Una ciudad, un pueblo o un barrio no se pueden entender sólo tomando como referencia su paisaje, sea éste natural o creado por el hombre. Lo que constituye la verdadera esencia de estos lugares, su savia, es el paisanaje, los seres que los habitan bien de forma habitual, bien de forma esporádica. Son fundamentales las relaciones que se establecen entre estas personas (relaciones interpersonales) y entre cada individuo con el entorno no humano que lo rodea.
Más o menos de estas premisas parte la película a la que dedicamos el Cinefórum de hoy. 'En construcción', cuarto largometraje de José Luis Guerín, es una película documental que nos acerca a la construcción de un nuevo edificio en el barrio de El Raval de Barcelona. Asistimos a una transformación en el paisaje urbano, pero a Guerín y sus colaboradores les preocupa más mostrarnos los cambios que sufre el paisaje humano según avanzan las obras.
Como comentábamos el lunes, Guerín no va con prisas. Dedica a cada película el tiempo que sea necesario. 'En construcción' fue un proyecto largo. Su realización abarcó más de dos años. La idea surgió como un proyecto vinculado al Máster en Documental de Creación (MDC) de la Universidad Pompeu Fabra. Para llevar a cabo esta película reunió a un grupo de cinco jóvenes creadores: Núria Esquerra, Mercedes Álvarez, Amanda Villavieja, Abel García y Francina Cirera. Todos ellos estuvieron implicados en el proyecto de principio a fin. Desde la génesis hasta ver la película acabada. Participaron en mayor o menor medida en todas las etapas del proceso.
No existía un guión previo estrictamente hablando. Partieron de una idea general y dejaron que la historia se fuera creando a sí misma. Alternaron rodaje y montaje. En función de cómo iba desarrollándose la historia tiraban por un camino o por otro. Ni qué decir tiene que hacer una película así exige un conocimiento del medio, una capacidad de observación y una claridad de ideas, de lo que se quiere transmitir, tremendos.
Los personajes que aparecen son reales y sus diálogos espontáneos. Obviamente no podía salir todo el mundo, de modo que se hizo una selección de personas representativas de cada grupo que sería en quienes se centraran durante el rodaje.
Aunque Guerín reconoce su admiración por Erice y 'El sol del membrillo', en 'En construcción' no lo identifica como su modelo de referencia principal. Considera más bien a su propia película deudora de su experiencia personal en el cine, citando 'Innisfree' como filme donde ensayó aspectos que desarrollaría en 'En construcción'. Tanto en el asunto de dedicar a cada película el tiempo que se precise como en la pertinencia de realizar una especie de "casting" para determinar a qué individuos filmar, Guerín se refiere a Flaherty y más concretamente cita su obra 'Nanuk, el esquimal'.
'En construcción' se ha convertido en uno de los documentales más vistos, laureados y premiados de nuestra cinematografía.
Hasta aquí llega nuestra parte de la reseña. Ahora les toca hablar a Guerín y a Erice. Me explico: buscando información para realizar la presentación de la película encontramos un par de documentos (un vídeo y un texto) que hemos preferido anexar tal cual para completar la información de arriba.
Anexo 1: En este vídeo rodado con motivo de la participación de 'En construcción' en el 49 Festival de Cine de San Sebastián, Guerín cuenta algunos detalles de la producción de la película. 'En construcción' ganó el Premio Especial del Jurado, el Premio FIPRESCI y el Premio del CEC a la mejor película.
Anexo 2: Texto publicado por César Wonenburger en trendesombras.com sobre el SEMINARIO “EL DOCUMENTAL: LA REALIDAD Y SUS SIMULACROS”. La Coruña. 17 de octubre de 2003.
"Ahí vienen los dos dioses”. Una de las asistentes a la inauguración del seminario El documental: la realidad y sus simulacros que se celebró durante los meses de octubre y noviembre de 2003 en el Centro Galego de Artes da Imaxe (CGAI) en su sede coruñesa, resumía de ese modo la expectación provocada por la presencia, en vivo y en directo, de los dos representantes por excelencia del cine de autor en España. El histórico Víctor Erice (El espíritu de la colmena, El sur, El sol del membrillo) y su reconocido epígono, José Luis Guerín (Los motivos de Berta, Innisfree, Tren de sombras, En construcción) fueron convocados para hablar de ese territorio aún poco explorado que ofrecen las nuevas escrituras cinematográficas encasilladas como no-ficción. Lo que sigue es un resumen parcial de la charla que estos dos creadores de mirada insobornable y lúcida mantuvieron ante un público que siguió en silencio reverencial más de dos horas y media de lección en torno al cine, de hoy y de siempre.
– Guerín: «El documental se ha convertido en ese perezoso cajón de sastre donde se incluye todo ese mundo de escrituras que no es estrictamente cine de ficción. Incluso hay gente que cree que la diferencia esencial entre el cine de ficción y el documental es que los que se dedican a este último no trabajan, como si la realidad se dejase capturar así, por las buenas… Ahora todo lo incatalogable se denomina documental, pero creo que eso cambiará dentro de unos años, cuando aparezca otro pensamiento teórico».
– Erice: «A mí me parece que en el cine documental hay ficción, de la misma manera que en la ficción siempre hay un aspecto documental. Sin embargo, se acepta la convención según la cual una película es un documental cuando las personas que aparecen en las imágenes hacen y dicen cosas que no les han obligado a hacer, como ocurre en una ficción, y que generalmente no son actores. Pero yo no establecería diferencias entre uno y otra, porque creo que la ficción está en la mirada del que mira, que expresa una subjetividad. El cineasta se expresa a través de la forma que tiene de situarse con relación a lo que quiere fotografiar, en la manera de encuadrar, de contar. Y en ese sentido, desde sus orígenes, el cine y el documental han ido de la mano».
La ficción se agota
– Guerín: «En cualquier caso yo observo algo esperanzador, y es que ese caos, todavía por definir, que representa el mundo de escrituras de la no-ficción parece el único espacio que aún no está agotado. Todavía queda mucho por hacer. En cambio, el cine de género: la comedia, el negro y demás está totalmente agotado. Tuvo su esplendor en los años 30 o 40 pero se acabó».
– Erice: «Sí, pero quizá más que de la muerte del cine cabría hablar de que actualmente existen unas formas muy gastadas de ficción, y en ese sentido, el documental podría servir para nutrirlas de nuevo. Creo que el problema del cine de hoy es que los realizadores no se paran a observar, antes de hablar. En una ficción siempre partimos de una visión previa de las cosas: el cine moderno privilegia el rodaje y el montaje frente a otras fases de la realización. Yo, ahora mismo, me sitúo en una zona fronteriza de mestizaje entre ficción y documental. A partir de El sol del membrillo he realizado el viaje inverso. Haciendo esa película me sentí como los primeros cineastas, al margen del proceso industrial».
– Guerín: «En la mayoría de las películas de ahora, si hay pensamiento se circunscribe únicamente al guión, que ejerce un despotismo cruel. Se piensa en el guión, y después el rodaje y el montaje se ejecutan metó- dicamente, como algo ya previsto. No se deja nada al azar. En el cine industrial pensar es un tabú, más allá del guión. Por eso Chaplin es el mejor cineasta: porque al final de su vida se podía permitir el lujo de parar un rodaje para meterse en su roulotte y repensarlo todo de nuevo. Lo suyo era un work in progress en el que iba analizando la película en la medida en la que ésta se iba rodando, y si tenía que cambiar algo, incluso una actriz, se hacía, aunque supusiera un retraso. Ésa es la manera más natural de rodar».
– Erice: «Los cineastas que hoy en el mundo trabajan en una dimensión más interesante son los que hacen como si estuvieran en su propio taller, igual que los pintores. Pero para ello se deben afrontar proyectos en las condiciones menos costosas posibles. Hay que ser casi un misionero, desprenderse de todos los elementos innecesarios, huir de toda exhibición tecnológica y quedarse con lo esencial. A partir de ahí uno puede aproximarse al tiempo de los pintores o escritores».
Los peligros de la tecnología
– Guerín: «Pienso que las nuevas tecnologías han fomentado una serie de recursos gratuitos…»
– Erice: «Yo no concibo el cine más que como un medio de conocimiento, de conocer algo que no sé de antemano, es una experiencia total, una aventura en su sentido más radical. Hay autopistas, en las que todo está señalizado, y hay senderos, en los que lo verdaderamente importante no es tanto el viaje como la deriva. Son dos estrategias distintas que generan dos tipos de conocimiento diferente. Para mí el cine ha sido una forma de entrar en contacto con los demás, de tender puentes: el problema es que esa ribera a la que queremos llegar está ahora mismo ocupada por el enemigo».
– Guerín: «El cine ha avanzado a partir de sus carencias, por eso el cine norteamericano más interesante se encuentra en la Serie B. Rara vez las grandes producciones americanas han aportado algo interesante. En la Serie B se encontraban las figuras en conflicto con la industria: muchas veces tenían que trabajar con decorados incompletos, y eso les obligaba a aportar soluciones extraordinariamente creativas. La sugerencia, el poder de evocación se encuentran ahí. El conflicto incita el lado más creativo de los cineastas».
Masajes para el ojo
– Erice: «Ni siquiera un director como Spielberg mantiene una coherencia visual, el audiovisual es un magma estilístico, una con- taminación que ha empo- brecido el lenguaje. Lo que se ofrece es un masaje para el ojo. Las películas ahora van a morir a la televisión, que es un sumidero. El cine no existiría sin el apoyo financiero de las televisiones. El problema es que quienes las rigen son ejecutivos pendientes de la audiencia. Lo que convirtió al cine en el gran arte popular fue que los productores de Hollywood querían hacer dinero, pero también les gustaba el cine. En la actualidad eso ha cambiado: los que toman las decisiones son ejecutivos sin ningún interés, y los temas del cine vienen dados por la televisión».
– Guerín: «La puesta en escena en estos momentos es banal, muy aburrida. La tecnología debe estar al servicio del ser humano. La democratización a veces conduce a la vulgarización. La gente no conoce la memoria cinematográfica. Ahora cualquier chaval se siente capacitado para hacer un largo. Yo me encuentro con alumnos que me presentan videos "rompedores" en los que no entiendo nada. En literatura la gente sabe quién es Homero, pero en cine no hay esos referentes. No se enseña el cine de antes».
Un país sin tradición
– Erice: «El problema es que España no tiene tradición cinematográfica. El cine republicano desapareció con la Guerra Civil, y Buñuel tuvo que exiliarse. El cine español no ha pasado por la experiencia de la modernidad: no hemos tenido una Nouvelle Vague o un Neorrealismo».
– Guerín: «Ahora mismo es imposible hablar de nacionalidades en el cine».
– Erice: «En estos momentos no se puede aglutinar a nadie, ni siquiera para defender la llamada “excepción cultural”. Todo el mundo está pendiente de asegurarse su propia supervivencia. Vivimos unos tiempos muy duros, pero el cine sigue teniendo la tarea de resistir. El desarrollo tecnológico está permitiendo abrir fisuras en el cuerpo cinematográfico, inaugurando formas de creación que hasta ahora eran impensables. Pero siendo cierto que el acceso a las nuevas tecnologías abre posibilidades, hay que alertar sobre los peligros. Cada innovación conlleva un aspecto negativo si no se sabe usar».
– Guerín: «Dentro de esas formas de escritura diferente se inscribirían los trabajos de gente como Abbas Kiarostami, Pedro Costa…»
Industria vs. Arte
– Erice: «El problema es que la industria hace todo lo posible por codificar los campos y colocar todo intento de búsqueda, de aventura, en un gueto. A través de los géneros te dicen lo que se puede hacer, lo que es cine y lo que no. Cuando yo presenté El sol del membrillo a varios productores me dijeron que eso no era una película. El gran problema que tienen esos creadores que van contracorriente del cine industrial es la tremenda batalla que ahora mismo se está librando por el control de los medios de difusión. EE.UU. ejerce un dominio hegemónico, que tiene su correspondencia política. En la actualidad, la formación de masas planetarias se lleva a cabo a través de la televisión».
– Guerín: «La condición actual del cineasta es la soledad…»
– Erice: «Somos epígonos de algo en vías de desaparición, figuras residuales. Yo comparto el aire crepuscular de Godard cuando habla de la desaparición del cine. La gente joven tiene que buscar su camino».
Ahora os toca a vosotros: se abre el turno de palabra.
En el próximo Cinefórum hablaremos de... "Las diabólicas"
Preparaos una tila bien cargada, porque en el próximo cinefórum, que tendrá lugar el miércoles 9 de febrero, el suspense está garantizado. Dirigida en 1955 por Henri-Georges Clouzot, 'Las diabólicas (Les Diaboliques)' es una obra maestra del género, con un soberbio guión y unas interpretaciones de miedo (nunca mejor dicho), encabezadas por Simone Signoret.
Algunos enlaces de interés para los que quieran saber más:
- En El glob de Manuel podéis encontrar una interesante reseña crítica.- En fantasymundo un curioso reportaje de la película desde el punto de vista del análisis de los monstruos interiores.- También es interesante el comentario de Alberto Quintanilla en Tras las puertas.- Especialmente recomendable en esta ocasión el paseo por las críticas de filmaffinity.
- Y para los bilingües, no es perdáis el comentario en la página de Criterion.
El que no la haya visto que no espere ni un minuto, seguro que nos agradecerá la recomendación. Por si no podéis localizar una copia mejor, os dejamos la película en V.O.S.