Revista Toros

¿Clases prácticas, novilladas con picadores o ¿de qué invento se trata? y 2

Por Malagatoro

cartel malaga[4] Al hilo del post anterior, voy a centrarme en el próximo VII Certamen Internacional de Escuelas Taurinas que se va a celebrar la semana que viene en la Malagueta, siempre bajo mi total convencimiento que, incluso con los matices que se tengan que hacer, las Escuelas Taurinas son necesarias para el futuro de la Fiesta de los toros, al igual que la celebración de novilladas, becerradas y clases prácticas, que son la única forma de conseguir que salgan nuevos valores, en los diferentes escalafones, y figuras del toreo que tanta falta hacen en estos tiempos. Pero eso no implica que no llamemos a las cosas por su nombre.   El VII Certamen Internacional de Escuelas Taurinas “La Malagueta”, como todos los que le han precedido, se anuncia como “novilladas en clase práctica”. Hace tiempo mostré mis dudas, de si realmente se trataban de “clases prácticas” o de novilladas sin picadores. Quizás, como apunta Salvador Giménez en su blog “Córdoba Taurina”, en realidad se traten de un festejo “híbrido”, y entiendo que antirreglamentario, al no contemplarse en la normativa que califica y regula los espectáculos taurinos.   La sorpresa vino al consultar el Registro de Profesionales Taurinos del Ministerio del Interior, donde he podido comprobar que, 10 de los 18 participantes en el referido Certamen”, figuran en dicho registro de profesionales taurinos incluidos en la categoría de novillero sin picadores:  

Novillero

Nº Expediente

Fecha de alta

José Cabrera (Almería)

8209

01/06/2009

Carlos Aranda (Baeza)

9232

16/09/2011

José Antonio Lavado (Málaga)

9569

25/07/2012

Alejandro de Benito (Cataluña)

7954

12/09/2008

Sergio Páez (Ronda)

8276

15/07/2009

Cristhian Ponce (Salamanca)

8906

26/01/2011

Juan Pablo Llaguno (Aguascalientes)

9494 14/06/2012

Samuel Ortiz (Málaga)

9039 12/05/2011

David González (Madrid)

7956 31/08/2009

Jonathan Jiménez (Algeciras)

8941 24/02/2011

Haciendo referencia, una vez más, al  Decreto 112/2001 de 8 de junio, por el que se aprueba el Reglamento de Escuelas Taurinas de Andalucía, en el mismo se establece la finalidad de las Clases Prácticas:  “Las escuelas taurinas podrán organizar para los alumnos de éstas, dentro de sus planes de actividades formativas, la celebración de clases prácticas con reses a fin de garantizar su adecuada preparación como futuros intervinientes en espectáculos taurinos.”

Por consiguiente, entiendo que las Clases Prácticas no son ni pueden transformarse en un espectáculo taurino. En este sentido, el Reglamento Taurino Andaluz no las contempla dentro de la clasificación de espectáculos taurinos y claramente establece su diferencia con las novilladas sin picadores, ya que estas últimas son aquellos espectáculos “en las que por profesionales inscritos en la Sección III del Registro General de Profesionales Taurinos se lidian novillos erales de edad superior a dos e inferior a tres años sin la suerte de varas”.

Además, en este sentido, el Reglamento Andaluz de Escuelas Taurinas, establece que: “Las cuadrillas de los intervinientes podrán estar integradas por otros alumnos de escuelas taurinas que no se encuentren inscritos en el Registro de Profesionales Taurinos y, en cualquier caso, por un profesional taurino”. Luego, no se entiende, y sería discriminatorio, que la participación de alumnos de escuelas taurinas como miembros de las cuadrillas quede restringida a aquellos que no se encuentran inscritos en el Registro de Profesionales taurinos, y los intervinientes si puedan estarlo. En definitiva, si los participantes se encuentran registrados como profesionales en la categoría de novilleros sin picadores, los espectáculos en los que pueden intervenir no son las clases prácticas, sino las novilladas sin caballos. Pues, se entiende, que ejercen una profesión con capacidad para ello y ya no son alumnos, han perdido esa condición, puesto que se les supone con la formación suficiente para ejercer como profesionales.

Los alumnos de las escuelas taurinas están inscritos como lo que son, alumnos, en las diferentes escuelas, pues no son profesionales y no pueden recibir remuneración alguna por su participación en las clases prácticas. Por tanto, la finalidad de estas clases es exclusivamente docente, debiendo servir para corregir los defectos de los alumnos y fomentar sus virtudes.

Este carácter docente viene reforzado porque la normativa vigente obliga a que “deberá actuar como director de lidia de la clase práctica un profesional con categoría de matador de toros o novillero con picadores que haya actuado un mínimo de veinticinco novilladas picadas.”  En ninguno de los Certámenes hasta ahora celebrados en Málaga ha existido un director de lidia, pues han sido los profesores y miembros de las diferentes escuelas participantes los que, desde el callejón, han dirigido a sus correspondientes participantes. Desconozco si en el próximo Certamen lo habrá, pero en caso de ausencia del mismo, se estará incumpliendo el Reglamento de Escuelas Taurinas de Andalucía.

En definitiva, el carácter docente, de enseñanza-aprendizaje de estas clases, es el objetivo de las mismas y no el que se conviertan en novilladas sin picadores, ni considero que en una competición entre alumnos, pues de lo contrario más bien debería hablarse de “examen práctico”. Abundando en este aspecto, también el citado Decreto establece que:  “La presidencia de la clase práctica será simulada por cuanto que su actuación se limitará a señalar al alumno el orden de la lidia de acuerdo con la secuencia prevista reglamentariamente para los espectáculos taurinos.”

Por tanto, señalar al alumno el orden de lidia es a lo único a lo que puede limitarse la actuación presidencial, excluyéndose la concesión de trofeos por parte del palco. Pero, sistemáticamente, ello no se hace, incurriéndose continuamente en un fragrante incumplimiento de la legislación vigente. Lo habitual es que las normas se las salten a la torera, nunca mejor dicho, porque la autoridad correspondiente, por principio, pasa olímpicamente en éste y otros muchos temas. Ya se sabe, lo que muchos dicen, “el mejor reglamento es el que no existe o el que no se cumple”. Así nos va, no solo en materia taurina, sino en otros órdenes de la vida político-social de este país.

Tras el incumplimiento, o interpretación arbitraria, de la legislación vigente, realmente lo que se esconde es un ahorro en gastos, pues los participantes en “clases prácticas” no pueden percibir remuneración alguna, y puede entenderse o “justificarse”  el desmoche y la mala presentación de las reses, aunque el reglamento no lo contemple.

Llamemos a las cosas como son, no convirtamos una clase práctica en una novillada sin picadores, pues además de ser antirreglamentario, no contribuye a la finalidad docente que debe imperar en las mismas. Los alumnos deben venir a aprender, a corregir defectos por sus profesores, y no a participar en un símil de espectáculo taurino para profesionales. Los alumnos deben también disfrutar aprendiendo y no ser sometidos a la tensión de un profesional, bajo la premisa de cortar trofeos a cualquier costa. Eso no es docencia, es competencia. Cosa diferente es que sean calificados por su actuación en las mismas.

Si en el pliego de concesión de la Malagueta, se habla de un “ciclo de novilladas” de promoción, que se den, pero realmente como lo que deben ser, novilladas sin picadores, y queden las “clases prácticas” como lo que son, actividades formativas para alumnos de las Escuelas Taurinas. Si realmente la Diputación de Málaga desea la promoción de la Fiesta y dar oportunidades a quienes empiezan es esta dura y difícil profesión, inviertan en este tipo de festejos. Parte o la totalidad del canon que se percibe de la empresa dedíquenla a ello y a ayudar a los pocos empresarios, que como el de Marbella, apuestan todo el año por ofrecer novilladas. Háganlo aunque tengan que dejar de pagar los sustanciosos emolumentos a los “asesores” taurinos que, por lo que se está viendo, poco y mal vienen asesorando, y están sobrando desde un principio, y más con la que está cayendo. Lo demás son palabras vanas, pura propaganda rayana en la demagogia. Velemos realmente por los intereses y el futuro de la Fiesta que buena falta le hace.


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