La cifosis es la curvatura fisiológica de la columna vertebral en la región dorsal, cuando esta curvatura es anormal se considera un problema de espalda que en la infancia no suele provocar problemas y no se suele corregir, a no ser que el arqueamiento de la columna sea pronunciado, en ese caso se barajan varias soluciones, ya sea el uso de corsé ortopédico, una intervención quirúrgica, etc. Si la curvatura de la espalda es menor de 40 grados, el pediatra recomendará una serie de ejercicios para la recuperación, si la curvatura supera los 40 grados se prescribirá el corsé Milwaukee, en el caso de que la curvatura fuera mayor de 60 grados se recurriría a la cirugía.
Con la cifosis la columna vertebral muestra un arqueamiento hacia afuera en la parte media y superior de la espalda, visto de perfil se puede decir que la espalda se redondea. Se puede sufrir cifosis por una mala postura, por lo que en principio, con una corrección postural y los ejercicios adecuados ese arqueamiento desaparece en poco tiempo, en otros casos incluso se corrige solo y sin tratamiento médico, pero como hemos indicado, dependerá de la pronunciación de la curvatura.
La columna vertebral tiene cuatro curvaturas naturales, dos están dirigidas hacia afuera del cuerpo, se denominan cifosis y se encuentran en la columna dorsal y sacra, las otras dos se dirigen hacia el interior del cuerpo y se localizan en la región lumbar y cervical, estas curvaturas se denominan lordosis. Las alteraciones de la columna vertebral se pueden dar en el plano frontal y medial, en el primer caso se hablaría de escoliosis (cuando se produce la curvatura hacia los lados), y el segundo correspondería a la cifosis y a la lordosis.
Hay que decir que siempre que aparezca una curvatura que dé lugar a una giba en los niños, aunque sea pequeña, es necesario llevarles al pediatra para que diagnostique el problema e identifique la posible causa de su aparición. Saber si un niño tiene cifosis no es complicado cuando se puede ver la curvatura de la espalda, pero en muchos casos es difícil de detectar por ser poco apreciable. Con las revisiones médicas, los especialistas pueden diagnosticar si un niño sufre cifosis mediante la exploración de la columna vertebral y los ejercicios que se le solicite realizar, como acostarse, flexionar el tronco hacia adelante, etc.
Una vez que se diagnostica un problema de cifosis, se suele confirmar el diagnóstico con radiografías de la columna. Si la cifosis no va a causar problemas no será necesario tratarla, sólo se realizarán controles durante la etapa de desarrollo y crecimiento para asegurar que la espalda ha dejado de arquearse. En muchos casos infantiles las malas posturas son la causa de este problema, en este caso se suele tratar con ejercicios para fortalecer la espalda, también se proporcionan clases posturales para que el niño adopte las posturas correctas al sentarse o realizar algunas actividades.
Según explican aquí, en los casos más graves se requiere una intervención quirúrgica en la que se procederá a unir las vértebras afectadas a fin de reducir el arqueamiento de la columna. La recuperación es rápida y en cuestión de días los niños ya pueden ponerse de pie y caminar, posteriormente deberán pasar unos meses para una mejor recuperación que permita realizar otras actividades.
Foto | Dennis Brekke
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Cifosis infantil