Para variar, y porque en realidad es mejor para aclarar el asunto que hoy me mueve, e incluso diría que me conmueve, debo de empezar por el final, o por uno de los finales, porque en una historia todavía abierta, puede haber muchos finales dependiendo de en qué momento lo des por finiquitado.
A media tarde he leído un tweet en el que unos que se definen como portal líder en televisión, y que no dudo que lo sean, han puesto el siguiente tweet: “¿No sabes por qué Clara Lago es tendencia/trending topic? ¡Mira la que ha liado!”
Si este vecino del mundo cree a pies juntillas lo escrito, se tiene que decantar porque Clara Lago, y teniendo en cuenta lo templadas de sus declaraciones habitualmente, se ha debido de volver loca y ha hecho de su capa un sayo insultando a diestro y siniestro.
Tras investigar el asunto, resulta que el gran pecado de la Señorita Lago ha sido defender a Dani Rovira, a su vez, su pareja sentimental, en esa especie de linchamiento que ha sufrido desde la noche de la Gala de los Goya, en un artículo de opinión en “El País” de hoy titulado “Ciudad sin ley” (http://cultura.elpais.com/cultura/2016/02/19/actualidad/1455887855_946463.html)Quizás todo empezó el día en que Dani Rovira comentó: “No me ha merecido la pena presentar los Goya”, declaraciones motivadas por todo tipo de críticas, descabelladas muchas de ellas.La actriz, en el citado artículo, reflexiona sobre los insultos y desprecios sufridos por el actor Dani Rovira tras presentar la última gala de los Premios Goya. Pero en realidad, y lo dice ella, eso ha sido el detonante para reflexionar de una manera más profunda sobre algo que, lejos de ser un hecho puntual, sucede con más frecuencia de lo que pensamos.
Clara se pregunta: ¿Por qué tanto enfado? ¿A qué responde tanto odio? Entiende que tengamos distintas opiniones respecto a algo, y si se argumenta de una manera crítica pero con educación no hay ningún problema. Ahora bien, y se sigue preguntando, la falta de respeto y el desprecio gratuito ¿a santo de qué?
Si dicha persona es "famosa" todavía parece que mejor, pues la impunidad para cometer la agresión se eleva automáticamente, según ella, al cuadrado. En realidad, es lo que muchos piensan, algo así como que los insultos van en su sueldo.
Sigue diciendo que existen muchos tipos de violencia y la que se sufre por las redes sociales es una de ellas.
Como dijo David Trueba, y por resumirlo de alguna manera “Dani Rovira mira demasiado en Internet". Y en esas declaraciones, y esto ya es cosecha de este vecino del mundo, hay que incluir también a Clara Lago.Ya para terminar el articulo, ella se pregunta: ¿quién hace las normas? ¿Por qué se puede censurar una fotografía de un pezón (femenino, que no masculino) en Instagram y sin embargo se permiten este tipo de agresiones virtuales?
En realidad, a la Señorita Clara Lago le debería de servir el cómo este vecino del mundo ha comenzado hoy este artículo, porque la gente utiliza sus opiniones en las redes sociales, para vender su producto, su pensamiento, su minuto, o sus 140 caracteres, de gloria.
Lo mismo que, como relatado, hoy en la red se decía la que ha liado Clara Lago por twitter, cualquier día nos enteraremos de que a alguien le ha dado la chaladura de ir a la farmacia y comprarse 20 unidades de dos metros cada una de esas tiras adhesivas en cuyo centro tienen un apósito esterilizado para colocar sobre las heridas, lo que viene siendo las bien conocidas “tiritas”, en lugar de decir que le han molido a palos unos desaprensivos, y para cubrir sus heridas ha tenido que comprarse veinte cajas de tiritas. Se habla del "resultado", como si fuera el "origen".
En este tipo de casos sí creo que es mucho más útil esa frase que dice “El mayor desprecio es no hacer aprecio”, pero tanto Dani Rovira como Clara Lago, fuera de sus profesiones, y gracias a las alas que les da su juventud, intentan cambiar este mundo al menos en lo poco que esté en sus manos, y hasta que tristemente lleguen a la conclusión de que “es imposible” (y si no llegan a ella, mejor que mejor), sufrirán y mucho al oír cosas que les agravian , porque a muchos además no les interesa calmarse, ya que de esa manera, dejan parte de su frustración fuera.
Es una pena que hoy en día gusten más parejas del pelaje “buen chasis y encefalograma plano” pero con la cara radiante en programas del tipo “Hombres, mujeres…” y que su máxima preocupación sea que el canalla o la canalla de turno les haga caso, y la ropa que se pondrán mañana.
Además de lo anterior, conviene recordar que las mujeres guapas, inteligentes, y con los pies en el suelo, dan miedo, mucho miedo, por aquello de que los demás podemos no estar a la altura, y tener un gatillazo, cultural, que es peor, en cualquier momento. Porque siempre será más fácil, y contundente, insultar que explicar el teorema de Pitágoras, siempre que el tal Pitágoras no sea el delantero centro de un equipo de fútbol, de esos de moda.*FOTO: DE LA RED