ELI (ÍDEM, EU, 2019)El niño cagante y mimado Eli (Charlie Shotwell sobreactuado y chillando con voz aguda todo el tiempo, en realidad me pareció desesperante) tiene una enfermedad que lo hace estar como niño burbuja por lo que sus amorosos padres lo llevan a unas instalaciones donde podrán curarlo, o por lo menos parece la ultima esperanza para llevar una vida normal, la Dr. Horn (Lily Taylor) ha desarrollado un procedimiento que ayuda a personas con su padecimiento, el problema es que a partir de que empiezan a tratarlo comienza a ver apariciones, y aunque la cinta intenta ponernos en la encrucijada de si son reales o simples alucinaciones por el tratamiento lo cierto es que ya sabemos de que va la cosa, y esa supuesta vuelta de tuerca que rompe convenciones de la que hablan todos es una simplista trampa forzada que no funciona, y no porque no se dejen pistas, de hecho lo imagine casi desde el inicio de la cinta, el problema es que ni funciona como historia.
Es que todo es muy obvio, por un lado la niña (Sadie Sink, lo unico medianamente rescatable de este fracaso) que se aparece por la madrugada deja claro que no es alguien normal, o ¿que niña anda por ahí parándose en deshoras en un lugar apartado de la civilización? segundo, el personal lo conforman solo tres personas, ademas las doctoras evitan explicarle nada y se portan como socio-patas en cuanto entran a hacer el tratamiento, es que si se supone que lo quieren engañar te sigues comportando amable, no como un verdugo, la madre (Kelly Reilly en la peor interpretación de su carrera) es desesperante, el padre (Max Martini parece estar desganado) y también desde el inicio dan pistas.
Sumemosle que todo se resume a que durante el día es torturado y en la noche ve fantasmas, y ya, ademas todo con una factura muy mala, eso del nombre que forma la contraseña es rebuscado y sinsentido, y la supuesta sorpresa final ya me la imaginaba, ¡¡¡¡¡¡vamos!!!!!! el lugar tiene forma de templo, hay cruces por todos lados, y el chico en lugar de enfermo siempre parece poseído, cuando se descubre que en realidad su mama echo una cana al aire son el Diablo y que las doctoras son monjas no cae de sorpresa, pero esperas que por lo menos tenga un cierre eficiente dentro de lo posible, pero noooo, solo se mete al fango y hunde cada vez mas y mas hasta ese final de pena ajena en el que uno no puede evitar reír con algo de enojo por ver esta basura filmada por Ciarán Foy.
Calificación: De lo Peor del Año