Revista Cine

Cinco motivos para ver Cachitos de hierro y cromo

Publicado el 22 diciembre 2014 por Esti @estipuntobpunto
Los domingos por la noche son, para mí, sagrados. Ese momento que todo el mundo sufre como la antesala del traumático lunes desaparece, ¿y por qué?, ¿porque soy autónoma y para los autónomos la semana es un continuo miércoles? Bueno, también, pero la razón fundamental es que los domingos por la noche toca ver en la 2 "Cachitos de hierro y cromo".
Por si sois opositores que se pasan el día estudiando, residís en el extranjero o estáis en una cárcel y las peleas por el mando a distancia son terribles... aquí van cinco razones para que el próximo domingo veáis Cachitos:

1. Aprender historia de España
Los que nacieron después de 1980, e incluso aquellos que nacieron después de 1990 (que los hay, no debería haberlos, pero los hay) no saben que hubo una cosa llamada Transición entre la dictadura de Franco y la democracia. Ese espacio de tiempo, en lo social, se convirtió en el destape. Toda actriz menor de 35 años exhibió sus atributos en el Interviú o en alguna película que hoy da la risa floja (como ésta de Bárbara Rey y Rocío Dúrcal experimentando). En la música eso se notaba en la proliferación de galanes de voz susurrante que decían cosas como "siento aún el calor de nuestros cuerpos que, entre las sábanas, formaban una cárcel maravillosa". Con todos ustedes, Manolo Otero:

Una señora de Mazarrón se quedó embarazada escuchando esta canción.
2. Aprender narrativa audiovisual
Y para eso, quién mejor que Valerio Lazarov. Realizador y trabajador incansable, que en los 60 y 70 se hinchó a hacer programas y quién sabe si también a probar drogas lisérgicas. Videoclips llenos de baile, de humor, de sin sentido y de zooms, muchos zooms. Todo director tiene una musa. Hitchcock tuvo a Tippi Hedren y a Grace Kelly; Woody Allen a Diane Keaton y Mia Farrow... Y Lazarov tenía a Peret:

3. Encontrar excusas para explicarle a tu novia que le has puesto los cuernos con su mejor amiga.
Puede parecer un imposible, pero esa palabra no existe en el diccionario de un cantante italiano de música ligera. Aquí Sandro Giacobbe os explica qué pasos seguir para confesarle a tu novia unos cuernos del tamaño de la nave Enterprise. Primero, antes de confesar, que quede claro que tú estás tope triste:
Esta tarde vengo triste 
y tengo que decirte, 
que tu mejor amiga 
ha estado entre mis brazos. 

Antes de que tu novia te pegue un bofetón, sé rápido y acciona el ventilador de esparcir mierda. Que conste que la infidelidad no fue cosa tuya, que fue cosa de la amiga que te provocó:

Sus ojos me llamaban 
pidiendo mis caricias, 
su cuerpo me rogaba 
que le diera vida.


Y que conste también que, aunque caíste con todo el equipo, te arrepentiste enseguida:
Mi cuerpo fue gozo 
durante un minuto, 
mi mente lloraba tu ausencia.

Last, but not least, resúmelo todo con una de esas frases que sirven para explicarlo todo: unos cuernos, el nazismo, el hambre en el mundo...: Lo siento mucho, 

la vida es así. No la 
he inventado yooo.

4. Bucear en el pasado vergonzante de otros
El archivo de TVE es como los anuarios del instituto de las pelis americanas. Allí se guarda lo más recóndito del pasado de los cantantes ahora famosos. Todos nos acordamos de la ropa estrafalaria de Mecano y de las coreografías estilo clase de aerobic... pero no recordamos que antes de escribir cosas tan inolvidables como "no hay marcha en Nueva York y los jamones son de York", "te dije, nena, dame un beso, tu contestases que no" o "magdalenas de sexo convexo" probaron suerte en un concurso de talentos cantando esto:  

Con la ropa de ir a misa los domingos.
5. Descubrir temazos cuya existencia desconocías
Porque está muy bien ver actuaciones viejunas de Depeche Mode o recordar a la perfección la letra de "tu piel morena sobre la arena, nadas igual que una sirena", de Viceversa, pero, ¿y lo genial que es descubrir canciones que no conocías? y  más si son de un grande entre los grandes, como Tino Casal. Aquí el hombre con más bisutería de la historia (con permiso de M.A. Barracus) dice cosas tan de poema de Verlaine como "ser degenerado no es amar y ser amado, ser degenerado es revolcarse entre la suciedad":

Sí, el que acapara la atención en segundo término es Fabio MacNamara.
Y también hay otro motivo más para ver este programón, pero es un motivo para el que vosotros (jajajajajaja, río pérfidamente mientras acaricio a mi gato) llegáis tarde. Cachitos hizo un concurso que permitía a los seguidores del programa rotular canciones que colgaban en su web. Las que más les gustaron se pusieron en el programa y se sorteó entre los participantes un pase VIP doble para ir al Low Festival. Adivinad a quién le ha tocado...
Y vosotros, ¿veis Cachitos habitualmente?, ¿qué canciones habéis descubierto o recordáis del glorioso archivo de TVE?, y los que estáis lejos, ¿qué canciones recordáis del pasado más remoto?

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