Cinco años asomando la cabeza

‘La recacha’ cumple hoy cinco años. Hace tiempo que dejaron de preocuparme las estadísticas: el número de visitantes, las páginas vistas, los likes, etc., aunque siga consultándolas de vez en cuando, más que nada para comprobar que no soy el único lector de lo que publico.

Desde hace un par de años he bajado el ritmo de publicación, y ya sólo lo hago cuando siento que tengo algo interesante que contar. De hecho, esta es la segunda entrada en lo que llevamos de 2018. Es normal, pues, que la cantidad de visitas también haya disminuido, si bien hay artículos puntuales que consiguen un éxito considerable (la serie que dediqué al proceso independentista catalán, por ejemplo).

El blog nació con el objetivo de darme a conocer en la red, coincidiendo con el inicio de mi carrera literaria, y como vía de expresión. Como periodista incapaz de encontrar un empleo digno en mi sector profesional, decidí abrir mi propio canal de comunicación, donde expresarme con total libertad, sobre lo que me apeteciera, sin rendir cuentas a nadie y, por tanto, sin necesidad de morderme nunca la lengua. Eso que hoy en día es tan poco conveniente.

El debate de ideas ha desaparecido. Sólo leemos a quienes piensan como nosotros y, cuando algo nos incomoda, o lo evitamos o lo atacamos. El panorama comunicativo y, en general, el periodismo (desde luego, el de masas) se han infantilizado de tal forma que he huido de su «consumo». Ya ni siquiera escucho la radio para informarme, un medio que me ha acompañado desde la infancia y que fue el «culpable» de que quisiera ser periodista.

‘La recacha’ me ha proporcionado inmensas satisfacciones; la principal, la mucha gente interesantísima que me ha posibilitado conocer. La blogosfera es un ecosistema repleto de tesoros dignos de descubrir. He tenido la suerte de encontrar un buen puñado de ellos. Y aunque ya interactúe poco con otros blogueros, me siento orgulloso de haber consolidado una buena cantidad de relaciones humanas que van más allá de la simple cordialidad.

Gracias a ‘la recacha’ soy ahora un escritor mucho más sólido que hace cinco años. He aprendido muchísimo y, sobre todo, me he dado cuenta de lo poco que sabía. Con un impacto todavía muy irrelevante, puedo decir que mi nombre y mi obra suenan y, en un entorno aún muy limitado para quien pretende llegar algún día a ganarse la vida con sus letras, he conseguido un prestigio, que debo en buena parte a esta modesta ventana.

Hace seis años hice una apuesta a largo plazo (aunque entonces fabulaba con que fuera más corto) por mí. Decidí que iba a ser escritor, en serio. Escribir iba a ser mi ocupación principal (siempre que la economía familiar me lo permitiera, claro) y, en cualquier caso, iba a ser una ocupación que ya no abandonaría. Lo estoy cumpliendo, y en este «éxito» ‘la recacha’ juega un papel de apoyo fundamental. Sin ser un blog literario, porque al menos la mitad del contenido es sobre otros temas, sí me permite hacerme preguntas, cuestionarme decisiones, desahogarme, darme ánimos y, lo más importante, interactuar con otros escritores y profesionales del sector.

Hoy no me voy a extender más. Sólo quería dejar constancia de la efeméride y dar las gracias a toda la gente que, con vuestro apoyo, vuestras visitas, vuestros comentarios, los artículos compartidos, dais sentido a que siga embarcado en esta aventura. Hay recacha para rato.

Nos leemos.

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