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Cine en fotos: Michał Waszyński

Publicado el 18 octubre 2023 por 39escalones
Cine en fotos: Michał Waszyński

Uno de los múltiples aciertos de la última película de Víctor Erice es recuperar, aunque sea a través del guiño a la falsa traducción de su libro de memorias, la figura de Michał Waszyński, hijo de humildes judíos ucranianos que se convirtió en prolífico director de cine polaco, y después en un refinado hombre de sociedad que presumía de orígenes aristocráticos. Consiguió eludir el Holocausto pero no la dictadura soviética, y fue deportado a un campo de Siberia. Cuando Stalin necesitó de la carne de cañón polaca, Waszyński se sumó al célebre batallón Anders, que peleó contra las fuerzas del Eje en Oriente Medio, Italia y el Norte de África. Waszyński se las arregló para reengancharse en una unidad de producción de películas y realizar algunos documentales y crónicas de guerra.

El final de la contienda lo halló en Roma y continuó haciendo cine, llegó a dirigir a Anna Magnani y a Vittorio De Sica en El desconocido de San Marino (Lo sconosciuto a San Marino, 1948), y de director pasó a productor, donde tenía el dinero más a mano. Colaboró con Orson Welles en Otelo (Othello, 1952), participó en el descubrimiento de Sophia Loren y Audrey Hepburn, metió baza en la concepción de películas como La condesa descalza (The Barefoot Comtessa, Joseph L. Mankiewicz, 1958), y de la mano de Samuel Bronston, con quien había trabajado ya en Italia, convertido en su mano derecha, desembarcó en España en los años cincuenta.

Dentro del “imperio Bronston», en cuyas películas el “príncipe Waszyński», que ya se había fabricado una biografía nueva acorde a su personaje de hombre de mundo elegante y refinado, solía aparecer con el crédito de “productor asociado», le correspondía un importante papel en la elección de reparto, vestuario y decorados (ya lo había hecho en la primera superproducción de Hollywood en España, la película de Robert Rossen sobre Alejandro Magno, de 1955). Hombre políglota, de gran cultura y de gusto exquisito, era imprescindible consejero de la compañía para asuntos artísticos (también se rumorea sobre sus grandes cualidades para distraer dinero de la caja…).

Instalado en San Miguel de la Florida, en las afueras de Madrid, su casa era obligado punto de reunión y de fiestas durante el llamado “Hollywood español» de los 50 y 60. Y en esa casa murió el 20 de febrero de 1965, algunos dicen que a causa de una insuficiencia cardíaca agravada por la diabetes; otros que falleció de un infarto en pleno brindis con champán durante una cena privada, rodeado de amigos y gentes del cine. Sea como fuere, y hasta en eso continúan la leyenda y las dudas sobre su verdad, la única certeza al respecto es que sus restos yacen en un cementerio romano.


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