Cinco minutos de gloria (Oliver Hirschbiegel, 2.009)
Calificación:
Crítica: 6,182 Público: 6,519 España: 5,711 Rugoleor: 6,016
Ficha:
Título Original: Five Minutes of Eaven
Director: Oliver Hirschbiegel
Guionista: Guy Hibbert
Intérpretes: Liam Neeson, James Nesbitt, Anamaria Marinca, Juliet Crawford, Conor MacNeill, Richard Dormer, Gerard Jordan, Mark Davison
Productores: Eoin O’Callaghan, Stephen Wright
Fotografía: Ruairi O’Brien
Música: Leo Abrahams, David Holmes
Montaje: Hans Funck
Nacionalidad: Reino Unido, Irlanda
Año: 2.009
Duración: 90 minutos
Edad: 12 años
Género: Crimen, Drama, Suspense
Distribuidora: Savor Ediciones, S. A. (Baditri)
Estreno: 09-04-2.010
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España
Espectadores: 21.561
Recaudación: 128.455,22 €
Calificación única: 6,355 (147.459 valoraciones)
Puesto / Total: 51 / 118
Sinopsis:
Lurgan, Irlanda del Norte, 1.975. Una guerra civil de bajo nivel se ha ido gestando, con el IRA que apunta a legitimistas británicos y la Fuerza de Voluntarios legitimista del Ulster que exige la venganza contra Católicos que ellos consideran militantes republicanos. Alistair Little, de 16 años, es el líder de una célula UVF impaciente por derramar sangre. Él y su cuadrilla reciben el visto bueno para matar a un joven católico, James Griffin, como una represalia y advertencia hacia los otros. Cuando se perpetra el golpe, Joe Griffin -el hermano pequeño de 11 años del objetivo- mira con horror a su hermano con un tiro en la cabeza. Treinta años más tarde Joe Griffin y Alistair deben encontrarse, ante la cámara, de cara a una reconciliación. Alistair ha cumplido su condena, y la paz se ha establecido en Irlanda del Norte, pero sin que el equipo de producción lo sepa, Joe Griffin, no viene al programa para darle un apretón de manos si no para clavar un cuchillo al asesino de su hermano.
Comentario:
Basada en las impresiones de dos personas reales, Oliver Hirschbiegel (“El hundimiento”) pone en escena el intento, por parte de una televisión británica, de reunir a un antiguo militante de la UVF (Fuerza Voluntaria del Ulster), interpretado por un sobrio Liam Neeson, y al hermano de un chico al que asesinó en Irlanda del Norte en 1.975, un explosivo James Nesbitt. Rebuscando entre los límites del perdón y la reconciliación, el director alemán construye una reflexión histórica y mediática disfrazada de festín actoral.
Crítica:
11-04-2.010 – ANTÓN MERIKAETXEBARRIA
La víctima y el verdugo
No cabe la menor duda de que tiene metralla argumental una película tan inusual como “Cinco minutos de gloria”, dirigida con oficio pero escasa capacidad revulsiva por el cineasta alemán Oliver Hirschbiegel, autor de la polémica “El hundimiento”. Ambientada en Irlanda del Norte, describe el encuentro ante las cámaras de televisión de un veterano activista del IRA y el hermano de una de sus víctimas, asesinado en el Ulster 30 años atrás. A partir de semejante premisa argumental, Hirschbiegel contemporiza a la hora de describir dos estados anímicos destrozados. Sin embargo, se decanta al fin por igualar el dolor de la víctima al del verdugo, con lo cual todo suena un poco a cuento chino.
La paz lo justifica todo, las razones de Estado se superponen a cualquier otra consideración, la política conoce razones que la razón ignora. En fin, habla la película de tantas cosas y lo hace de una forma tan poco sincera y rigurosa, que “Cinco minutos de gloria” termina convirtiéndose en un trampantojo ético, moral; en un cara a cara más efectista que real, más convencional que auténtico, más teatral que cinematográfico (o televisivo). Por si fuera poco, se trata de un filme políticamente correcto, con esa facilidad que tienen algunos cineastas con ambiciones políticas por llevar las aguas a su cauce.
«La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados», ironizaba Groucho Marx en su celebrada autobiografía. Algo de todo ello les pasa a los responsables de esta fallida película, bien interpretada, eso sí, por el experimentado Liam Neeson (“La lista de Schindler”) y por el no demasiado conocido, pero magnífico actor, James Nesbitt, al que los buenos aficionados recordarán en “Bloody Sunday” (“Domingo sangriento”). Un título, en suma, que induce a pensar que cuando una sola víctima no puede obtener justicia, cualquiera puede ser el próximo en sufrir las consecuencias.
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