Javier Rico
“¿Pero nosotros qué podemos hacer por las aves?” Nos dicen algunos escolares en las rutas de Aver Aves. Las consecuencias de los temporales y olas de frío y nieve tan anormales y virulentos como el que vivimos ahora representan una oportunidad única para responder a esa pregunta y ayudar a las aves; a ellas, que tanto nos ayudan a lo largo del año comiendo insectos y dispersando semillas, por ejemplo. Y Cigu nos pide en que nos fijemos además en dos hospitales de aves que lo están pasando especialmente mal: Grefa y Brinzal.
A estas alturas de la serie Aver Aves (llevamos ya nueve temporadas) seguro que quienes nos seguís a través de este blog y, sobre todo, quienes os habéis venido en alguna ocasión a nuestras rutas conocéis la estrecha relación que mantenemos con Grefa a través de nuestra mascota Cigu. Grefa, acrónimo de Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat, es un centro de recuperación y hospital de fauna salvaje ubicado en Majadahonda, Madrid.
Allí estuvo Cigu, la cigüeña negra a la que representa, y por allí han pasado –y pasan– decenas de miles de animales heridos, aves principalmente, que con un trabajo ímprobo, repleto de generosidad y cariño al máximo, son recuperadas en la mayoría de las ocasiones tras haber sido tiroteadas, atropelladas, envenenadas o expoliadas de algún nido, entre otras muchas causas.
El temporal Filomena ha destrozado gran parte de las instalaciones donde llevan a cabo esas labores de recuperación e incluso la cría en cautividad de especies amenazadas. Han recuperado sanas y salvas a algunas aves, pero queda ahora la enorme tarea de restaurar y arreglar todos los desperfectos. Grefa trabaja con los medios justos, depende en gran medida de personas que como socias o madrinas de las aves que allí se recuperan aportan su contribución.
A Brinzal, que trabaja con un cometido similar y con otro hospital de aves en la Casa de Campo, también en Madrid, le ha ocurrido lo mismo. Y también dependen de unos ingresos justitos para sacar adelante su trabajo. Si encima se les viene encima un contratiempo como este, sus recursos se vuelven claramente insuficientes para afrontarlo. Por lo tanto, os pedimos que les ayudéis a superar este trance, a través de la cuenta corriente de Grefa y de la campaña en GoFundMe de Brinzal.
Pero hay más. En Twitter e Instagram hemos impulsado la etiqueta #ComederosEnLaNieve para ayudar directamente a las aves a superar lo más duro del temporal. Muchas no están preparadas para afrontar, de repente, temperaturas continuas tan gélidas ni que la nieve les haya sepultado el alimento, ya de por sí escaso, con lo que suelen sacar adelante el invierno. Por este motivo Cigu y Aver Aves al completo os animamos a instalar esas fuentes adicionales de alimento que les vienen tan bien.
La Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) acaba de sacar un comunicado donde explica muy bien qué tipo de alimentos debemos poner en esos comederos para que las aves consigan los aportes de vitaminas y proteínas adecuados. Nada de pan, bollería o aperitivos tipo gusanitos o patatas fritas. Ellas no comen nada de esto en estado natural. Son alimentos procesados (ultraprocesados en algunos casos) con cantidad de aditivos pero pocos nutrientes adecuados.
SEO/BirdLife propone mejor semillas de girasol, mezclas de semillas, cacahuetes y otros frutos secos no procesados y machacaditos, fruta y mijo. En cuanto a los comederos, la misma asociación os da también algunas claves para construirlos e instalarlos, aunque vale cualquier recipiente colocado en un sitio propicio para que se acerquen a él las aves, como tenemos también en Aver Aves.
Con esta sencilla acción vamos a ayudarles bastante. Hemos visto a colirrojos y bisbitas entrar incluso en algunas viviendas para huir del frío; en los parques y las calles de las ciudades las palomas, las cotorras y los gorriones se aproximan a las personas como nunca para ver si les cae algo de comida y, desgraciadamente, hay algunas especies, como los aviones roqueros, que están muriendo por no aguantar los rigores de este temporal.