Revista Cultura y Ocio

Cien años de perdón

Publicado el 15 mayo 2020 por María Bertoni
Cien años de perdónCien años de perdónEl film de Siminiani participó de la competencia Vanguardia y Género del BAFICI de 2019. Ahora se encuentra disponible en Netflix.

Elías León Siminiani es un documentalista español y El Flako o El Robin Hood de Vallecas, un ladrón de bancos especialista en técnica tunelera. Sus vidas se cruzaron en 2013 cuando el primero, fanático del cine que imagina asaltos, se prendó de la noticia sobre la detención del segundo y decidió establecer contacto para conocerlo en persona. Antes que «apuntes para una película de atracos» como adelanta el título de su largometraje, el también autor de Mapa presenta la historia de una amistad impensada.

Como todo vínculo afectivo (y afectuoso), éste también parece obra de un destino amable. Siminiani lo reconoce detrás del informe televisivo que primero le trajo un recuerdo de infancia («Hasta donde me alcanza la memoria, siempre quise hacer una película de atracos” afirma apenas comienza el documental) y que luego lo llevó a mandarle una carta al boquetero apresado. También cree identificarlo en otra coincidencia: cuando empiezan a frecuentarse, estos compatriotas se convierten en padres primerizos.

«Salvo El Flako, mis amigos pertenecen a la misma clase social que yo» se da cuenta el realizador, y algunos espectadores encontramos en esa observación un posible indicio de la intención del mencionado sino: que esta nueva amistad libere de algunos prejuicios a Siminiani, y por carácter transitivo al público. En efecto, el film desmonta unos cuantos estereotipos criminológicos y progresivamente transmite la empatía entre entrevistador y entrevistado.

El uso del sustantivo Apuntes sí adelanta el carácter informal, provisorio, abierto del largometraje, condiciones que no le quitan rigurosidad ni profundidad. También anticipa la decisión de narrar en primera persona del singular, por momentos un poco a lo Michael Moore, y a partir de la segunda mitad alternando el rol de relator entre Siminiani y El Flako.

Además de contar la historia de una amistad impensada, el documental les rinde homenaje a cierto cine (Rififi de Jules Dassin es una de las películas citadas) y a ese tipo de ladrón que –según reza el dicho popular– merece cien años de perdón. Acaso consigue hacer todo esto porque su autor lo cocinó a fuego lento en el transcurso de cinco años apasionados.


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