Es verano. La mayoría de personas están en la playa, en la piscina… Pero para otros este periodo de vacaciones no implica descanso, sino seguir estudiando.
Aunque en la mayoría de los casos ya no existe una recuperación de septiembre, lo cierto es que durante estos meses sigue habiendo exámenes. Estudiar durante el periodo estival requiere un esfuerzo mayor y nos agota más que durante otra época del año. Por eso es posible que al comienzo de la “cuenta atrás” para la fecha de examen nos invada la ansiedad y los pensamientos catastrofistas, contribuyendo a una peor concentración .
Dedicamos este post para recomendar una serie de premisas para gestionar satisfactoriamente las horas previas antes de examinarnos.
El día anterior:
- Preparar todo lo necesario que vayamos a necesitar en el examen (documentos, mochila, incluso la ropa que nos vayamos a poner ese día).
- Sustituir estimulantes (café, té, coca-cola, taurina…) tanto el día anterior del examen como ese mismo día, sustitúyendolos por infusiones relajantes, (manzanilla, poleo, tila…).
- Dejar de estudiar al menos 30 o 45 minutos antes de dormir y distraernos con algo diferente (ver la televisión, hablar, leer un libro, una ducha… Hay muchas opciones que nos lleven a cambiar el foco de nuestros pensamientos).
- Evitar hablar con compañeros del examen, de preguntas que creemos que van a poner, llamar para preguntar como van, etc.
- Evitar “atracones de estudio”. Se debe reservar ese día para hacer un repaso final de la materia. Es útil hacer una lista ordenando los temas según el nivel de dificultad, de mayor a menor, donde también se anote el tiempo que se estima necesario para realizar el repaso de cada uno y el tiempo total y distribuirlo según las horas disponibles.
El día del examen:
- Estar descansado. Es muy importante dormir al menos siete horas antes del examen. Pasar la noche en vela apurando tiempo de estudio solo va a contribuir a que la falta de sueño dificulte nuestra atención y concentración durante la prueba.
- Desayunar o comer bien con alimentos ligeros para una digestión fácil.
- Ir con tiempo y sin prisas.
- Evitar momentos antes del examen repasar los temas, hablar con los compañeros del examen. Habitualmente este tipo de comentarios solamente contribuyen a ponernos nerviosos.
- Controlar con autoinstrucciones positivas los pensamientos negativos que contribuyen a aumentar la ansiedad.
- Hacer respiración profunda si empezamos a notar ansiedad.
- Después del examen evitar hablar sobre ello, hablando si es posible de un tema más banal y agradable.
¡Buena suerte!
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