Hace unos días corrí el Maratón de Sevilla. Era la tercera vez que corría esa mítica distancia y he decidido que con él cierro un ciclo, aunque nunca se sabe...
Porque en principio, no llevo intención de prepararme ninguna maratón más. El deporte me ayuda a mantener mi bienestar físico y mental e inscribirse en este tipo de carreras forma parte de una suerte de retos y objetivos que te vas marcando para motivarte a entrenar.
Por esa razón, junto con un compañero, decidimos prepararnos para correr en Sevilla. Ha sido muy duro el entrenamiento, con muchos meses y kilómetros de preparación. Ha habido que superar bastante dolor, con un par de inoportunas lesiones que ponían en riesgo conseguir el objetivo. Y durante la carrera, y previo a ella, las dudas de si serás capaz o no de terminar.
Todo ello lo das por bien empleado cuando llegas a la meta, entre lágrimas de emoción y con la mente puesta en todas las personas que te han ayudado a conseguir tu reto. Entonces piensas que ha merecido la pena y te quedas con todo lo positivo de los entrenamientos y de la carrera.
Las emociones que sientes son dificilmente transmisibles. Sólo se pueden comprender si se han vivido y son las que compensan la dureza de preparar y correr esos cuarenta y dos kilómentros y pico.
Pero una vez terminada, creo que es el momento de olvidar esa distancia. Bajar el ritmo y seguir haciendo deporte con distancias menores, donde no hay tanta emoción pero tampoco tanto sufrimiento.
¿Que por qué os cuento todo esto?, os preguntaréis, tratándose de un blog dedicado al trabajo social y los servicios sociales.
Pues porque creo que también ha llegado el momento de cerrar un ciclo en este blog. Después de casi cuatro años escribiendo sobre trabajo social y otras cuestiones relacionadas es el momento de tomarnos un descanso, al menos temporal.
Las sensaciones son parecidas a las que tengo respecto al maratón. Al igual que la dureza y el sufrimiento durante la preparación hacen que me plantee por el momento no volver a correr otra, el desánimo respecto a los caminos actuales que han tomado el trabajo social y los servicios sociales hacen que encuentre cada vez menos motivos para escribir sobre los temas que nos acontecen.
Del mismo modo que no me merece la pena preparar una distancia tan larga, cada vez me resulta más dificil encontrarle utilidad a esta tarea de escribir en el blog.
Creo que es mejor tomar un poco de aire, cerrar esta ventana por un tiempo y cuando me note con el impulso suficiente, volver de nuevo a escribir, bien en este blog o dentro de un nuevo proyecto. El tiempo lo dirá.
Así que, por el momento, Wang se marcha a China y yo me quedo por aquí corriendo distancias menores y disfrutando de ellas. En este sentido, durante un tiempo, mantendremos la página de Facebook abierta para compartir enlaces y pequeñas reflexiones.
Gracias a todos los que habéis dedicado algo de vuestro precioso tiempo a leer y comentar nuestras entradas. Ha sido todo un privilegio.
Nos volveremos a encontrar, seguro. Dentro de unos meses, al año que viene.... Porque al igual que en la Maratón... nunca se sabe.