A la vista de que las angiospermas,
las más de ellas en mayo, abren flores
que atraen agentes polinizadores,
el mundo da otra vuelta aunque tú duermas.
A la vista de que las gimnospermas
no aciertan a pintarse de colores
y exponen la semilla sin pudores,
la Tierra hace otro giro y tú te amuermas.
¿Quién ha de consolar a la modista
el día que caduque lo perenne?
La tarde que el pino se desvista
o el nudo de tu abrazo sea solemne
se tornará silencio cuanto exista,
ninguno de nosotros saldrá indemne.