Revista Opinión

Cleptocracia.

Publicado el 29 enero 2013 por Cspeinado @CSPeinado

Cleptocracia.

Foto de Internet. Nuestra Casta políticastra en Estado Puro.

Leyendo las ediciones digitales de los periódicos, viendo las noticias en los inmisericordes y parciales medios televisados y escuchando a los tertulianos que se desgañitan pidiendo cada día más carroña politicástra, cualquiera diría que nuestro país ha sido el adaliz de la transparencia y las buenas prácticas politicástricas hasta que el bendito señor Bárcenas saltó, vía patada en el culo mediática, a la portada de los principales medios patrios. Nada más lejos, el ser corrupto es algo innerente a todo el que toca poder en éste país desde muy antiguo. Creo que es una costumbre que heredamos de los árabes, pues los romanos eran bien estrictos con el mangurrio. Así las cosas, el espíritu español de a pie ha sido tradicionalmente pícaro, vaguete y choricero. Mucho más si de buenas a primeras te veías abocado a ocupar cátedra en algún puesto de relevancia o responsabilidad. En España ser un mangante está incluso bien visto, pues bien rico está el embutido con el que se les define, el sufrido chorizo.
Del caló el chori.
Lamentablemente el término no tiene nada que ver con el buen cerdo y se hunde en las raices dialécticas del sufrido y experto en el arte del embaucamiento pueblo gitano. En caló robar es choribar o chorar, de ahí hasta hoy, con unos cuantos siglos de deformación por sometimiento a la presión del castellano, logramos la definición perfecta para el politicastro, el enchufado que de él depende y en síntesis de cualquier pervertido por andar metido en su radio de acción. El chorizo patrio viene de antiguo, de ahí que debiéramos plantearnos si no tendrían algo que ver con el gitaneo. Sea cómo fuere y dejando tranquilo al pueblo calé, en España ser chorizo no precisa más que dos cosas, tener ganas de robar y saber chupar miembros viriles varios con el único objetivo de conseguir un punto de apoyo desde el que iniciar su fulgurante carrera en pos de destruir desde dentro el país al tiempo que se forran.
Es por ello que yo me pregunto si no viviremos en una suerte de cleptocracia en lugar de la tan utópica y bendecida democracia que Isidoro y compañia nos vendían cuando Cara Garbanzo estaba a punto de irse a rendir cuentas al Creador. Quizás lo que Estados Uniditos estaba financiando no era un partido politicastro de corte sucialista, sino el germen de una nueva partida de virus que debían destruir desde dentro, desde las estructuras del Estado lo que ni guerras, ni repúblicas, ni enemigos externos habían conseguido cargarse en más de mil años de existencia. Es la manida teoría del divide y vencerás. Del da autonomía y verás cómo aflora la rebeldía. Al español garrote y pan. Si lo segundo no le convence, dale lo primero y verás cómo entra por uvas. ¿Libertad?¿Qué libertad tenemos?¿Elegir chorizos que nos desvalijen durante cuatro años dando paso después a los de la bancada de enfrente para que sigan haciendo lo propio? Vamos, hombre.
De tontos a imbéciles.
La cleptocracia española ha salido ahora a flote. La mierda flota amigos y en nuestras instituciones la tenemos a borbotones. Sólo hay que abrir un grifo en una consejería de la Junta de Andalucía para que el excremento diarreico de nuestros politicastros nos embargue y ahogue sin clemencia. Es lo que tiene el habernos creido que andábamos en una democracia. Y verdaderamente lo estábamos, en SU democracia, en la de los zeñoritoh feudales que han fusionado su trasero con el terciopelo que recubre la posadera de la poltrona. Aquellos que nada más llegar al despacho están preguntando donde está su coche oficial y llamando al decorador para que les ponga bonita la estancia a costa del contribuyente. Esa es la ralea de politicastros que nos tiene cogiditos por los ovoides a los que, trabajando, contribuimos a pagarlo todo, sus sueldos, los de su mujer en el patronato y su cuñado en la fundación. El colegio privado de su hijo, su retiro y su pensión vitalica por hacer... ¿Qué?
Así luego no podemos quejarnos, sería de tontos, de que Mas esté crecido, de que zETAparo esté llevándose una millonada por haber quebrado el país de modo vitalicio, el sueldo y el país. Sería de imbéciles y realmente lo somos, quejarnos de que Isidoro, Mr X o Gónzalez para los amigos, primero fuera falangista, después se apegara al sucialismo financiado por los USA y finalmente se ande paseando cómo un nuevo rico (a costa del contribuyente, reitero) por el norte de Marruecos y cómo asesor del magnate Carlos Slim. Así las cosas, hasta un labriego cómo Cayo Lara le puede poner las peras de a cuarto a un médico cómo Llamazares que se cayará cómo una puta por amor, no al escaño ni a la acción social, sino al jugoso sueldo y las prerrogativas que a él acompaña... Todo un compedio de sinsentidos en nombre de una democracia que nunca ha existido ni existirá.
Cleptómanos de oficina.
Y de escaño, departamento y secretaría de Estado. Cómo los casi sesenta enchufados sin titulación que Mariasno, el que nos iba a arreglar el país, tiene en nómina (Que pagamos nosotros). Una cosa insoportable en un país desmembrado por sus ansias de libertad. Ahora quisiera ver yo a todos los que se pronunciaban en contra del franquismo, en favor de la autonomía y la democracia y que no han podido chupar del bote. Más de cien andarán por las oficinas de empleo sin poder haber dicho ¿Qué hay de lo mio? Hay que saber chuparla a tiempo, pues en España el más incapaz ocupa escaño y el más capaz hace la maleta y se va a un país decente en el cual todos sabemos quejarnos pero ninguno sabemos cortar el cuello de aquellos que nos oprimen, choricean, roban y aplastan sin miramentos con la mano derecha mientras con la izquierdan saquean la caja del Estado. Es lo que tiene la cleptocracia, es genial excepto para el que la padece.

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