Editorial: Debols!llo
Páginas: 560
ISBN: 9788497593663
Precio: 8,95€¿No os ha pasado nunca, mientras leíais un libro que os estaba encantando, que al terminarlo os habéis sentido decepcionados y enfadados con su final? Pero no una decepción de decir hubiera preferido que acabara de otra manera o qué pena que muera ese personaje que me caía tan bien. No, una decepción-enfado que te hace indignarte y pensar más bien cosas como no, no y no y ¿pero a qué viene esto?. Un cabreo que, además, viene dado porque el libro resultaba brillante hasta ese momento y da muchísima rabia que la autora se haya querido complicarse las cosas para llegar a lo mismo. Porque así es: el final es previsible, el que te imaginas desde que entra en escena cierto personaje, pero los hechos que suceden en la recta final para llegar a él me parecen demasiado fuera de lugar. Estoy tan cabreada con el final del libro que le voy a dedicar un spoiler más abajo para quedarme a gusto y explicar exactamente en qué me parece que falla.
Dejando de lado esto, tenía muchas ganas de leer algo de Marian Keyes. Me habían dejado el cuarto libro de la saga de las hermanas Walsh, pero me comentaron que era mejor empezar por el principio, así que me compré este. Es la ventaja de los libros de Marian Keyes, que al ser una autora de éxito todos están publicados en edición de bolsillo y no duele tanto gastarse el dinero en ellos. Junto a Sophie Kinsella, es considerada una de las reinas del género chick-lit o literatura escrita por y para mujeres con mucho sentido del humor. Personalmente, tras leer casi todo lo publicado por Kinsella y tan solo haber conseguido terminar este libro de Keyes (lo intenté con Sushi para principiantes y ¿Quién te lo ha contado?, pero se me hicieron pesados), evidentemente me quedo con la primera.
Hay un aspecto que me llamaba la atención y que había leído en otras opiniones acerca de sus novelas: su estilo es más realista que el de otros chick-lit. Tras la lectura he podido comprobar que efectivamente es así. Antes de nada, que quede claro que la historia sigue siendo una historia idealizada con su final feliz, pero es algo que ocurre con todas las novelas de este género y cuando leemos una ya sabemos lo que vamos a encontrar. En lo que sí he apreciado más realismo es en escenas concretas; aquí no aparece ese componente tan disparatado o exagerado que tienen Bridget Jones o la protagonista de Loca por las compras (y que conste que ambos libros, en su estilo, me gustaron). Por ejemplo, recuerdo las paranoias de Bridget, su viaje a Tailandia y su excéntrica madre, cosas que en el libro te las tomabas con humor pero realistas desde luego que no eran. O las deudas de Loca por las compras, que crecían y crecían pero ella seguía con sus caprichos caros. No estoy criticando estas novelas, son geniales dentro de su estilo y las disfruté mucho, pero en la literatura general siempre he preferido lo realista. En ese sentido, Claire se queda sola se aproxima más a mis gustos. Por eso mismo creo que, si normalmente leéis novelas realistas, este es una buena opción iniciarse en el chick-lit, porque el cambio de estilo no será tan radical como con una Bridget y su disfraz de conejita. Las características que sí tiene en común con el resto de autoras buenas de chick-lit son el lenguaje ameno, lectura adictiva, personajes con los que es fácil identificarse, sentido del humor y sencillez en el lenguaje. Una lectura ligerita que de vez en cuando apetece mucho.
Claire se queda sola Claire Es la narradora y protagonista indiscutible del libro. Tiene 29 años, acaba de dar a luz a su hija Kate, y el mismo día del nacimiento su marido la abandona para irse con otra. Ante tales circunstancias, Claire decide dejar Londres y regresar a su Irlanda natal para recuperarse junto a su familia. Claire vivirá con sus padres y sus dos hermanas pequeñas, Anna y Helen, mientras supera la ruptura y empieza a ser consciente de que ahora tiene una hija que cuidar.
Claire es una mujer abierta y extrovertida, alegre. Tiene facilidad para relacionarse con los demás y en esto era muy diferente de su marido. Durante su recuperación pasará por varias etapas: el estado de encontrarse sin fuerzas para nada y estar todo el día en casa con el camisón puesto; el momento de empezar a salir y conocer gente; comenzar a ser consciente de cómo ha cambiado su vida con el nacimiento de Kate… Pero en el fondo de su corazón siempre mantendrá la esperanza de reconciliarse con su marido por el bien de la niña. Es un personaje bastante creíble, y me he sentido identificada con algún comportamiento suyo (aunque de todas formas hay personajes de otros chick-lit a los que he cogido más cariño que a ella).
James
James es el ex marido de Claire. Sólo destaca en una parte del libro, pero como siempre se encuentra en la mente y los recuerdos de Claire, me ha parecido conveniente comentároslo también. James es todo lo contrario que su mujer: trabaja como contable, es soso, aburrido y muy orgulloso. Para que nos entendamos, es el típico hombre inteligente pero muermo a más no poder. Aun así, Claire lo quiere y ella pensaba que a pesar de sus caracteres diferentes se complementaban bien.James deja a Claire y pasa olímpicamente de su hija durante una temporada para irse a vivir con su amante, que no es más que la vecina de ambos, una mujer normal y corriente. Pero tarde o temprano tendrá que demostrar que es alguien responsable y dará la cara.
Adam
Es un compañero de clase de la hermana menor de Claire. Ambos se conocen cuando él es invitado a cenar en casa de la familia Walsh, y desde el principio hay muy buen rollo entre los dos. Buen rollo, y algo más. Se gustan, hay atracción, pero en quien tiene que pensar Claire es en su marido. Además, Adam es más joven que ella y hay otro problema añadido: la hermana pequeña de Claire es muy alocada, y no se sabe exactamente qué relación mantiene con Adam. El miedo a hacer daño a la pequeña será otro de los problemas de Claire.Por lo demás, Adam es algo parecido al hombre ideal. Guapo, musculoso, simpático, se lleva bien con el bebé… Sin embargo, al igual que ocurre con James, es un personaje que no se acaba de caracterizar del todo. En parte es normal porque la historia gira en torno a Claire y no es un punto de vista de tercera persona omnisciente, pero cuando te pones a analizar cada detalle sí que se nota que hay algunas carencias. De Adam no sabemos nada, tan sólo una sospecha de que en el pasado alguien le hizo daño, pues no deja de decir que entiende como se siente Claire tras la ruptura.
Un chik-lit de los grandes…
Claire se queda sola me atrapó desde la primera página. Tiene más de 500 páginas, pero me ha durado menos que otros libros más cortos. Es una novela de lo más adictiva, una vez la empiezas no la podrás soltar. Cada vez valoro más este aspecto porque no es nada fácil mantener al lector intrigado y lograr que no pueda dejar el libro hasta terminarlo. Hay muchos libros que comienzan muy bien pero que cuando llegas a la mitad sufren un bajón del que no se recuperan, por eso mismo es digno de admirar que algunos autores sean capaces de engancharte de principio a fin y sin altibajos.Me gusta que, a pesar de la situación crítica en que se encuentra la protagonista, el libro desprenda tanto sentido del humor. Con este libro he sonreído más de una vez, y es algo difícil en mí cuando leo. El lenguaje con el que se expresa es muy sencillo, pero aun así las situaciones que narra me han llegado: he llegado a sentir muchísima rabia hacia cierto personaje, nervios por las dudas que Claire tiene con su hermana, ternura cuando se habla de la pequeña Kate, amor familiar cuando ves a la madre preocupada por Claire o a ella misma recordando su infancia, etc. No pretendía que el libro me transmitiera emociones, pero lo ha conseguido.
Hablando ya de cosas concretas, me ha gustado mucho la manera en que trata el tema del sexo. Muy amena y realista, con humor pero sin entrar en detalles. Es difícil de explicar, pero Claire se iba dirigiendo al lector y hacía preguntas y comentarios sobre el paso a paso del tema. Creo que nunca había leído nada igual. Con el sexo los autores suelen escoger polos opuestos: o sueltan la parrafada y cuentan hasta el más mínimo detalle, o cierran el capítulo con la parejita entrando en la habitación. Este paso a paso es más gracioso e original, y en ningún momento cae en lo vulgar.
El libro me estaba encantando por el desarrollo de la historia y lo adictiva que era ésta, pero aun así hay algunos detalles negativos. Para empezar, aunque la novela en conjunto engancha y no se hace pesada nunca, sí que he tenido la sensación de que algunas escenas se alargan demasiado. Pero solo eso, algunas escenas, no el libro en sí.
Otro fallo que he apreciado en muchos libros de chick-lit es que los personajes secundarios son demasiado simples. En algunos casos (estoy pensando en las dos hermanas de Claire) está justificado, porque si la autora sabía que después iban a tener su propio libro no era conveniente escribir una historia paralela de ellas en este. Sin embargo, James y Adam tendrían que tener más matices. Siempre me quejo por lo mismo: en los libros de chick-lit no llegamos a conocer del todo bien a los hombres. Sabemos lo superficial, su actitud cuando ve a la chica, pero poco más. ¿Qué tal estaría un chick-lit masculino, protagonizado por un hombre normal, sus dudas y sus torpezas? Podría ser gracioso y todo, al menos serviría para conocer las dos caras de la moneda.
Finalmente, y como suele ser habitual en los libros traducidos, aquí hay varios juegos de palabras que pierden su gracia en castellano, y el traductor ni siquiera se ha molestado en añadir pies de página para aclararlos. Si sabéis un poco de inglés no tendréis problema en traducirlos y captar la broma, pero vaya, que una aclaración no habría estado de más.
…Con un final que se lo carga (SPOILER)
Si no habéis leído este libro y pensáis hacerlo, no leáis este apartado, pues desvelo el final.En primer lugar, yo quería y creía que Claire y Adam acabarían juntos, pero no me he quedado contenta con la manera en que se llega a este final. Bueno, es que no me ha gustado que a Adam le salga una hija de golpe y porrazo, y mucho menos me ha gustado la manera en que se entera Claire, por un comentario de su hermana. Que había tenido un desengaño amoroso en el pasado se veía venir, pero lo de la hija se lo ha sacado de la manga. No me ha gustado nada este detalle: ni me resulta creíble, ni me gusta que aparezca tan de repente en la historia. Además, no era necesario: era mucho más fácil que Adam soltero viajara con Claire a Londres y tan felices. Qué ganas de complicarse la vida para acabar igual, de verdad. Por otra parte, la aparición de esta hija provoca otro hecho muy poco creible: se supone que la hija ha vivido un año sin su padre, y ahora de repente su madre descubre que quiere vivir y conocer mundo y por eso la abandona durante un año con un hombre que, sí, es su padre, pero la niña no lo conoce de nada. No hay quien se crea esta actitud en una madre responsable. Que la deje con él algunas semanas, tal vez un mes, porque quiere viajar, aún. ¿Pero todo un año? ¡Venga ya! Y todo para que Claire y Adam lleguen igual a Londres, con una hija cada uno. No hacía falta, insisto. Ya son ganas de cargarse el libro, con lo interesante que había sido hasta entonces.
Conclusión
En el momento en que escribo esta opinión lo que tengo más fresco del libro es ese final tan decepcionante para mí, pero aun así soy consciente de que esta novela me ha hecho disfrutar mucho y no puedo hacer otra cosa que recomendarla a las fans del género. Es totalmente adictiva, amena, con sentido del humor a pesar de la situación crítica, y bastante creíble en general. Me da muchísima rabia que pierda puntos por el final, pero qué le vamos a hacer (y de todos modos, no deja de ser algo meramente subjetivo). En definitiva, que a pesar de mi cabreo lo recomiendo.Mi valoración: 8/10