Un pequeño pueblo coreano se ve afectado por una serie de extraños asesinatos, generando pánico en la población. La policía no consigue averiguar nada al respecto, pero empiezan a sospechar de un solitario japones que vive solo y aislado en el bosque. Uno de los policías y su hija se ven implicados directamente y necesitarán de los servicios de un chamán para intentar poner fin a todo este rosario de asesinatos.
Bueno, lo primero de todo, decir que se nota a la legua la procedencia de la película. Coreanos fumando en cuclillas, viviendo en casas que parecen chabolas, y eso si, todos con un Samsung en la mano :).
No deja de ser la típica historia de asesinatos cuyo origen se desconoce. 156 minutos que se podían haber quedado en una hora y cuarto, u hora y media como mucho. Se hace muuuuy larga. Al principio se lleva bien, pero llegando a la mitad, se pone la cosa muy espesa, y demasiado liosa. Los policías parecen medio tontos, y no se si allí serán así o si habrá algún motivo por el que los han puesto de medio lerdos.
Muchas escenas sangrientas, y algunas que no vienen al caso, como la aparición de un ¿zombie asiático? que no se sabe muy bien de donde sale. Y por medio de todo, un chamán que supuestamente va a acabar con el presunto «diablo» que está provocando todo esto.
Al parecer, el director ha ganado varios premios con otras películas suyas, pero en este caso me da que no ha estado a la altura. No suelo ver cine coreano, y creo que si no hubiera alargado y liando tanto la historia, hubiera sido una película bastante mas entretenida.