Revista Coaching

Coaching: A la búsqueda de tu mejor versión

Por Alberto Barbero @albarbero

Cultívate

Me reconozco muchas veces tratando de hacer las cosas como otros a los que considero “los que más saben”. Es algo en lo que caigo. Es algo que me pasa sobre todo cuando trato con expertos, especialistas o gurús. Pero realmente esto no funciona: lo que hacen bien otros no se me tiene porqué dar bien a mi. Creo que es un gran error dejarse llevar por la admiración que te producen otros y tratar de emularlos. Es mucho más productivo detectar tu propios talentos y cultivarlos. Y además te vas a sentir mejor.

Parece que fue Einstein quien dijo que “Todos somos genios pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar árboles vivirá toda su vida pensando que es un inútil”. Por eso, cuando tratas de ser quien no eres o de desarrollar tus incompetencias puedes acabar sintiéndote mal y todavía menos competente. Al fin y al cabo estás poniendo tu foco de atención y tu energía en lo que no eres y estás descuidando tus potencialidades. Te lo mereces.

¿Qué se te da realmente bien?

La verdad es que todo lo que hay alrededor nuestro nos lleva a medirnos y compararnos. Ya empezó a suceder desde el colegio. ¿Qué son si no las pruebas de selección o las evaluaciones del desempeño? También los planes de formación suelen empeñarse muchas veces en que desarrollemos nuestros puntos débiles… pero yo estoy convencido de que este tipo de cosas nos llevan a ser menos productivos y felices. Sencillamente las cosas empiezan a torcerse cuando vas en contra tuyo.

Es como si impidiéramos el desarrollo a pesar de que aparentemente todos queramos impulsarlo, algo que se ve con mucha claridad en la fábula de la escuela de los animales.

Con todo esto, a mi me sigue costando asumir que soy mejor haciendo preguntas, escuchando y facilitando el aprendizaje de otros que dando conferencias y jugando a ser gurú. A veces me autoevalúo con dureza por no haber sido suficientemente preciso y haber olvidado algún detalle a la vez que los demás me agradecen que les haya ayudado mucho y que hayan aprendido…

Y tú, ¿dedicas tiempo y energía en tratar de ser quien no eres?

Es probable que a veces te veas obligado a “hacer malabares” y grandes esfuerzos para adaptarte a la situación pero quizás eso no impida que te preguntes seriamente ¿qué es lo que se me da realmente bien?… y ¿qué voy a hacer para cultivarlo?

El coaching puede ser tu aliado

Muchas personas creen que el coaching trata de convertir a nuestros empleados, clientes o a nosotros mismos en alguien que no somos pero lo que busca realmente el coaching es convertirnos en quienes siempre hemos estado destinados a ser. Frente a otras herramientas que buscan controlar, cambiar y modificar desde fuera hacia un determinado lugar, el coaching busca eliminar las barreras que impiden que afloren nuestros aspectos más positivos.

Estas tendencias se ven en todas las situaciones y también en lo cotidiano. Tú puedes por ejemplo decidir que no vas a comprar un smartphone a tu hijo de 12 años porque no lo necesita y porque es algo potencialmente peligroso o regalar el aparato tras definir y explicar con cariño unas normas de uso que hagan posible un uso responsable, social e instructivo de las tecnologías. La primera opción surge del miedo y es poco productiva. La segunda facilita el descubrimiento y genera más responsabilidad.

El coaching, en definitiva, se focaliza en el éxito y es para aquellos que quieren llevar su vida o su profesión al siguiente nivel. Al igual que las herramientas de productividad personal o de equipo, se trata de una “cojoherramienta” que está al servicio de la “suerte”, es decir de “Saber Utilizar de una forma Efectiva los propios Recursos para Tener Éxito”.


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