Revista Arte

Ciudad Rodrigo, crónica de la magia teatral

Por Ruta42 @ruta42
Ciudad Rodrigo, crónica de la magia teatral

Fotografías del gabinete de prensa de la feria.

Este domingo terminó en Ciudad Rodrigo la XV Feria de Teatro de Castilla y León con un emotivo concierto-homenaje a Rosa María García Cano, la que fuera la directora y alma mater del evento durante las XIV ediciones anteriores hasta su muerte la pasada primavera tras una larga enfermedad.

Y fue precisamente en torno a Rosa María a quien giró este año la mayoría de los actos de esta feria, cuya existencia e importancia no pueden entenderse sin el tesón y el trabajo que durante muchos años vino realizando al frente de la Asociación Cívitas. Por esa razón, este año se convocó la primera edición de los premios que llevan su nombre y cuyo objetivo es premiar iniciativas culturales que fomenten la difusión y promoción de las artes escénicas y que recayeron en la Fundación TeVeo en la categoría de programa de promoción de las artes escénicas para la infancia y juventud; en Pau Llacuna, director de la Fira de Tárrega en la categoría de Gestión Cultural; y en la Revista Artez y el Festival Titirimundi, que comparten el premio en la categoría de difusión de las artes escénicas. Pero esta no fue la única iniciativa. La feria se abrió con un homenaje a la exdirectora con representaciones de varias compañías de Castilla y León, en la que se presentó y estrenó la pieza musical “Una rosa entre bambalinas” compuesta en su memoria.

Sin embargo el triste acontecimiento no empaño la realización de una feria, la de Ciudad Rodrigo que empieza a ser ya una de las más veteranas en el programa de ferias de teatro y danza del estado. Para esta ocasión, 31 compañías de cinco países se dieron cita en Ciudad Rodrigo, de las cuales tan sólo 10 eran de Castilla y León. Esta cifra contrasta enormemente si se compara con ferias de otras comunidades autónomas, donde frecuentemente más del 60 o 70% de las compañías que participan son de la comunidad que organiza el evento. Sin embargo, en Ciudad Rodrigo apuestan por una convocatoria de corte menos local, que otorga a la feria un aire de festival más abierto que atrae a numerosos profesionales de todo el estado, y no solo de la comunidad, pero que contribuye muy poco a paliar la situación tan alarmante que está viviendo el sector en una autonomía, Castilla y León, en la que nunca fue muy fuerte. No en vano “crisis” ha sido la palabra más repetida en un encuentro que ha convocado a cerca de 200 profesionales entre programadores, distribuidores y productores. El sector vive con indignada resignación la retirada de ayudas a la producción y distribución y los cada vez más menguados presupuestos del sector público para cultura y se lanza a explorar las posibilidades de sobrevivir haciendo las obras “a taquilla”, un sistema que todo el mundo parece asumir como una solución, pero cuyos flacos resultados indican que aún está muy lejos de serlo.

Ciudad Rodrigo, crónica de la magia teatral

Precisamente sobre las distintas estrategias para la captación de nuevos públicos que puedan alimentar este nuevo sistema, versaron las “Jornadas de Formación Fernando Urdiales” en el marco de una localidad, Ciudad Rodrigo, donde la feria y la asociación Cívitas que la organiza, cuentan con el apoyo de una Asociación de Espectadores que cada año otorga los premios y distinciones del público, votados por sus más de 800 socios, y que este año han recaído sobre los salmantinos “La Chana Teatro” con su espectáculo “Gaudeamus”, sobre los portugueses “Radar360º” con “Baile dos Candeeiros” y sobre los también portugueses “Teatro de Formas Animadas” por su espectáculo “Prometeu”.

La existencia de estos premios y de la asociación que los concede, denotan el éxito que este evento ha tenido en implicar a su localidad de acogida y a sus gentes. Que Ciudad Rodrigo se vuelca en la Feria es algo innegable y que queda patente en los múltiples grupos de chavales, muy jóvenes todos, que se implican como voluntarios, en las conversaciones escuchadas a medias en cualquier terraza comentando tal o cual espectáculo o en las múltiples referencias y carteles de la feria que se ven por todo el casco histórico de la Ciudad. Y es que como ya hemos dicho, esta feria tiene vocación de festival, y trata de ser algo más de un mero encuentro de profesionales, busca ser el acontecimiento en torno al cual gira la vida cultural de Ciudad Rodrigo a lo largo del año. De este modo, este año la feria, como viene siendo habitual ha preparado talleres y actividades matutinas para los más pequeños bajo el sugerente nombre de Divierteatro, que este año ha girado en torno a la magia. Y que se ha desarrollado en carpas abiertas en dos de las principales plazas de la Ciudad. La programación infantil se ha complementado con varias actuaciones de teatro y cuentacuentos a lo largo de las 4 mañanas de la feria y con pasacalles y talleres.

Y es que si hay algo que caracteriza la cita de Ciudad Rodrigo es la variedad y el equilibrio de propuestas en la programación, con teatro de sala y de calle, infantil y de adultos, clásico y contemporáneo… por poner una pega, se echó de menos más danza, pero en general, la programación mantuvo un nivel de calidad bastante bueno, a pesar de que se notaban las estrecheces económicas que están pasando muchas de las compañías, en que este año, se ha optado por apuestas de formato más pequeño. Menos actores, menos escenografía y menos inversión en producción para crear espectáculos más baratos que no pierdan la calidad artística. Y en este sentido, mal que bien las compañías de la Feria de Teatro han cumplido. De los 7 espectáculos que pudo ver el que suscribe a lo largo de los dos últimos días, uno era excepcional (el “Prometeu” del Teatro de Formas Animadas), otros dos, buenos; dos más mediocres y uno francamente malo. Lo normal en estos en estos casos.

Una crónica de Héctor Toledo para Ruta 42.

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