Revista Cine
El Recaudador (Komornik, Polonia, 2005), el más reciente largometraje del veterano cineasta polaco desconocido en México Feliks Falk, ganó el Premio Ecuménico del Jurado en Berlín 2006. Sin saber qué otras cintas estaban en competencia, es imposible estar en desacuerdo con ese jurado. Estamos ante una convencional pero efectiva película centrada en el súbito despertar de la conciencia de un eficaz y frío recaudador de impuestos.
Estamos en la Polonia contemporánea, en una ciudad -¿Varsovia?- en donde la crisis ha llegado para quedarse. Las casas que vemos a través de la energética y siempre móvil cámara de Bartosz Prokopowicz están derruidas, abundan los desempleados y cuando un grupo se reúne para festejar algo, en la foto de conjunto, en lugar de "whiskey" o "cheese", todos gritan "recesión".
En este escenario, el recaudador Lucek Bohme (Andrzej Chyra, con la apostura de un Daniel Craig más joven) es la estrella de la Hacienda polaca. Si tiene una orden judicial para requisar los bienes de un ciudadano insolvente o una empresa quebrada, no va a dudar un solo instante en cumplir con su trabajo. Así, es capaz de llegar a un hospital para confiscar un desfibrilador, quitarle un preciado reloj a una ancianita, decomisar sus instrumentos a una orquesta y hasta descubrir un cadáver enterrado ilegalmente... Su olfato es infalible. Demasiado infalible, de hecho, por lo que Lucek se convierte en una figura incómoda para todos los que le rodean, pues el tipo podrá ser todo lo inhumano que usted quiera, pero también permanece honesto y no se ha dejado manchar por la corrupción que ahoga a todos sus jefes y colegas. Sin embargo, un primer encuentro con su antigua novia (Kinga Preis) y un segundo y más fortuito encuentro con ella, cambiará la vida de Lucek a tal grado que empezará a cuestionarse su trabajo, el sentido de él y el significado de su vida misma.
Falk se pasa de tueste con una puesta en imágenes que abusa de la cámara en movimiento y la historia no deja de avanzar por caminos más o menos previsibles, pero la súbita transformación de Lucek tiene un importante grado de verosimilitud -es decir, la trama justifica muy bien el cambio en el personaje-, mientras el reconocido actor Andrzej Chyra encarna a Lucek con una fuerza que se siente genuina. Además, queda claro que ese hálito de conciencia que lo ha invadido no hará que su vida sea más fácil sino, de hecho, más complicada. Y que en ese nuevo camino que ha elegido se encuentra más solo que nunca. Pero, ¿no está uno siempre solo?
El Recaudador se exhibe hoy martes en la Cineteca Nacional.