La rama de Al Qaeda en el Magreb ha dado un nuevo zarpazo. Ayer miércoles, cinco ciudadanos franceses, un togoleño y otro de Madagascar fueron secuestrados en el norte de Níger. Dos de los ciudadanos galos trabajan para la empresa nuclear Areva. “Fueron secuestrados muy temprano esta mañana cerca de la ciudad de Arlit”, ha confirmado un portavoz de la compañía francesa aunque sin aportar más detalles de cómo se produjo el secuestro de sus empleados. Los otros tres ciudadanos franceses trabajan para Sogea-Satom, una importante constructora.
Areva es una de las empresas de explotación minera más importante de Francia. La empresa tiene intereses en Niger donde está al frente de una de las explotaciones de uranio más importantes del mundo. Niger es el tercer productor mundial de uranio. De sus minas se sacan anualmente más de 3.000 toneladas de este mineral. Areva y el gobierno de Niger tuvieron graves enfrentamientos dialécticos por la explotación minera de la empresa pero consiguieron llegar a un suculento acuerdo económico por el cual la empresa puede seguir extrayendo el preciado mineral. Areva produce más de la mitad del uranio del país, que representa el 70% de las exportaciones del país y da trabajo a más de 2.500 personas.
Los secuestros de extranjeros en la zona del Sahel se han incrementado en el último año. La zona es azotada por tensiones étnicas con los tuaregs, todo tipo de tráficos ilícitos y por el terrorismo de la rama magrebí de Al Qaeda. El Gobierno de Niger ha confirmado el secuestro de cinco personas y ha adoptado "un número de medidas para intentar encontrar a las víctimas y los secuestradores sin poner en peligro a los rehenes". El pasado 21 de julio había sido secuestrado en Níger el francés Michel Germaneau, asesinado a finales de julio por Al Qaeda en el Magreb Islámico, días después de que Francia llevara a cabo una operación militar conjunta con Mauritania contra la organización terrorista para intentar liberarlo.
De esta manera Al Qaeda vuelve a echar un pulso al gobierno galo. Veremos si Sarkozy tiene que comerse sus propias palabras cuando critico al gobierno español por pagar el rescate de los cooperantes españoles.