Imagen del asteroide Cleopatra, antes (izquierda) y después
(derecha) de ser procesada. La luna exterior es Alexhelios
y la interior Cleoselene. Crédito: Universidad de Berkeley
Hasta la fecha, todos los asteroides encontrados que poseen lunas son porosas pilas de escombros formadas por trozos de roca, y Cleopatra, con 217 kilómetros de largo, es uno de los pocos asteroides que podría involucrar el método de formación de planetas. Marchis y sus colegas dicen que las colisiones entre dos asteroides tienen la misma probabilidad tanto destruir a los asteroides como de fundirlos en un solo gran asteroide, haciendo de la formación de planetas un lento proceso. Los asteroides en forma de pilas de escombros, no obstante, se fusionarían más fácilmente durante una colisión. "Si una gran fracción de asteroides en el Sistema Solar primitivo eran pilas de escombros, entonces la formación de los núcleos de los planetas sería mucho más rápida", dice Marchis.
Probablemente, Cleopatra se formó de los restos de un asteroide rocoso y metálico que se había roto durante una colisión anterior con otro asteroide en algún momento de la historia del Sistema Solar. Pero según el coautor Pascal Deschamps del Observatorio de París, Cleopatra comenzó a girar más rápido debido a un impacto oblicuo hace aproximadamente 100 millones de años. Este impacto habría causado que el asteroide se alargara y arrojara la luna más lejana, mientras que la luna interna puede haber nacido hace 10 millones de años.
Cada una de las lunas tiene alrededor de 8 kilómetros de diámetro, y al trazar sus órbitas, los astrónomos pudieron deducir importantes características del mismo asteroide, incluyendo el cálculo de su densidad que resultó ser 3,6 gramos por centímetro cúbico. Dado que la mayor parte del asteroide es hierro, que tiene una densidad de alrededor de 5 gr/cm3, el asteroide debe tener entre 30 y 50% de espacio vacío, concluye el informe. Las nuevas observaciones con el telescopio Keck II también confirman la forma de hueso de Cleopatra.
La homónima del asteroide, Cleopatra, la última faraona y reina de Egipto, también tuvo gemelos, y por eso las lunas fueron llamadas Cleoselene (por Cleopatra Selene) y Alexhelios (por Alejandro Helios).
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