interactuando con diversos personajes y tomando contacto con las cuatro especies del planeta. Al igual que los mentados John Carter o Flash Gordon, antes tendrá que lograr aliados autóctonos, ganándose el respeto y la afinidad de aquellos que primero lo tratan como enemigo. En el caso de Reith, serán Traz Onmale, el joven líder de los Hombres Emblema, y Anacho, un Hombre-Dirdir, que ofrecerá los momentos cómicos por su personalidad presuntuosa y su incapacidad para asumir que Reith proceda de la Tierra, y que los humanos puedan haber desarrollado una tecnología igual o superior a la de los Dirdir.
Reith también desarrollará intereses románticos: El primero con una joven noble Yao, llamada Flor de Cath, aunque el autor desecha rápidamente este subargumento. El segundo, con una joven Pnumekin, conocida como Zap 210. En general, el papel de las mujeres en la saga es poco más que anecdótico, y no muy afortunado.

A mi juicio, el gran logro de Jack Vance es el equilibrio entre Ciencia-Ficción y Fantasía. Si Flash Gordon o John Carter de Marte son Space Opera, carentes por completo de rigor científico, el Ciclo de Tschai se mantiene siempre dentro de lo plausible dentro lo científico-técnico. Vemos como la tecnología de Tschai es avanzada, disponiendo de naves interestelares o armas de energía, pero el nivel de desarrollo de las diferentes especies, y de los múltiples grupos humanos, es muy desigual, aunque se encuentran con facilidad vehículos a motor, teléfonos, células de energía, potentes armas de fuego como los cañones lanzaarena o plataformas voladoras. Con todo, predominan las armas blancas, en especial las espadas largas y flexibles, y las catapultas manuales, que arrojan flechas, y que por su descripción tal vez deberían ser llamadas ballestas.
En general, Vance describe la tecnología de Planeta de la aventura como poco práctica, y más pendiente de la estética que de la funcionalidad. Por ejemplo, las plataformas voladoras de los Chasch, que aparecen al principio de la primera novela, son poco aerodinámicas, y sus ocupantes casi se pelean por el espacio y por mantenerse en equilibrio sobre ellas. [Por su poca ergonomía y por su diseño barroco, me recordaron a los esquifes del palacio de Jabba el Hutt en "The Return of the Jedi"]

"Dirdir" de David Brasgalla [fuente: blog del autor]


Además de aunar Ciencia-Ficción y Fantasía heroica con acierto, creo que, con este Ciclo de Tschai, Jack Vance dignifica y eleva de categoría un tipo de narración que se encontraba limitada al subgénero del pulp. De él toma los aspectos positivos, como el ritmo vertiginoso, la sensación de aventuras sin fin, con los acontecimientos sucediéndose a gran velocidad, o una impresión, impostada pero creíble, de "publicación por entregas" en la que cada capítulo termina en un punto álgido, de manera que el lector sienta la necesidad pulsante de querer leer el siguiente.
Creo que Vance era un gran creador de mundos, y otorga a Tschai una gran riqueza de matices, por los elaboradas que están todas las especies presentes en Planeta de la aventura, tanto las cuatro razas extraterrestres como los numerosos grupos humanos.
Unos y otros tienen no sólo un aspecto físico cuidado, sino una notoria profundidad psicológica y sociológica, pues el autor detalla su organización social, sus usos y costumbres, su legislación, su cosmogonía... y vemos que el contraste entre ellas es total. Los Dirdir son crueles, orgullos y violentos. Los Wankh son sobrios e indolentes, poseedores de un complejo sistema de comunicación por "carrillones" (ideogramas sonoros). Los Schasch azules son insidiosos, celosos de su intimidad y poseedores de un sentido del humor retorcido. Los Schash verdes se mantienen en el salvajismo. Mientras, los Pnume viven en infinitos túneles subterráneos y son reservados y silenciosos, observando los acontecimientos sin mezclarse en ellos, exceptos sus miembros más extraños: los solitarios y dementes Phung.

Un Wanhk, visto por el ilustrador francés Caza


A diferencia de otras sagas similares, como la anterior "John Carter de Marte" de Burroughs, o la posterior "Crónicas de la Contratierra" de John Norman, el Ciclo de Tschai está narrado en tercera persona, por un narrador no omnisciente, que nunca anticipa acontecimientos y que emplea a menudo fórmulas como "parecían ser", "una especie de", "tal vez fuese", "Reith supuso que sería"... lo que desemboca en que es la propia acción la que va relatando la historia, a medida que Adam Reith y el resto de personajes van protagonizando los acontecimientos. De igual manera, la mayor parte de los datos se van proporcionando a través de los diálogos, mientras que el autor no se hace depositario de ellos, si no que los transmite por mediación de los personajes, como Traz, Anacho, Flor de Cath, Zap 210 u otros secundarios, que explican y enumeran datos de sus correspondientes culturas.
Esto permite a Vance incrementar aún más el ritmo narrativo, pues no existen párrafos explicativos ni largas descripciones. Pero ello no va en detrimento de la composición que nos hacemos del planeta Tschai y sus pintorescos pobladores, porque el estilo de Jack Vance es tan vivo que logra transmitirnos la sensación de estar presentes en las correrías y aventuras de Reith y sus amigos.
La trama avanza así, una aventura tras otra, un acontecimiento tras otro. Reith sale de un lance y ya está cayendo en el siguiente. Al principio de la novela, Vance deja claro, en boca de los miembros de la Explorador IV, que los exploradores (como Adam Reith) no son personas corrientes, si no excepcionales, y lo cierto es que el protagonista es un héroe al estilo clásico, lleno de recursos y con una capacidad extraordinaria de superación y de adaptación a las circunstancias. Por supuesto la ayuda de Traz y Anacho será preciosa, y el equipo que forman tendrá que vérselas con obstáculos tan variados como bandas de Sasch Verdes, salteadores de caravanas, manipuladores Hombres-Wankh, partidas de caza Dirdir y hasta la siempre temible burocracia. Viajarán a pie, en caravana, en barco, en plataforma voladora; libertarán una ciudad, trastocarán el sistema de creencias de los Hombres-Chasch, serán fugitivos, guerreros, buscadores de sequins (la moneda de Tschai, que no se acuña si no que nace en bulbos), prófugos de la justicia...

En resumen, estas cuatro novelas (o esta novela de 800 páginas dividida en cuatro partes) son una aventura de corte clásico, que gustará tanto a los amantes de la Fantasía como a los aficionados a la Ciencia-Ficción, una muestra de imaginación y originalidad desbordantes, y un ejercicio de auténtica honestidad literaria, con una narración sencilla y unos diálogos ricos, donde la acción no se detiene nunca y el ritmo vivo y trepidante garantizan diversión y adicción a partes iguales.
Más datos de interés: Entre los años 2000 y 2008, la editorial europea Delcourt publicó la adaptación al cómic, en una serie de ocho álbumes, con guión de Jean-David Morvan y dibujo de Li-An.

Está disponible en español, y las ilustraciones de Li-An reflejan con gran fidelidad la estética que Vance transmite con sus textos.

[fuente: Vance Museum]


Existe amplia información sobre esta saga en Internet. Una simple búsqueda nos devuelve, entre un alud de resultados, este artículo en la revista española Jotdown, esta entrada en en blog Outcasted Project, su artículo en Ciencia-Ficción.com o más ilustraciones de Caza sobre el Ciclo de Tschai en el blog IMAGE(I)NARTE. Incluso unos valientes franceses (o belgas, siempre dudo) tienen un proyecto para crear un juego de rol, aunque parece que está algo parado.

Así sería la pantalla del Director de Juego. Sacad los dados! [fuente: Tschaiproject]


Y con esto sería todo. Espero haberos animado a leer este Ciclo de Tschai (personalmente, no me acaba de gustar lo de Planeta de la aventura) porque es de las diversiones más sanas y una de las lecturas más agradecidas que puedo recomendaros. Nos leemos!

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