Título original: Cinder
Autora: Marissa Meyer
Editorial: Montena
Año publicación: 2012
Traducción por: Laura Martín de Dios
Género: Juvenil, Ciencia ficción, Romance
Sinopsis: ¿Y si el destino de la tierra dependiera de una sola chica? Cuando Cinder conoce a Kai, el príncipe de Nueva Pekín, el mundo está patas arriba.
Una plaga mortal está causando estragos entre la población del reino, y los científicos trabajan contrarreloj para encontrar una posible vacuna. Tras la infección de Peony, la hermanastra y única amiga de Cinder, esta se ve obligada a trasladarse al hospital para participar como voluntaria en las pruebas médicas que está llevando a cabo el misterioso doctor Erland, unas pruebas a las que ningún otro participante ha sobrevivido.
Pero, para sorpresa de todos, Cinder saldrá con vida?
Y no solo eso: en el hospital se descubrirá un secreto de su pasado que podría cambiar el futuro del mundo?
Y unir a Cinder y Kai de forma inesperada.
Saga: Crónicas Lunares - Libro 1
Ficha Editorial: Aquí
Opinión personal: Dios, he tenido que sacar mi mente del estado friki en el que quedó al terminar la lectura, para poder venir a hacer esta reseña. Hasta ahora venía evitando la lectura de esta saga por la terrible confusión provocada por el apellido de la autora (no sé porqué la asocié con cierta saga de vampiros brillosos). Salvado el gigantesco malentendido, me declaro fan absoluta de esta escritora y de sus personajes.
No sé si es necesario a estas alturas explicar de qué se trata el libro, pero voy a resumirlo en que Marissa Meyer ha logrado una forma de volver a contarnos una historia que ya conocemos de sobra, desde niños, y la ha convertido en algo digno de una película de ciencia ficción.
Cinder es una chica huérfana que fue convertida en androide a los once años, debido a un terrible accidente que le costó gran parte de su cuerpo y la dejó con una prótesis metálica en lugar de una de sus piernas, y una mano del mismo material. Ella trabaja junto a su fiel robot Iko en un taller del mercado en Nueva Pekín, para mantener a su madrastra y a sus dos hermanastras. Vive con ellas desde que el hombre que la adoptó tras la operación murió por la letumosis, una extraña peste cuyas causas y cura no han sido descubiertas todavía. Y cuando el príncipe Kai llega a ella para hacerle un encargo en su taller, comienzan una serie de acontecimientos que pondrán a la insignificante mecánica-cyborg en un camino que no se había imaginado.
Más no puedo decir, o voy a entrar en spoilers y grititos de fan enloquecida. La verdad es que comencé la lectura con un poco de recelo, no voy a negar que la comparación con el clásico personaje es un obstáculo bastante duro de superar. Pero al finalizar la primera parte del libro ya me había olvidado completamente de la frágil y llorosa cenicienta.
Cinder se ganó mi simpatía con rapidez. A pesar de que tiene un arsenal de habilidades y de que sus capacidades conforme avanza la historia resultan ser dignas de asombro, el personaje pasa con éxito la prueba anti-Mary-Sues y se gana sus virtudes con su esfuerzo propio. Ni siquiera me molesta el hecho de ver relegado el típico final de cuentos de hadas, lo agradecí totalmente. Bueno, porque se trata de una saga y no de una historia independiente de la que sigue, lo cual pensé que podía pasar.
Lo que viene es Scarlet, el retelling de la autora sobre Caperucita Roja, y a mí no se me hubiera ocurrido nunca mezclar esos dos cuentos, pero hay un par de indicios de la forma en que puede aparecer un "lobo feroz" en todo esto.
Yo pensé que la historia sería todo fantasía, magia y esas cosas, pero es ciencia ficción pura y dura. Amé eso. Le dio un toque de originalidad que permitió que esta historia adquiriese su sello característico. De verdad, disfruté con todas las referencias al cuento escondidas en ciertas escenas, los giros que llevaron a que todo encajara y a la vez tuviera su propia forma de hacerlo.
En conclusión, es un hermoso ejemplo de cómo una historia puede contarse de mil maneras distintas, de la diferencia que hace pasar de un género a otro una misma línea argumental. Lo adoré.
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