En un enfoque diferente, Sushanta Tripathy del National Solar Observatory utilizó las frecuencias de las oscilaciones acústicas en busca de señales de cambio en el ciclo de actividad solar.
Tripathy descubrió que los cambios en las frecuencias acústicas estuvieron, en su mayor parte, en fase con la actividad solar. Sin embargo, durante este largo mínimo, Tripathy advirtió que las frecuencias de las ondas que cubren una gran porción del interior del Sol estaban fuera de sincronía con la actividad solar.
Es peligroso extrapolar las conclusiones obtenidas en un ciclo solar a los demás. Imagen SOHO
"Descubrimos que las frecuencias de las ondas de sonido que viajan hacia el interior, muestran un mínimo ocurrido a finales de 2007, mientras que las ondas confinadas en la superficie de indican un mínimo a finales de 2008, coincidiendo prácticamente con el mínimo de actividad solar."
Los dos mínimos detectados sismológicamente no habían sido observados en ciclos anteriores, afirmó Tripathy, lo que lleva a los investigadores a concluir que este largo mínimo entre los ciclos 23 y 24 es bastante extraño.
Frank Hill, también le del National Solar Observatory, con un enfoque distinto, intenta predecir el ciclo de manchas solares basándose en un fenómeno solar que son algo similar a corrientes en chorro que tienen lugar en el Sol.
La corriente este-oeste de la superficie del Sol se descubrió en 1980, y es conocida como una "oscilación torsional".
La corriente en chorro existe a una profundidad de unos 100.000 km por debajo de la superficie solar, Hill y su equipo de investigadores a pudieron examinar su comportamiento a una profundidad de unos 1000 km.
"La orientación del campo magnético está altamente relacionada con la orientación de esta corriente", explicó Hill. "A través de la heliosismología tenemos las corrientes de los dos ciclos prominentes: el ciclo 23, del cual estamos saliendo ahora, y del ciclo 24, el ciclo en el que estamos entrando."
Resulta ser que la corriente aparece bastante antes de que la actividad solar alcance su máximo. Esto ha llevado a los investigadores a concluir que existe algún tipo de mecanismo desencadenante que ocurre antes del incremento de la actividad.
Si bien las observaciones de la corriente solar en chorro podrían algún día ser útiles para predecir cuándo un ciclo acaba aquí otro comienza, son necesarios muchos más datos para asegurar la precisión de este método.
"Definitivamente vamos a necesitar varios ciclos solares para mejorar las predicciones", explicó Hill.
También será necesario investigar más para determinar si la corriente en chorro es una causa o un efecto del ciclo solar.
A través de otro enfoque distinto, Julia Saba de SP Systems y el Centro Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Md., utilizó los rayos-X y la intensidad del campo magnético como indicadores para predecir de una forma en momentos exactos de los inicios de los ciclos solares.
Saba empleó mapas magnéticos del Sol, llamados cartas sinópticas, para observar los ciclos solares de 21 pasando por el 23 y hasta el 24. Evaluando las tendencias en la actividad de rayos-X, Saba a pudo predecir el inicio del ciclo aproximadamente 18 meses antes, con una precisión de dos meses.
"En mayo de 2010, tenemos claramente el desarrollo del ciclo 24, aunque en general ahora todo parece bastante tranquilo en el hemisferio sur", señaló Saba.
Este método para determinar el inicio del ciclo solar podría ser una forma valiosa de comparar las distintas fases de la actividad solar, puesto que pueden observarse en tiempo real, explicó Saba.
"Es un poco más sencillo identificarlas en tiempo real en lugar de fijarnos en el mínimo o máximo solar", añadió Saba.
Aunque las cuatro formas de seguimiento de la actividad solar tienen diferentes enfoques, todos los investigadores están de acuerdo de que están presenciando un mínimo interesante. Y aunque estos métodos podrían ser útiles para futuros estudios de ciclos solares, todos ellos requieren de más investigación.
"Uno de los problemas que tenemos en todos los estudios de ciclos solares es la estadística de números pequeños", explicó Hathaway. "Incluso con 23 títulos de manchas solares, no resulta suficiente. Lo que hemos visto hoy son algunas nuevas formas de medición que no estaban disponibles hace tan sólo dos ciclos y que nos están aportando una nueva visión. Necesitamos ser cautos al usar lo que hemos visto en uno o dos ciclos y extrapolarlos a los demás."
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Publicado en Odisea cósmica¡Suscríbete Ya!