Los humanos nos sentimos fascinados con historias de éxito de algún atleta, artista o empresario. Hacen que la imaginación vuele y queremos vivir las mieles de sus logros. Es curioso como nuestra atención selecciona solo el resultado final, pero está ciega a la forma en que nuestros héroes han entendido que construir hábitos duraderos para llegar a donde están.
Y es que en nuestra cultura de cambio es constante, la capacidad de construir hábitos duraderos es más valiosa que nunca. Estos hábitos no solo mejoran nuestra productividad y salud mental, sino que también nos impulsan a alcanzar nuestros objetivos a largo plazo. La clave para mantener la motivación necesaria para sostener estos hábitos está en una combinación de técnicas psicológicas y estrategias prácticas.
Relación entre disciplina y hábitos
Sé que la palabra “disciplina” da pie a apatía y pereza. ¡A nadie nos gusta! Pero es más necesaria que nunca. ¿Qué es? La disciplina es la habilidad de motivarse y mantenerse enfocado en la consecución de objetivos a largo plazo, incluso cuando se presentan obstáculos o distracciones. Es como un músculo mental que nos permite resistir la gratificación inmediata en favor de beneficios futuros. Básicamente es la práctica consciente de elegir acciones que nos acercan a nuestras metas, en lugar de optar por lo que nos proporciona satisfacción instantánea pero volátil.
Importancia de la disciplina en la construcción de hábitos
La disciplina es un ingrediente esencial para construir hábitos duraderos. Al principio, cuando un hábito es nuevo y aún no está arraigado, la disciplina actúa como el puente entre la intención y la acción. Sin disciplina, es fácil ceder ante la pereza o las distracciones. ¡Y hoy en día tenemos más que nunca! La disciplina nos ayuda a mantener el curso hasta que la acción deseada se convierta en un hábito automático. Por ejemplo, puede requerir una considerable cantidad de disciplina levantarse temprano para hacer ejercicio cada mañana, pero con el tiempo, este comportamiento se convierte en una parte natural de nuestra rutina diaria.
Disciplina y éxito a largo plazo
La disciplina no solo es crucial para establecer hábitos, sino que también es fundamental para mantenerlos a largo plazo. Es común que la motivación falle de vez en cuando, pero la disciplina asegura que continuemos progresando hacia nuestros objetivos, incluso cuando la motivación es baja. En muchas situaciones, la disciplina es lo que nos mantiene en el camino cuando enfrentamos desafíos o fracasos. Esta capacidad de persistir a pesar de las dificultades es lo que nos lleva a la realización de objetivos a largo plazo. La disciplina, por lo tanto, no es solo una herramienta para la formación de hábitos, sino también un componente fundamental para el logro y el mantenimiento del éxito en todas las áreas de nuestra vida.
Aristóteles decía: Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto, sino un hábito.
Por eso hoy comparto 5 tácticas para construir hábitos duraderos:
1. Establecimiento de metas pequeñas y medibles
Para construir hábitos duraderos, es fundamental comenzar con metas pequeñas y alcanzables. Según estudios en psicología del comportamiento, cuando logramos pequeñas victorias, nuestro cerebro libera dopamina, un neurotransmisor asociado con el placer y la motivación. Establece metas diarias o semanales que sean fáciles de cumplir para mantener un ciclo positivo de logros y motivación.
2. La regla de los dos minutos
Originada del libro «Hábitos Atómicos» de James Clear, la regla de los dos minutos se enfoca en iniciar un nuevo hábito dedicándole solo dos minutos al día. Este enfoque reduce la resistencia a empezar y permite que la acción se convierta gradualmente en un hábito regular. Por ejemplo, si quieres desarrollar el hábito de leer, comienza leyendo solo dos minutos cada día.
3. Creación de señales ambientales
Nuestro entorno juega un papel crucial en la formación de hábitos. Según el libro “El Poder del Hábito” de Charles Duhigg, las señales ambientales pueden desencadenar comportamientos automáticos. Para construir hábitos duraderos, ajusta tu entorno para que te recuerde y te motive a actuar. Por ejemplo, si quieres hacer ejercicio regularmente, coloca tu equipo deportivo en un lugar visible.
4. El método de la cadena
Popularizado por el comediante Jerry Seinfeld, este método implica marcar un calendario cada día que se realiza el hábito, creando una cadena visual de éxito. El objetivo es no romper la cadena. Esta técnica no solo proporciona satisfacción visual, sino que también refuerza el compromiso con el hábito a largo plazo.
5. Reflexión y ajuste
Construir hábitos duraderos no es un proceso lineal. Habrá días en los que falles, y está bien. Lo importante es reflexionar sobre qué funcionó y qué no, y hacer los ajustes necesarios. La flexibilidad y el aprendizaje continuo son esenciales para mantener la disciplina y la motivación a largo plazo.
Conclusión
Construir hábitos duraderos es un camino lleno de altibajos. Sin embargo, con las estrategias y la información correctas, como establecer metas pequeñas, aplicar la regla de los dos minutos, ajustar el entorno, utilizar el método de la cadena y reflexionar regularmente, es completamente posible hacerte de hábitos que te ayuden para el resto de tu vida.
Al integrar estas técnicas en tu vida diaria, estarás bien equipado para mantener la disciplina y la motivación necesarias para alcanzar tus objetivos a largo plazo.
Pero crear hábitos en soledad puede ser un reto enorme. ¿Qué mejor que compartir un método probado y con un grupo de personas como tú? En enero 2024 comenzamos con la más reciente versión del taller de hábitos, Shojiki. ¡Inscríbete hoy!
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