Tengamos la fiesta en paz juega en otra liga y nos regala un tres en uno, porque es una comedia familiar, musical y auténticamente navideña. El guion lo firma el propio Cotelo, como en sus cinco anteriores producciones, que ha diseñado unos personajes donde la comicidad es clave para que la historia resulte entrañable y festiva. La madre trabaja demasiado en la oficina y en casa, pero últimamente discute mucho con su marido, se enfada y se marcha sola al gimnasio. El padre trabaja a todas horas y cuando llega a casa se queja, se enfada y sigue trabajando. La abuela, mujer de armas tomar, no pierde el buen humor ni cuando se enfada. Y luego están los niños, la mandona Belén, la pequeña Irina y el mediano Juan, experto en tirachinas. Y el jefe, cuyos empleados llaman “el Chupasangre”. Y Chusmari, el ‘negociador’…
‘El cine influye poderosamente en la construcción de valores individuales, familiares sociales. Y nosotros, conscientes de esa preciosa responsabilidad, deseamos contribuir de modo alegre en la defensa y promoción de la unidad familiar, para ofrecer esperanza a todas las familias. Amarse es posible…, no es una utopía de épocas pasadas..., es un reto en equipo que merece la pena conquistar’, afirma Cotelo cuando se le pregunta por la finalidad de su productora Infinito+1.
La película completó su financiación gracias a la respuesta abrumadora de miles de personas de 30 países, que se sumaron con generosidad y confianza a la campaña de crowdfunding lanzada desde la productora. Ojalá se cuenten también por miles las familias que se acerquen a las salas de cine durante estas semanas, para reír y emocionarse juntos con una cinta optimista, donde el humor y la música se alían para afrontar los conflictos, y donde la Navidad y la Sagrada Familia tienen el protagonismo que se merecen.