Cintio Vitier Bolaños, escritor de todos los tiempos

"… Morir es seguir viaje"

José Martí, 19 de enero de 1895.

Por RAQUEL MARRERO YANES

El poeta, narrador, crítico literario y ensayista Cintio Vitier Bolaños (1921-2009), es uno de esos hombres de los que estamos obligados a hablar siempre en presente; de los que siempre quedan y siguen siendo útiles más allá de la muerte; de esos cuyo nombres y ejemplo constituyen banderas para las nuevas generaciones.

A 90 años de su nacimiento, sus recuerdos aún están vivos, no solo entre sus seres más queridos, como su viuda, Fina García Marruz, y sus hijos, Sergio y José María, sino también entre los compañeros de la Biblioteca Nacional José Martí, del Centro de Estudios Martianos y de muchos otros lugares donde trabajó.

Para la bibliógrafa Araceli García Carranza, Cintio fue "un hombre sencillo, honesto, solidario, disciplinado y respetuoso, pero con gran sentido del humor". Su mayor virtud, asegura, fue la de ser un defensor de la cubanía, a la cual unió su sólida cultura y perspicaz talento.

Lo conoció —dice— a través de sus libros, en las aulas universitarias, aunque lo recuerda desde 1962, sentado en una mesa larga y recién barnizada, en el tercer piso de la Biblioteca Nacional. "Allí lo vi crecer en su mundo moral".

"A pesar de mi juventud, fui su jefa y supe verlo como un entrañable compañero porque su grandeza intelectual no lo limitaba solo a las investigaciones; también tuvo tiempo para asesorarme", comenta.

Araceli recuerda disímiles anécdotas relacionadas con Cintio, muchas escritas por él en el libro Memorias y olvidos (2006), motivado por el inesperado extravío de una carpeta negra que siempre lo acompañó. En ese título Cintio hilvanó recuerdos y mediante descripciones de sucesos y reflexiones logró enfocar pasajes de su vida, que es la de uno de los más auténticos y universales exponentes de la cultura cubana, plantea Araceli.

Su obra activa de más de 300 títulos y otros documentos se conserva en la Biblioteca Nacional y está a la disposición de todos, explica Araceli y asegura que "Vitier continúa siendo hoy uno de los escritores más leídos y citados no solo por su poesía hermosa y trascendente, sino además por su ensayística de perdurable magisterio, y su pasión por Martí".

Nació el 25 de septiembre de 1921 en Cayo Hueso, Florida, Estados Unidos, pero luego obtuvo la nacionalidad cubana. Inició sus estudios en la ciudad de Matanzas y luego cursó el bachillerato y se graduó de doctor en Derecho Civil (abogado) en La Habana, aunque nunca ejerció esa profesión.

Con solo 17 años publicó su primer libro de poesía, Poemas. De su amplia labor como investigador y crítico literario destacan Cincuenta años de poesía cubana, Lo cubano en la poesía, Poética y Temas martianos, escrito en colaboración con su esposa, entre otros.

Tras el triunfo revolucionario de enero de 1959, entregó su talento y su voz sin titubeos a los nuevos tiempos de la patria. Consagrado a cada tarea realizó muchos aportes a la literatura y a la historia. Junto a Fina investigó la vida y obra de José Martí. Ambos fueron del grupo fundador de la revista Orígenes.

También colaboró en varias publicaciones. Dirigió la Nueva Revista Cubana y se desempeñó como profesor en la Universidad Central de Las Villas, e investigador literario en la Biblioteca Nacional, donde fue director de su Revista, del Anuario Martiano y de la Sala Martí, obra de amor martiano y humanismo.

En reconocimiento a su obra, traducida a varios idiomas, y a sus aportes al desarrollo de la cultura cubana, recibió numerosas distinciones y reconocimientos, entre estos el Premio Nacional de Literatura en 1988. Además fue diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Dirigió la edición crítica de las Obras Completas de Martí en el Centro de Estudios Martianos, del cual fue presidente honorario hasta su muerte, el 1ro de octubre de 2009. Todo cuanto nos legó Cintio Vitier es muestra de su talento, de alguien que recordamos como uno de los más significativos escritores cubanos de todos los tiempos.

Vía: CubAhora