Claromecó

Continuando viaje luego de visitar el Puerto de Quequén y Balneario San Cayetano llegamos hasta Claromecó, una localidad costera turística de las más conocidas en la costa sur bonaerense. A pesar de todo lo anterior nunca la había visitado y por recomendaciones de gente del COA Tres Cauquenes recorrimos la Reserva Natural Municipal Claromecó, un gran predio que rodea la laguna La Arenera, rodeado de pastizales que crecen en suelo arenoso lindando en el sur con los médanos y al norte con campos de actividades agropecuarias. El lugar es visitado por pescadores y ocasionalmente amantes de la naturaleza.

No vimos demasiadas aves ese día, estaba de a ratos con sol pero en ocasiones se nublaba y caía algún chaparrón, todo en cuestión de pocos minutos. Aproveché los momentos soleados para probar unos nuevos filtros polarizadores que luego utilizaría para ver el eclipse total días más tarde.

Espátula rosada

Gaviota capucho café

Pato capuchino

Espátula rosada

Tero real

Gallareta chica y atrás gallareta ligas rojas

Gallareta chica

Garza bruja

Había varias vistas del camino algo sinuoso que bordea la laguna, las lomas y los pastizales; también realicé fotos de la flora del lugar con varias especies que no conocía y de a poco iré mostrando en mi blog Flora Bonaerense.

Lo más destacado de la reserva fue encontrar una tapera ( = construcción abandonada) con varios nidos de golondrina tijerita. Era fácil deducir que anidaban allí porque entraban y salían muchos adultos de la especie. Pude logar distintas fotos de los nidos, procurando no estar demasiado tiempo ya que los pichones más pequeños cuando utilizaba el flash estiraban el cogote y piaban, situación que pude captar varias veces.

Tapera y golondrinas tijerita volando

Golondrina tijerita

A mediodía visitamos la localidad de Claromecó, pero al recorrer la zona de playas turísticas vimos a lo lejos un cielo amenazante. Fuimos luego bordeando el río Claromecó y nos detuvimos en un sector denominado las 7 cascadas donde almorzamos al aire libre cerca de una gran arboleda de eucaliptos y pinos, muy cerca del río. De a poco se fue volviendo más oscuro y ventoso, luego de comer fuimos bordeando el río para ir viendo algunas cascadas pero se largó a llover y emprendimos viaje hacia Sierra de la Ventana, distante a 255 km, donde pernoctaríamos y realizaríamos una fructífera recorrida al día siguiente. En el camino cerca del paraje Indio Rico vimos en un campo con rastrojos, varios ejemplares de aguilucho langostero, una rapaz solitaria que depreda roedores en Norteamérica pero que migra en grandes bandadas y se alimenta de grandes insectos en Sudamérica durante la primavera y el verano austral.