Es habitual en mí, y supongo que en muchos de ustedes, buscar las librerías cuando se visita una ciudad desconocida. Todavía quedan algunos lugares - cada vez menos - que no son clónicos, que tienen espacio para editoriales y libros alternativos a los de la cultura oficial. De vez en cuando me gusta acercarme a ellos. Aunque el tiempo que uno tiene reservado para la lectura nunca es suficiente, de vez en cuando me gusta acercarme a autores absolutamente desconocidos para el gran público (muchas veces amigos y conocidos para mí) y descubrir una forma de literatura que en ocasiones es mucho más pura y en ocasiones incluso ingenua que la vemos en las mesas de novedades. Pero precisamente por eso resulta tan interesante, tan innovadora. El viernes tendré ocasión de asistir a la segunda presentación del libro de relatos colectivo Territorio líquido. Este mes no pasa sin que lo lea.
En el club de lectura de Más Libros Libres, una novela de un autor español joven, pero ya consagrado. Creo que es la que le dio a conocer. El país del miedo, de Isaac Rosa.
En el club de lectura de ensayo de Más Libros Libres, lectura temática en torno al día de la mujer. Nada menos que Una mujer en Berlín, de Marta Hillers (no hace mucho se conoció el nombre de la autora). Relato de las vejaciones y humillaciones que tuvieron que sufrir las mujeres alemanas a la llegada del Ejército Rojo en 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial.
En el club de lectura de la Biblioteca Provincial, todo un clásico de nuestras letras que yo ya tuve ocasión de leer el año pasado: Niebla, de Miguel de Unamuno.
En el club de lectura de la Biblioteca Cristóbal Cuevas, un libro y una autora totalmente desconocidos para mí (esto siempre puede ser un estímulo), aunque el título suene a best seller: La mujer que buceó dentro del corazón del mundo, de Sabina Berman.
En el club de lectura del Centro Andaluz de las Letras, buena literatura contemporánea NW London, de Zadie Smith. Y en el de ciencia ficción, todo un clásico que fue objeto el año pasado de una adaptación cinematográfica que pasó sin pena ni gloria: El juego de Ender, de Orson Scott Card.
En el club de lectura de la librería Luces, el último premio Nobel, que últimamente aparece con facilidad en estos talleres: En el café de la juventud perdida, de Patrick Modiano.
En el club de lectura de la Casa del Libro, John Steinbeck, siempre garantía de calidad (si no lo creen, lean Las uvas de la ira, absoluta obra maestra), con El pony rojo.
En el club de lectura Encuentro con los clásicos, de Arroyo de la Miel, un libro del gran Adolfo Bioy Casares: El perjurio de las nieves.
Y en el Ateneo de Málaga, parecen querer complementar al anterior, invocando a su gran amigos Jorge Luis Borges, con la impresionante colección de cuentos El Aleph.
En el club de lectura de la Fnac Málaga, también apuestan por los clásicos, con un contemporáneo de Charles Dickens: La historia de Samuel Titmarsh y el gran diamante Hoggarty, de William Thackeray.
Este mes, el ciclo Literatura y cine, se viste de gala, puesto que creo (a falta de una última confirmación) que va a formar parte del programa oficial del Festival de cine español de Málaga. Y lo hace con una de las obras imprescindibles de nuestro cine: Calle Mayor, de Juan Antonio Bardem.
El resto de cine forums traen también propuestas interesantes: Italiano para principiantes, de Lone Scherfig en Más Libros Libres (una obra que se inscribe en el movimiento Dogma), y Amarcord, la película más popular de Fellini en el Ateneo.
Parece que el tiempo invita por fin a realizar lecturas al aire libre. Pero no se fíen demasiado, que andamos todavía por marzo. ¡Felices lecturas!