La España de los 60, Viridiana, el festival de Cannes, el Bajo Aragón, Paco Rabal, las cuencas mineras turolenses, el desarrollismo económico, Fernando Fernán-Gómez, el boom turístico, la España sumergida, la represión franquista, la libertad empieza en los Pirineos, la ruta del tambor y del bombo, Pere Portabella, la rebelión estudiantil, Lucía Bosé y los hermanos Dominguín, los sótanos de la Dirección General de Seguridad, Pasapoga, la censura, Jorge Semprún, el mejor aceite de oliva del mundo (de Teruel, por supuesto), Fernando Rey, Calanda, pensiones de sopa y cocido, los cines de la Gran Vía madrileña, Fraga Iribarne, relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor, Luis Buñuel, la tauromaquia, el vodevil y la revista, el landismo, 50 sombras de Antuán, los autocines, Ava Gardner, los grises, los tecnócratas del Opus Dei, los cines de pueblo, Franco, Muñoz Suay, el coche de línea, Silvia Pinal, Zaragoza, Gustavo Alatriste, Chicote, la UNINCI, el partido comunista, Girón de Velasco, la Dirección General de Cinematografía, latas y rollos de película…
El fresco de una España que lucha por nacer y otra que se resiste a morir (el eterno conflicto de este país) mientras Luis Buñuel rueda Viridiana, es la última novela del escritor, periodista, cantautor, poeta, y lo que se tercie, Joaquín Carbonell.