Nunca se habían visto tantos merodeando la Tierra en una sola noche. Ocurrió el pasado 29 de enero, cuando el telescopio Pan-STARRS PS1 de Haleakala, en Maui (Hawai), descubrió 19 asteroides cercanos a nuestro planeta. Los astrónomos pasaron días revisando sus datos con ayuda de otros equipos, absolutamente sorprendidos por encontrar un grupo tan numeroso de rocas espaciales. Efectivamente, eran testigos de una visita numerosa. Ningún otro instrumento humano había conseguido captar en una sola noche tantos objetos celestes en nuestra vecindad.
«Este récord de descubrimientos demuestra que el PS1 es el telescopio más poderoso del mundo para este tipo de estudios», afirma Nick Kaiser, jefe del proyecto Pan-STARRS. Su trabajo está respaldado por la NASA y por el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea de EE.UU., lo que «ilustra la seriedad con la que se toman la amenaza de los asteroides cercanos a la Tierra», apunta Kaiser. Estos cuerpos celestes, también denominados NEOs (Near Earth Object, Objetos Cercanos a la Tierra) son muy numerosos. Abarcan rocas que van desde los pocos metros a los varios kilómetros de diámetro. Entre los NEOs se cuentan también numerosos cometas, aunque su proporción con respecto al total resulta muy pequeña, apenas del 1 por ciento. Las modernas tecnologías de detección hacen que el número de NEOscrezca continuamente y los expertos creen que dentro de una década se habrán detectado (y se seguirán las trayectorias) de más de 500.000.
Contra el fondo de estrellas
Estos objetos pueden ser descubiertos porque parecen moverse en contra del fondo de estrellas. Para confirmar su existencia, los científicos deben volver a observar cuidadosamente varias veces las imágenes en un plazo de 12 a 72 horas para definir sus órbitas. De lo contrario, es probable que el asteroide «se pierda» en el espacio y no pueda volver a ser detectado.
Denneau y sus colegas enviaron rápidamente sus datos al Planet Center en Cambridge, Massachusetts, que recoge y difunde información sobre los asteroides y cometas, de modo que otros astrónomos pueden volver a observar los objetos. Los expertos examinaron los datos del PS1. La primera noche de trabajo confirmaron dos asteroides. Un día después, detectaron nueve más y el resto pudo ser «cazado» los días posteriores. Telescopios en Arizona, Illinois, Kansas, Nuevo México, Italia, Japón y Reino Unido también ayudaron a confirmar siete de los asteroides cercanos. Por fortuna, ninguno de ellos tenía órbitas que pudieran poner en peligro a la Tierra. Los científicos están muy atentos a esta posibilidad, ya que en ocasiones las rocas espaciales aparecen por sorpresa y, en caso de ser necesario, apenas habría tiempo para una respuesta programada.
Via: abc