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Todas las personas en algún momento hemos querido empezar a hacer ejercicio para conseguir diferentes objetivos. Cuando se planea empezar a hacerlo hay que saber que más allá de modas o necesidades pasajeras el ejercicio físico es muy importante y que debería tener cabida en la vida de cada uno de nosotros.
En ocasiones necesitamos replantearnos globalmente nuestra forma de vida para poder introducir el deporte no como un medio para conseguir un fin, sino como un fin en sí mismo ya que el deporte requiere el cambio de una serie de hábitos. Los hábitos son comportamientos que llevamos haciendo mucho tiempo y que por lo tanto son difícilmente cambiables, pero no imposibles de modificar. El autoconocimiento y la información son clave para aumentar el éxito a la hora de empezar cualquier proyecto nuevo. Para ello:
Coge una hoja y piensa:
- ¿Por qué quiero empezar a hacer deporte?
Los motivos son importantes. Si lo que quieres es perder algo de peso de cara al verano, tienes que pensar que hacer deporte debe ir aparejado a un cambio también de hábitos alimenticios y que si a medio plazo dejamos esos hábitos saludables y el deporte volveremos al punto de partida. Nos frustraremos y entraremos probablemente en un bucle difícil de romper. Plantéate si lo que de verdad quieres es mantener unos hábitos saludables como forma de vida pero la constancia es lo que te ha fallado.
- Un tema de personalidad
Muchas personas achacan que no son capaces de mantener unos hábitos saludables por su forma de ser. Al fin y al cabo el que decide tener unos hábitos más sanos eres tú y también eres tú el que decide dejarlos y por lo tanto hacerlo o no depende de nosotros. Sabemos que no es fácil cambiar de hábitos, pero ser de una manera o de otra no debería echarnos para atrás en el empeño. Póntelo fácil. Conócete y analiza lo que quieres hacer antes de empezar para aumentar tus probabilidades de éxito.
Recomendaciones
Planifícate
- No comiences sin más en el gimnasio más cercano cualquier deporte. Antes de empezar escribe en un hoja que tipo de ejercicios son los que más te gustan y piensa cuáles de ellos has practicado alguna vez y te han resultado satisfactorios.
- Decide si prefieres actividades en grupo o sólo.
- Recoge gimnasios, rutas y lugares donde hacer deporte cercanos a tu casa y que encajen con tus horarios. Simplemente haz una lista y desecha lo que no te interese. Un gimnasio al que tardas una hora en ir después del trabajo es algo que potencialmente puedes abandonar.
- Piensa si debes acompañar el ejercicio con otros cambios saludables en tu vida y reflexiona cuando meter cada uno de los cambios. No empieces todo de golpe.
- ¿Cuánto tiempo tienes y quieres dedicarle? Diseña un plan semanal flexible donde el deporte tenga cabida.
- Busca consejo: pregunta a tu entrenador o especialista que es lo más recomendable, cuéntale cuanto tiempo llevas sin hacer deporte y cómo reacciona tu cuerpo ante diferentes ejercicios, problemas físicos, médicos, preferencias, etc.
- Hazlo ameno: acompaña el deporte con otras actividades que te gusten, escuchar música, ir con otro compañero, ver alguna serie que te guste o incluso hay cierto tipo de ejercicios que dejan espacio para leer.
- Conócete a ti mismo, piensa si tienes que cambiar de ejercicios o deporte con cierta frecuencia para evitar aburrirte y al final dejarlo.
- Rodéate de gente que haga deporte, vive el deporte como ocio.
- El deporte tiene muchas ventajas, no sólo a nivel físico: gracias a él puedes conocer a gente nueva con intereses parecidos a los tuyos, relajarte, y aumentar tu estado de ánimo entre otras cosas.
- Observa cómo te sientes después de hacer deporte y como el cuerpo se va adecuando a esa actividad y exigiéndote más poco a poco.
Habitúate
- Date tiempo para ver resultados, no los esperes en las primeras semanas.
- Ten paciencia y date tiempo a que se convierta en un hábito, no abandones en el primer mes.
- Díselo a todo el mundo. Para que se alegren por ti, para que te refuercen y te cueste más abandonarlo.
- Si sabes que en la primera o segunda semana vas a flaquear no te plantees dejarlo, continúa y vuelve a planteártelo pasado un tiempo más largo.
Maribel Gámez Cruz
Psicóloga clínica
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