Por favor, un té con leche.
Diantres, pasan dos minutos de las cinco, ya me he vuelto a retrasar...
Buenas tardes, damas y caballeros. Estos chicos... los gourmets creo que se llaman, me han pedido que les escriba unas líneas de presentación de esta película, pues parece que hoy, y en días venideros, piensan charlar sobre ella.
Me han insistido en que cuente el por qué me negué con tal obstinación (lo de la obstinación es suyo, por supuesto) a desprenderme de mi Torre Eiffel, por más que yo a su vez les he dicho una y otra vez que la respuesta es obvia y está en la propia película, porque esa era mi Torre. Así que mejor les comentaré algunas cosas sobre la producción y la maravillosa época Ealing que creo de mayor interés.
Sir Michael Balcon, Mick, productor de la película y buen amigo mío, me contó en una de nuestras agradables veladas de bridge cómo, como en tantas otras ocasiones, la idea de la película había surgido de una pura casualidad. Parece ser que le encargó a Tibby Clarke, guionista, que se fuera al Támesis con un director y que paseara por allí hasta que tuviera una idea para hacer una película sobre el río. Tibby, excelente muchacho pero algo alocado, volvió con una idea, sí, pero no sobre el Támesis. En su deriva por la ciudad se había quedado fascinado al ver un transporte de oro en barras a cargo de un hombrecillo insignificante. Se las arregló para entrar en una empresa que fundía el oro y se asombró del poco respeto con el que lo manejaban (populacho) y de ahí surgió la idea, que dio lugar al guión que finalmente ganó un Oscar, el León de Venecia y sobre todo, el premio más importante, la Orden del Imperio Británico que se le concedió a Tibby. Me alegré mucho.
- Una anécdota que...- Perdón Señora Boyce, pero T.E.B. Clarke contaba otra versión, según la cual le encargaron convertir en ficción un guión documental de John Eldridge sobre las actividades que se realizaban en el Támesis, 'Pool of London' se llamaba. Eldridge ya tenía esbozado un "malo" que era empleado del Banco de Inglaterra y que planeaba secretamente un robo de lingotes, pero no sabía cómo sacarlo del país. A Clarke le pareció que la situación y el personaje eran más propios de una comedia que de un drama, así que le cambió el sentido y...- Perdón joven, ¿y usted le otorga más credibilidad a lo que contaba Tibby, por más que tuviera la Orden del Imperio, que a Sir Michel? Allá usted. Y ahora si me deja continuar sin interrupciones... Gracias.
Pues decía que la anécdota aquella resulta incomprensible para alguien como yo, amante de que cada cosa esté en su sitio, pero que me dio la oportunidad de conocer a algunos prestigiosos actores y futuras estrellas. Por cierto, que tengo que decir que Audrey Hepburn al natural era muy poquita cosa, la verdad. No llego a comprender esta manía de ponerla por todos lados que existe ahora. Nada que ver con el guapísimo Robert Shaw con su traje de policía.
Y siguiendo con los actores de la película, qué decir de Sir Alec Guinness... Pues nada ciertamente, porque era un tipo extremadamente reservado, creo que nadie en los estudios llegó a conocerle bien. En cierta ocasión le invité a la velada de bridge y se disculpó. Me supo mal, la verdad. El caso es que por lo que parecía era muy inseguro, a pesar de que cuando se hizo 'The Lavender Hill Mob' ya gozaba de un enorme prestigio.
Desde luego la construcción que hizo de su personaje fue soberbia, y suyos son algunos de los matices que le dan esa personalidad tan peculiar, como el frotarse las manos o ser un tipo regordete, porque decía que los que gesticulaban con las manos solían serlo, así que se puso algo de relleno por aquí y por allá. También hizo que tuviera dificultad para pronunciar las erres, para remarcar la incongruencia de que alguien como Holland se viese a sí mismo como jefe de una banda. Me reía mucho con Alec, tenía mucha gracia.
Era muy agradable trabajar en los Estudios Ealing. Yo era una niña, claro, pero aquello me dada la impresión de que era como un club, con todos colaborando. De hecho el club social al que pertenezco ahora me recuerda mucho a aquellos años, entre todos preparamos las fiestas, el roast beef del sábado, las celebraciones de la coronación... A ver si vienen ustedes a verme.
Sí, muy divertido aquello, les daré un ejemplo. Cuando Tibby y Charlie Crichton empezaron a trabajar juntos en el desarrollo de la historia se encontraron con un problema: ¿Cómo demonios se podía robar el oro del Banco de Inglaterra? Así que a Tibby no se le ocurrió otra cosa que presentarse en el mismísimo banco a preguntar. Lógicamente, allí le pidieron que rellenara un formulario haciendo constar la naturaleza de su propósito, y escribió: "se requiere información sobre la manera de robar lingotes de oro". ¿Se imaginan? Tras la sorpresa de la gente del banco y las oportunas aclaraciones de Tibby, la maquinaría se puso a funcionar como un reloj, y tras varias llamadas internas y aclaraciones sobre quiénes eran las personas más competentes para resolver el caso, allí se encontraban reunidos, entre otros directivos, el Director del Departamento del Oro y el del Departamento de Transportes, planeando el robo del Banco de Inglaterra, que se llevó a la pantalla casi exactamente como ellos lo concibieron.
¡Qué locos!, pero nos hicieron pasar muy buenos ratos. Espero que tan buenos como los que hayan tenido ustedes viendo la película.
Y ahora disculpen, pero tengo que acercarme a Harrods a comprar un pisapapeles para un amigo.
¿Qué? ¡Ah, sí!. Me recuerdan estos chicos que les diga que ahora ustedes son los protagonistas. Que lo pasen bien con sus cosas.
Y la semana que viene hablaremos de... "El Verdugo"
Gracias, Señora Boyce. ¡Qué mujer!
Cambiando de tema, para el martes que se avecina os proponemos disfrutar de una de las obras cumbre del cine español, "El Verdugo", comedia negra dirigida en 1963 por el gran Luis García Berlanga, uno de los mejores en lo que a burlar la censura se refiere.
Utilizando el humor, que muchas veces es el mejor método para contar las cosas más serias, mete caña todo lo que puede en una película que va más allá de la mera crítica a la pena de muerte y hace un eficiente retrato de la situación de la España de los años 60.
Por si alguien quiere informarse sobre esta película, aquí os dejamos algunas sugerencias:
- En "El Bloc de Josep" nuestro amigo dedica un par de entradas a esta película, las cuales podéis leer aquí y aquí.
- En "Puerta de Babel" podéis encontrar una interesante crítica.
- Merece la pena la puesta en contexto de la película en Reefviews.
- En "Películas Españolas" disponéis de otro artículo curioso.
- Otra reseña de interés la tenemos en "mi+d".
-Y como siempre, siempre puede resultar provechoso echar un vistazo a Filmaffinity.
Para el que no tenga la película a mano, aquí os la dejamos:
Lo dicho, la semana esperamos vuestras opiniones sobre "El Verdugo".