“Cirkus Columbia”: Tragicomedia de un pueblo herido

[7/10] La guerra de los Balcanes vuelve a estar en el punto de mira de Danis Tanovic, que en “Cirkus Columbia” hace un retrato costumbrista y tragicómico de la Bosnia-Herzegovina de 1991, continuando su particular crítica al esperpento sufrido en esa “tierra de nadie”. La mirada de Tanovic es sarcástica hacia quienes estaban en el poder y hacia quienes ahora lo detentan, y humana hacia sus populares personajes… sometidos a un tira y afloja entre las autoridades civiles y militares, con viejas heridas aún abiertas y venganzas sin término, con atropellos y abusos de poder continuados.

En “Cirkus Columbia”, Divko vuelve a casa después de un exilio alemán de veinte años… con la joven y atractiva Azra, con un llamativo Mercedes rojo, con un buen puñado de marcos… y con su gata Bonny. Quiere el divorcio de su mujer y para ello comienza desalojándola de su casa, ante la resistencia de su hijo Martin al que no había llegado a conocer, y con el respaldo del nuevo alcalde al que apoyó desde el extranjero. Pero muchas cosas sucederán cuando pierda a su “gata de la suerte”, tanto en el país como en su propio entorno familiar.

El director imprime un toque folklórico a la cinta y logra crear un microcosmos en el que se respira el espíritu balcánico, con todo su dramatismo pero también con cierta distancia y sentido de un humor esperpéntico. Todo lo que rodea a la gata y a su supersticioso dueño resulta tan irrisorio y patético como la actitud de los alcaldes entrante y saliente, o como ese militar comunista que se tiene que ir del país con el rabo entre las piernas. El drama llega de mano de Lucija y de una existencia desgraciada que comenzó hace un par de décadas, y continúa con esa joven pareja de Martin y Azra que vive con “el sueño americano” o al menos con el de formar una familia. La trama romántica es previsible aunque está bien desarrollada y no chirría, algo que no puede decirse de esa forzada confesión de Lucija que abre los ojos a su marido Divko y que desencadena una serie de reacciones inverosímiles.

Si narrativamente algunos de esos giros no terminan de convencer, sí encuentran su sentido en el intento de Tanovic por construir una metáfora del país en torno al pueblo, casa y familia de Divko: son propiedades que pasan de un dueño a otro sin respeto ni justificación, y también lugares de encuentro de gentes distintas… entre los que a veces surgen lazos e historias de amor, en ocasiones echadas a perder por silencios, equívocos e intolerancias inadmisibles. Una nueva tragedia de Romeo y Julieta que sucedió hace veinte años, y que está a punto de repetirse… por el despropósito de la guerra y sus represalias, a no ser que aparezca la gata Bonny.

Asistimos a una historia loca como lo es su extravagante protagonista, con una mirada nostálgica a una infancia en que se podía disfrutar de la felicidad más sencilla al subir a un tiovivo, y también a una inteligente crítica ante comunistas, nacionalistas y cuantos intentan comprar el poder y el amor como si se tratara de una peluquería. Tanovic hace gala de un sentido humanista y de una apuesta por la libertad y la tolerancia, con un gran trabajo de Miki Manojlovic al dar vida a un Divko cínico y duro… pero también sentimental y con buen fondo, que recuerda al Bogart de “Casablanca” y que nos deja un aliento de esperanza a esta tragicomedia de un pueblo herido.

Calificación: 7/10

En las imágenes: Fotogramas de “Cirkus Columbia” – Copyright © 2010 ASAP Films, Autonomous, Studio Maj, Razor Film Produktion, Man’s Films y Art & Popcorn. Distribuida en España por Wanda Visión. Todos los derechos reservados.

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Publicado el 20 Julio, 2011 | Categoría: 7/10, Alemania, Año 2011, Bosnia-Herzegovina, Bélgica, Comedia, Críticas, Drama, Eslovenia, Francia, Gran Bretaña, Serbia

Etiquetas:Casablanca, Cirkus Columbia, crítica, Danis Tanovic, familia, guerra, Humphrey Bogart, Miki Manojlovic