Claves del debate Agricultura ecológica & transgenicos

Es un debate ya antiguo, agricultura ecológica contra cultivos transgénicos. En otro blog de cabecera que tenemos en El Biocultural, Naukas.com, los pro-transgénicos han tratado de cerrar el debate de manera definitiva y a favor de los OMG (también se les conoce así a los transgéncios) y si os leéis  el post “El discurso contra los transgénicos, ¿está agotado?”, podréis constatar que los argumentos que dan no se fundamentan en datos científicos objetivos, más bien emplean la chanza para tratar de restar contenido a los que nos oponemos a ellos, en lugar de tratar de demostrar la calidad de los productos que defienden.

En fin, tampoco queremos convencer a nadie en esta entrada, nos conformamos con que por lo menos todos tengamos las claves del debate.

Las claves del debate entre agricultura ecológica y transgénicos

• El primer punto que hay que tener claro es la filosofía de la que parte cada una, la agricultura ecológica se plantea desde premisas sostenibles, su producción se limita a la capacidad del medio donde se practica y a las necesidades de las personas que las consumen, que con frecuencia suelen ser las mismas que la practican, copiando modelos naturales en los cuales conviven en la misma parcela (que no son de gran tamaño) varias especies. Por contra los cultivos transgénicos, se fundamentan en el uso del monocultivo en grandes superficies (un modelo que en la naturaleza no se produce), es decir, un solo cultivo en el área que se explota, eliminando el resto de especies para que no compitan con el cultivo principal. Se planteamiento es la de ganar dinero, por lo que no tienen en cuenta los limites naturales del medio, al cual suele ser necesario añadir productos químicos para mantener su fertilidad, por lo general tóxicos. Ademas los latifundios suelen pertenecer a unos pocos propietarios, con lo que no existe un reparto de las ganancias entre la población.

• Por otro lada la agricultura ecológica cultiva semillas de especies locales, resistentes al medio del que proceden. Estas semillas no tienen propietario, forman parte del patrimonio natural. Por contra, los cultivos transgénicos proceden de semillas modificadas genéticamente en laboratorios privados, con lo que se modifican las cualidades y calidades naturales de la especie. Estos laboratorios se establecen en propietarios de las semillas modificadas mediante patentes, por lo que al adquirirlas estamos pagando a los propietarios de las patentes.

• Los productos de la agricultura ecológica no reciben ningún aporte de productos agrotóxicos durante su cultivo, por lo que sus cualidades saludables están garantizadas. Sin embargo, los monocultivos transgénicos solo son posible utilizando grandes cantidades de agrotóxicos, abonos químicos para mantener fertilidad del terreno, plaguicidas, herbicidas…..que lógicamente están presentes en la composición de los alimentos transgénicos, cuyas consecuencias en nuestra salud están todavía lejos de estar claras.  Ademas estos agrotóxicos contaminan nuestro medio rural.

• Del apartado anterior se extrae que la agricultura ecológica conserva la biodiversidad del medio ambiente, mientras que la contaminación química inherente a los transgénicos afecta negativamente a los ecosistemas. Además esta el riesgo de los cruces de las variedades transgénicas con las variedades naturales, que también es origen de perdida de biodeversidad.

• Por último hay que referirse a la perdida de soberanía alimentaria. Y es que con los transgénicos el agricultor pierde el control sobre lo que cultiva y por ende, los consumidores de lo que consumen. Se crea una absoluta dependencia de los paquetes tecnológicos que generan los grandes laboratorios, es decir el proceso productivo esta completamente en sus manos, ellos producen las semillas y los agrotoxicos necesarios para obtener la producción.

Esperamos que os quede claro el debate con estos puntos que hemos comentado. Ahora, cada uno es libre de opinar. Esperamos que por lo menos esto os sirva para generar opinión sobre un tema mucho más importante de lo que parece, y que pese a todo, todavía no ha llegado a la opinión publica.

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